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domingo, 19 de agosto de 2012

La herida

                                      Adolfo Burriel, poeta español nacido en Aldealpozo, Soria en 1935. Reside en Aragón desde los dos años. Licenciado en Derecho por la Universidad de Zaragoza. Fue diputado en las Cortes de Aragón de 1992 a 1996, ha colaborado con diferentes revistas culturales y periódicos. Obtuvo el Premio Alegría de Poesía del Ayuntamiento de Santander con el libro "Furtivos días" (2005), Premio Ángora de Poesía del Ayuntamiento de Sevilla con "Ciudad nombrada" (2005), " La Memoria es el viaje" (2007) , Fue Premio Isabel de Portugal de la Diputación Provincial de Zamora, con "Cuadros de una exposición" (2007) y Premio Flor de Jara de la Diputación Provincial de Cáceres con "Colores desunidos" en 2010. Parte de su trabajo ha sido editado en diversas publicaciones literarias y traducido al inglés y francés.

                                             "Principio de la danza
                                             rosas abiertas
                                             a infinitud de labios"


LA HERIDA           poesía de Adolfo Burriel

La herida tiene
sangre de cobra,
  caverna de pez ciego.

La herida
diezmó los árboles,
   la sangre de los labios
desató la tormenta inesperada.-


AMÉRICA

Me da la mano y me conduce
hasta la piedra,
me muestra su mirada
de actinia
y luego se desnuda,
moja mis labios
con un sabor a frutas incendiadas,
ata sus pies a mi cintura,
se agita
como una cabellera que desova
bajo el agua,
en mar su vientre se transforma,

me hace el amor quinientos años,
y llora.-


CIUDAD DE SUEÑO

Mi corazón
es un paisaje de recuerdos,
una ciudad de lunas,
el tuyo es hoy
sueño del río que nos huye
y del desierto,
estancia que se yergue entre los pliegues
de un prodigio evocado,
cielos en fuga,
sinfonía al color
arrebatada.-


HABLAN LAS ROSAS ROTAS

Hablan las rosas rotas
de la noche terrible,
callan las mariposas quietas
su tristeza de ocaso,

ay la distancia al sur
que disfraza los ríos
y el océano,

la oquedad del alma
bañada por las sombras
del retorno,

la dulzura invisible
de la fragilidad
del ave.

(Y el viaje se detiene
en el frío temblor de las espaldas
negras del hombre).-


INVISIBLE

La arena se refugia en el enigma
de sus ojos,
                     la lluvia
resbala por la piel,
como las lágrimas del día
que incumple su promesa,

como el refugio del recuerdo
cuando no sobrevive la esperanza.

Viajan donde la herida es invisible
y sólo heredan
la sutileza del crepúsculo.-


                                                        Adolfo Burriel


Imágenes: pinturas del artista cubano Ignacio Nazabal (La Habana, 1962)







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