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lunes, 30 de diciembre de 2013

Hotel antiguo

                                                           Eugenio Montejo

Poeta y ensayista venezolano nacido en Caracas en 1938 y fallecido en 2008. Es considerado un gran representante de la poesía suramericana. Publicó, entre otros, los libros: "Elegos" (1967), "Muerte y memoria" (1972), "Algunas palabras" (1977), "Terredad" (1978), "Trópico absoluto" (1982), "Alfabeto del mundo" (1986),  "Chamario" (2003), etc. Es autor también de importantes ensayos, tales como, "La ventana oblicua" en 1974 y "El taller blanco" en 1983.



                                          "Es la noche, resguárdate,
                                          grita el reloj cerca del polo,
                                          pero a esta hora mi país de ultramar
                                          cruza el arco del sol"



HOTEL ANTIGUO   poesía de Eugenio Montejo


Una mujer a solas se desnuda,
pared por medio, en el hotel antiguo
de esta ciudad remota donde duermo.

Abren las sedas un rumor disperso
que se mezcla al follaje
de los helechos en el aire.

Se oyen llaves que giran en un cofre,
jadeos ahogados, prendas,
la inocencia de gestos solitarios
que beben los espejos.

A su tiempo la noche se desnuda
y las calles apiladas se doblan
en un vasto ropaje
con la fatiga de un final de fiesta.

Una mujer a solas tras los muros,
unos pasos, un oscuro deseo,
hasta mí llega de otro mundo
como alguien que he amado y que me habla
desde un ataúd lleno de piedras.-


AMANTES

Se amaban. No estaban solos en la tierra;
tenían la noche, sus vísperas azules,
sus celajes.

Vivían uno en el otro, se palpaban
como dos pétalos no abiertos en el fondo
de alguna flor del aire.

Se amaban. No estaban solos a la orilla
de su primera noche.
Y era la tierra la que se amaba en ellos,
el oro nocturno de sus vueltas,
la galaxia.

Ya no tendrían dos muertes. No iban a separarse.
Desnudos, asombrados, sus cuerpos se tendían
como hileras de luces en un aeropuerto
donde algo iba a llegar desde muy lejos,
no demasiado tarde.-


CANCIÓN

Cada cuerpo con su deseo
y el mar al frente.
Cada lecho con su naufragio
y los barcos al horizonte.

Estoy cantando la vieja canción
que no tiene palabras.
Cada cuerpo junto a otro cuerpo,
cada espejo temblando en la sombra
y las nubes errantes.

Estoy tocando la antigua guitarra
con que los amantes se duermen.
Cada ventana en sus helechos,
cada cuerpo desnudo en su noche
y el mar al fondo, inalcanzable.-


DURA MENOS UN HOMBRE QUE UNA VELA

Dura menos un hombre que una vela
pero la tierra prefiere su lumbre
para seguir el paso de los astros.
Dura menos que un árbol,
que una piedra,
se anochece ante el viento más leve,
con un soplo se apaga.
Dura menos un pájaro
que un pez fuera del agua,
casi no tiene tiempo de nacer,
da una vueltas al sol y se borra
entre las sombras de las horas
hasta que sus huesos en el polvo
se mezclan con el viento,
y sin embargo, cuando parte
siempre deja la tierra más clara.-



                                                            Eugenio Montejo





Imágenes : Pinturas del artista de Bielorusia Marc Chagall  ( Vitebsk, 1887- Francia, 1985)



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sábado, 28 de diciembre de 2013

Puerto libre

                                                          Enrique Gracia Trinidad

Poeta español nacido en Madrid en 1950. Es director del ciclo de lecturas "Poetas en vivo" en la Biblioteca Nacional. Ha recibido muchas distinciones por su obra poética entre las que vale la pena mencionar: Premio Feria del Libro de Madrid (1991) con "Crónicas del laberinto", Premio Blas de Otero (1993) con "Restos de almanaque", Premio Juan Alcaide (1997) con "Siempre tiempo", Profesor Honoris Causa de la St. Lukas Gilde Antwerpen Akademie y Premio Emilio Alarcos (2004) por "Sin noticias de Gato de Ursaria".-


                                 
                                      "ya cerradas las páginas del libro
                                       donde siempre se anotan los milagros,
                                       escribimos en rojo
                                       sobre la miserable cuadrícula del sueño"



FREIHAFEN    poesía de E. Gracia Trinidad

(Puerto Libre)

En la tarima va creciendo un musgo
insoportable,
hiede a promesas rotas, a muertos
prematuros,
hiede la muerte del cobarde
y la del héroe,
la muerte de los pobres
y los ricos,
del intruso,
la muerte del que habla de victoria
y del que piensa que ya está todo hecho.

Resulta insoportable el olor de los poetas
cuando mueren.

Nos mata el compromiso y la
abstinencia,
también nos mata el cálculo y la bruma,
a veces las promesas.

Ni me encierro, ni cumplo, ni aseguro,
voy con mi voz
rompiendo y desatando,
no me olvido
ni hago juramentos.
Subo al amor, desciendo, camino por la
lágrima del mundo
y no busco refugio.

Haced brotar del corazón la sangre de la
duda
y besaré vuestro labio, seré vuestro.
No me busqueís en el ruido ni en las
armas, no me llaméis
al número ni al odio,
buscadme en las oscuras pendientes del
silencio,
entre los largos colmillos de la sombra.

No tengo más ardor que esta fuerza que
sube la garganta.
Escucho vuestro canto,
lo aprendo,
lo multiplico,
lo hago girar,
coloco estrellas grises en vuestros
melodiosos instrumentos.

Yo canto a vuestro lado y más
cuando estoy solo.
Se me olvida reir
pero lloro como una plañidera y como
un loco,
lloro por la justicia muerta en los
estantes,
lloro por la miseria
y doy mis manos,
llevaos el corazón también, y la cabeza,
llevaos unos versos o el presupuesto del
mes para la pena.

En la tarima vamos trabajando
infatigables,
cada cual es un cosmos
para empezar la
lucha
por la vida,
para dejar que el viento lleve el hedor a
las estrellas,
-limpios así de la carroña
y altos de penumbra-

Somos un infinito alarido por la espera.-




                                                            Enrique Gracia Trinidad




Imágenes: Pinturas del artista Georges Braque (Francia, 1882-1963)


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viernes, 27 de diciembre de 2013

Adiós

                                                                 Enrique Molina

                                                 (Buenos Aires, Argentina, 1910-1997)


                                                 "¡Adiós pájaro definitivo!
                                                  Continuarás tu vuelo en mi alma
                                                  hay tanta distancia en tus alas,
                                                  lo que vuela contigo es el cielo"



ADIÓS   poesía de Enrique Molina


Un día más, sólo un minuto más, para estar vivo
y despedirme de cuanto amé.
Para decir adiós a las cosas que vi y toqué
mientras moría desde el instante
mismo en que nací.
Y vino el niño con el premio que sacó en el colegio
por su sabiduría,
y el ala de la gaviota
golpeando en el infinito con su vuelo,
vino la cabellera derramada y el rostro
de la misteriosa mujer que estuvo a mi lado,
en el lecho, sin que yo lo supiera
y el río con su lenta corriente misteriosa
a través de cada mueble, cada objeto
y cada gesto
de quien me ve partir, ¡oh solo!

Un instante más aún en el suelo que pisé,
en el borde de mi respiración
sofocada por el amor, en los vestigios de la pasión,
con cuanto -mosca o sol- me deslumbró en este extraño
planeta, donde perduré año tras año, presintiendo
este límite de espumas, este revuelto torbellino
de la despedida, yo que tanto fui deslumbrado
por centelleante atracción de la tierra,
por cuanto fue caricia o solamente un espejismo del mundo
en mi destino.

Así, pues, despidiéndome de los caballos, de la canoa,
los pájaros, el gato y sus costumbres. Déjame
una vez más mirar las flores y la lluvia. Es este
el trágico instante que uno descubre
el delirio misterioso de las cosas, sus raíces secretas,
el instante supremo de decir adiós,
a cuanto se adoró en esta vida.-



LAS NUBES NO RETORNAN

La memoria de la ola
flota dispersa en la costa baldía,
escucha ahora, vagabundo acechante, entre el vino
                             descolorido y la noche.
¿Y quién puede dormir?
El zumbido no cesa en el salón de las moscas.

La memria de la ola,
la memoria del amor
te confiesa que nunca te susurró al oído su verdad.
Sólo el rumor del puerto,
pies que se alejan pisando sobre conchillas,
el lugar es oscuro
y alguien me sopla su aliento en la cara
o sólo el rudo olor del mar.

El lugar ha desaparecido.
Nada más que esa gente alrededor de la olla
donde algo se cocina lentamente.
Inútil que tiendas tu plano,
los invitados esperan el momento del festín,
unas mujeres ponen la mesa
en el fondo de la inundación,
otras ajustan la clavija en el cráneo.

La memoria de la ola:
el blanco esqueleto del pez
junto a la barca abandonada.

Lo que te trae, lo que lleva,
lo que no llegó nunca.-



                                                             Enrique Molina




Imágenes: Pinturas de la artista de Estados Unidos Colette Calascione (San Francisco, 1971)



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miércoles, 25 de diciembre de 2013

Ausencia

                                                          Claribel Alegría

Poeta centroamericana nacida en Estelí, Nicaragua, en 1924. Desde muy niña se trasladó y vivió con su familia en El Salvador y en 1943 viajó a EE.UU donde obtuvo el título en Filosofía y Letras por la Universidad George Washington. Ha publicado una veintena de libros de poesía así como muchos testimonios históricos. De su obra se destacan: "Anillos de silencio", "Vigilias", "Umbrales", "Fuga de canto grande", "La mujer del río", "Saudade", etc. En 1978 obtuvo, entre otros, el Premio Casa de las Americas .


                                               "Cada vez que te amo
                                               vida y muerte están presentes:
                                               amanecer y noche,
                                               paraíso y sepulcro"



AUSENCIA   poesía de Claribel Alegría


Hola
dije mirando tu retrato
y se pasmó el saludo
entre mis labios.
Otra vez la punzada,
el saber que es inútil;
el calcinado clima
de tu ausencia.


ARS POÉTICA

Yo,
poeta de oficio,
condenada tantas veces
a ser cuervo
jamás me cambiaría
por la Venus de Milo:
mientras reina en el Louvre
y se muere de tedio
y junta polvo
yo descubro el sol
todos los días
y entre valles
volcanes
y despojos de guerra
avizoro la tierra prometida.-


BARAJANDO RECUERDOS


Barajando recuerdos
me encontré con el tuyo.
No dolía.
Lo saqué de su estuche, sacudí sus raíces
en el viento,
lo puse a contraluz:
Era un cristal pulido
reflejando peces de colores,
una flor sin espinas
que no ardía.
Lo arrojé contra el muro
y sonó la sirena de mi alarma.
¿Quién apagó su lumbre?
¿Quién le quitó su filo
a mi recuerdo-lanza
que yo amaba?.-


CÍRCULOS

Otro círculo
amor
que hemos cumplido
¿será este el último
en cerrarse?


CONJURA

Desde tu ausencia
llamo
de tu exilio
desde este viento sur
que te convoca
y se asemeja a ti.-



                                                                Claribel Alegría







Imágenes: Pinturas del artista ruso Wassili Kandinsky

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lunes, 23 de diciembre de 2013

Amor

                                                                     Günter Grass

                                              (Danzing, Alemania (hoy Polonia), 1927)
                                                     Premio Nobel de Literatura 1999


                                           "Cuando los dos juntos
                                           entre las arañas y debajo de las arañas,
                                           nos vamos, somos el uno
                                           presa del otro "     



AMOR   poesía de Günter Grass


Es esto:
Transacciones sin efectivo.
La manta siempre un poco corta.
El contacto flojo.

Buscar más allá del horizonte.
Rozar con cuatro zapatos las hojas muertas
y frotar mentalmente pies desnudos.
Arrendar y tomar en arriendo corazones;
o en la habitación con ducha y espejo,
en un coche alquilado,
con el capó hacia la luna,
dondequiera que la inocencia se baja
y quema su programa,
suena la palabra en falsete,
cada vez diferente y nueva.

Hoy, ante la taquilla aún cerrada,
susurran, de la mano,
el avergonzado viejo y la vieja delicada.
La película prometía amor.-


DANZA EN LA NIEVE

Después de tantos cambios de tiempo,
duros se levantaban unos árboles ante un gris mojado,
ninguna otra cosa se le ocurría al invierno-
¡nieva!, ¡nieva!
Sobre el este y el oeste cae nieve,
cubre, iguala,
como si, por obra del tiempo,
hubiera vencido el socialismo
y Mariano Medina, el hombre del tiempo que empuja las nubes,
fuera -inediatamente después del telediario-
su profeta.

Bailemos en la nieve, así,
mientras siga aquí, dejaremos huellas
en el blanco que crepita,
huellas que queden, huellas que queden,
hasta que -está anunciado- llegue el deshielo,
este u oeste, desnudos de nuevo
y sin manto, se puedan distinguir.

Bailemos en la nieve.-


SOBRE PIES DE BARRO

Luego, casi lista
y habiendo conseguido una figura
esbelta,
en mitad de la danza, se desplomó
una pareja,
cayó hecha añicos.

Bellamente, en el suelo, los miembros,
en desorden.
Grietas a lo largo de la espalda,
y roturas limpias
liberaban espacios huecos.

Ellos seguían danzando,
lisiados, aplastados
los pies de barro,
ella desatinada, él todavía
con mirada firme.

De nuevo quiero dejar
que los dos surjan,
más altos, habiendo conseguido mayor
esbeltez aún,
con el paso de la danza afianzando,
inmunes a toda caída.

Sin embargo, lo sé: posiblemente
siguen hechos añicos.-


                                                               Günter Grass 







Imágenes: Pinturas del artista de Bielorusia, Leonid Afremov


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sábado, 21 de diciembre de 2013

Del olvido

Dos poetas latinoamericanos: Laureano Alban, de Costa Rica y Giovanni Quessep de Colombia.



                                                     "El que quiera un corazón 
                                                    que pregunte por mi olvido"

                                                                              Federico García Lorca      


TRÍPTICO DEL OLVIDO    poesía de Laureano Alban

1
Todo lo debo a tu vacío.       
Las calles pasan, pasan
estrepitosamente iluminantes.

No queda nadie, nadie
sino la doble sombra solitaria
donde te sigo amando.

Tómame, persígueme, fatígame,
como el arcángel que anuncia la muerte
cuando gira en los ojos y no acaba.

Así tú, escalón a escalón, sigue bajando,
pesas lanzada en mi totalidad,
cayendo entre la desmemoria,
hacia la estrella
inofensiva de la nada.

2
Todo es infancia.
Las guayabas doradas
tejidas por el oro del azar
junto al olor sediento
de tu traje rasgado.
Ahí yo tuve que morir.

Todo es infancia.
Y tú tambien te quedas
mientras yo me deshago
y en tu cuerpo abro lámparas
que nunca encenderé.

Tú también permaneces,
bendita mía,
reemplazando la ausencia
entre la claridad
incomprendida.

3
Todo es infancia.
Nada sigue después,
sino el silencio.

Nada supera su primer prodigio:
la pompa de colores donde Dios llameaba,
la lagartija rápida entre la luz secreta.

Y tú y yo como el porvenir,
fatalmente desnudos.

Sólo se entiende la primera letra
oscurecida por palabra o miedo.
Lo que queda de azul sigue brillando,
pulsa, mana, convoca claridades.

Todo es infancia.
Nada sigue después,
sino la muerte.-


                                                     Laureano Albán (Costa Rica, 1942)




VIGILIA      poesía de Giovanni Quessep         


Pasos en el jardín. El vigilante

golpea la corteza del manzano
y hay pájaros que huyen, quedan otros
enjaulados en tiempo y luz de plata.
Fábulas no me encanten, velar quiero
mis armas esta noche o adentrarme
por el jardín y oír bajo mis pasos
los tréboles que guardan en el polvo
las maravillas de la blanca torre.
Debajo del manzano y a mi lado
una mujer hojea un viejo libro:
Demonios hay en torno y una fuente
refleja un ciervo, un tigre de Bengala.
Los pasos van y vienen y no saben
quién es el vigilante, el vigilado.-


           
                     
                            Giovanni Quessep  (Colombia, 1939)  





               

Imágenes: Pinturas de Paul Cézanne (Francia, 19 de enero de 1839-22 de octubre de 1906)




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jueves, 19 de diciembre de 2013

Carta

Dos mujeres poetas latinoamericanas contemporáneas: Ana María Iza (Ecuador, 1941) y Liz Durand Goytía (México). Dos visiones del amor o el desamor, de las palabras que lo representan, del vuelo mágico de la poesía femenina.


                                                  "Pienso en ti. Pienso
                                                  ya es sólo el perfume,
                                                  la esencia lo que me queda
                                                  de tu vida"




CARTA A MÍ MISMA   poesía de Ana María Izza


¿Recuerdas
cuando era el teléfono un pájaro
cantando en el alambre...?

Nunca creíste
que sólo se trataba de un vil
artefacto.

Eras insoportable.
Por eso hasta quisiste un lunes
regalarte.

Tenías la mirada llena de barcos.
Dabas de comer
a los perros del parque
y te sabías de memoria el número
de árboles,
a fuerza de ser viento,
de ser hoja,
de husmear
no sé qué estrella entre las ramas.

Eras
un raro espécimen,
una degeneración futura,
un grifo siempre yéndose,
ya ni sé qué decirte,
eras
algo bastante feo que me gustaba.

Te pregunto
por preguntarte,
porque sí,
porque llueve
y algún entremetido te ha
empujado:
¿Que harías si te dejara libre,
si de un manotón quitara la
montaña...?

De ley
irías a refugiarte en la ternura,
a estrellarte en el borde de un
retrato.
A escabar en el suelo un sucio
anillo
del que nacieron rosas,
lombrices,
telarañas.

Tú,
siempre serás tú.

No habrá abracadabra que te
cambie.
No habrá

reencarnación que te libre del lodo
de los sueños.
No hará forma
de librarse de ti
ni estrangulándote.

Oye:
no vayas
a suicidarte.
Me es indispensable tu presencia:
triste,
desafiante.

Terminada en punta
-como una hoja-
detrás de la ventana.-


                                       Ana María Iza



ES UN LUGAR LA NOCHE   poesía de Liz Durand Goytía


Es un lugar la noche amor
donde los sueños pastan

Es un lugar la noche
donde tus manos prenden
a mi cuerpo
piel de nube
fuego
beso
Es un lugar la noche
en que llegó primero tu voz
y mi conciencia
a hacerte dueño

Es un lugar la noche.-


                                                             Liz Durand Goytía







Imágenes: Pinturas del artista del impresionismo, Camille Pissarro , (Islas Vírgenes, St. Thomas,1830- París, 1903)




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miércoles, 18 de diciembre de 2013

En la sombra

                                                                Jaime Sabines

                                                           (México, 1926-1999)


                                                                    "¿Qué fácil es la ausencia?
                                                                    En las hojas del tiempo
                                                                    esa gota del día
                                                                    resbala, tiembla"



EN LA SOMBRA DEL AGUA   poesía de Jaime Sabines



En la sombra del agua,
el eco de un suspiro,
rastro de una mirada,
memoria de una ausencia,
desnudo de mujer detrás de un vidrio.

Está encerrada, muerta -dedo
del corazón, ella es tu anillo-,
distante del misterio,
fácil como un niño.

Gotas de luz llenaron
ojos vacíos,
y un cuerpo de hojas y alas
se fue al rocío.

Tómala con los ojos,
llénala ahora, amor mío.
Es tuya como de nadie,
tuya como el suicidio.

Piedras que hundí en el aire,
maderas que ahogué en el río,
ved mi corazón flotando
sobre su cuerpo sencillo.-


HE AQUÍ QUE TÚ ESTÁS SOLA...

He aquí que tú estás sola y que estoy solo.
Haces tus cosas diariamente y piensas
y yo pienso y recuerdo y estoy solo.
A la misma hora nos recordamos algo
y nos sufrimos. Como una droga mía y tuya
somos, y una locura celular nos recorre
y una sangre rebelde y sin cansancio.
Se me va a hacer llagas este cuerpo solo,
se me caerá la carne trozo a trozo.
Esto es lejía y muerte.
El corrosivo estar, el malestar
muriendo es nuestra muerte.

Ya no sé dónde estás. Yo ya he olvidado
quien eres, dónde estás, cómo te llamas.
Yo soy sólo una parte, sólo un brazo,
una mitad apenas, sólo un brazo.
Te recuerdo en mi boca y en mis manos.
Con mi lengua y mis ojos y mis manos
te sé, sabes a amor, dulce amor, a carne,
a siembra, a flor, hueles a amor, a ti,
hueles a sal, sabes a sal, amor y a mí.
En mis labios te sé, te reconozco,
y giras y eres y miras incansable
y todo tú me suenas
dentro del corazón como mi sangre.
Te digo que estoy solo y que me faltas.
Nos faltamos, amor, y nos morimos.
Esto lo sé, amor, esto sabemos.
Hoy y mañana, así, y cuando estemos
en nuestros brazos simples y cansados,
me faltarás, amor, nos faltaremos.-


ME GUSTÓ QUE LLORARAS

¡Qué blandos ojos
sobre tu falda!

No sé. Pero tenías
de todas partes, largas
mujeres, negras aguas.

Quise decirte: hermana
para amar contigo
rosas y lágrimas.

Duele bastante, es cierto,
todo lo que se alcanza.
Es cierto, duele
no tener nada.

¡Qué linda estás, tristeza:
cuando así callas!
¡Sácale con un beso
todas las lágrimas!

¡Que el tiempo, ah,
te hiciera estatua!.-



                                                               Jaime Sabines




Imágenes: Pinturas del artista belga René Magritte


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lunes, 16 de diciembre de 2013

Balada del ausente

                                                         Juan Carlos Onetti

                                                      (Uruguay, 1909-1994)

                   
                                          "Desde el perfume en que te quiero tanto
                                          hasta esa gran ternura que como túnica te viste
                                          hay un camino a mi alma
                                          que es un camino a mi dicha"



BALADA DEL AUSENTE    poesía de Juan Carlos Onetti


Entonces no me des un motivo por favor
No le des conciencia a la nostalgia,
La desesperación y el juego.
Pensarte y no verte
Sufrir en ti y no alzar mi grito
Rumiar a solas, gracias a ti, por mi culpa,
En lo único que puede ser
Enteramene pensado
Llamar sin voz porque Dios dispuso
Que si Él tiene compromisos
si Dios mismo le impide contestar
Con dos dedos el saludo
Cotidiano, nocturno, inevitable
Es necesario aceptar la soledad,
Confortarse hermanando
Con el olor a perro, en esos días húmedos,
En cualquier regreso
En cualquier hora cambiable del crepúsculo
Tu silencio
Y el paso indiferente de Dios que no ve ni saluda
Que no responde al sombrero enlutado
Golpeando las rodillas
Que teme a Dios y se preocupa
Por lo que opine, condene , rezongue, imponga.
No le des conciencia, grito, necesidad ni orden.
Estoy desnudo y lejos, lo que me dejaron
Giro hacia el mundo y su secreto de musgo,
Hacia la claridad dolorosa del mundo,
Desnudo, sólo, desarmado
bamboleo mi cuerpo enmagrecido
Tropiezo y avanzo
Me acerco tal vez a una frontera
A un odio inútil, a su creciente miseria
Y tampoco es consuelo
Esa dulce ilusión de paz y de combate
Porque la lejanía
No es ya, se disuelve en la espera
Graciosa, incomprensible, de ayudarme
A vivr y esperar.
Ningún otro país y para siempre.
Mi pie izquierdo en la barra de bronce
Fundido con ella.
El mozo que comprende, ayuda a esperar,
cree lo que ignora.
Se aceptan todas las apuestas:
Eternidad, infierno, aventura, estupidez
Pero soy mayor
Ya ni siquiera creo,
En romper espejos
En la noche
Y lamerme la sangre de los dedos
Como si la hubiera traído desde allí
Como si la salobre mentira se espesara
Como si la sangre, pequeño dolor filoso,
Me aproximara a lo que resta vivo,
Blando y ágil.
Muerto por la distancia y el tiempo
Y y la, lo pierdo, doy mi vida,
A cambio de vejeces y ambiciones
ajenas
Cada día mas antiguas, suciamente
deseosas y extrañas.
Volver y no loharé, dejar y no puedo.
Apoyar el zapato en el barrote de
bronce
Y esperar sin prisa su vejez, su
ajenidad, su diminuto no ser.
La paz y después, dichosamente, en
seguida, nada.
Ahí estaré. El tiempo no tocará mi
pelo, no inventará arrugas,

no me inflará las mejillas
Ahí estaré esperando una cita
imposible, un encuentro que no se
cumplirá.-


                                                         Juan Carlos Onetti




Imágenes: Pinturas de Martin La Spina (La Plata, Argentina, 1973)


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domingo, 15 de diciembre de 2013

Cuba

Tres poetas de Cuba:
                                    Mirta Aguirre (1912 - 1980), Raúl Ferrer (1915 - 1993) y Julián Del Casal (1863 - 1893).


                                       " Por eso, compañera, 
                                       los corazones con que amanecemos
                                       salen a trabajar por la alegría
                                       del mundo, unidos, como dos obreros"   



ELEGÍA  II   poesía de Mirta Aguirre

Yo me acostumbro, amor, yo me acostumbro.
Yo me acostumbro a estar sin ti. ¿Lo entiendes?
Quiere decir, amor, que no amanece;
quiere decir que aprendo a abrir los ojos sin tu beso.
quiere decir que olvido, amor, que yo te olvido.

Como un morirse lento, implacable, a pedazos,
yo me acostumbro, amor, yo me acostumbro.
Y acostumbrarse es una cosa oscura,
es una cosa eterna, sin caminos,
como un caer caer en el vacío.

Yo me acostumbro, amor, yo me acostumbro.

Y un día y otro pasan.
Y un día triste no es día sino un cortejo inmenso.
Y dos días de tristeza ya no pueden decirse.
Y acostumbrarse es una palabra irremediable
que ojalá nunca sepas.

Una criatura tiene su tamaño,
tiene su borde estrecho, su medida.
Y ha de haber para todos la pequeña alegría,
esa mínima dicha que es un derecho humano.
ser feliz, amor mío, es como el aire, el agua,
algo para la vida.

Yo me acostumbro, amor, yo me acostumbro.

Lejos, tu mano corta el pan para otra boca.
Lejos, suenan tus pasos y como yo sé que suenan.
Lejos, amor, muy lejos.
Y allí, donde mi angustia está sin ecos,
tú sonríes, tú eres,
y no sabes, amor, con cuánta sangre,
con qué amarga paciencia,
con cuánta fuerza para ahogar, yo olvido,
yo deshago mi sueño
y me acostumbro, amor, y me acostumbro.-



MINUTO DEL BESO   poesía de Raúl Ferrer

Con el tiempo de amarte tan escaso
el tiempo de esperarte me devora,
si estoy amenazado por la aurora
mientras ardo en las llamas del ocaso.

Mira, tiemblan las rosas en el vaso
y un gallo en el reloj gasta la hora,
para quererte no me sobra ahora
ni un suspiro, ni un átomo, ni un paso.

Hay un amor que no se sabe dónde
el minuto del beso nos esconde
cuando su sed a liquidarnos entra.

Y hay un tiempo del hombre que se gasta
que aunque un segundo de ese amor le basta,
se cansa de buscarlo y no lo encuentra!.-



MIS AMORES   poesía de Julián Del Casal

Amo el bronce, el cristal, las porcelanas,
las vidrieras de múltiples colores,
los tapices pintados de oro y flores
y las brillantes lunas venecianas.

Amo también las bellas castellanas,
la canción de los viejos trovadores,
los árabes corceles voladores,
las flébiles baladas alemanas,

el rico piano de marfil sonoro,
el sonido del cuerno en la espesura,
del pebetero la fragante esencia

y el lecho de marfil, sándalo y oro,
en que deja la virgen hermosura
la ensangrentada flor de la inocencia.-






Imágenes: Pintura abstracta de artistas cubanos contemporáneos.


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viernes, 13 de diciembre de 2013

Canto en el sur

                                                               Elvio Romero

Poeta paraguayo nacido en Yegros, Caazapá, en 1926 y fallecido en Buenos Aires, Argentina, en el 2004. Sus ideas de izquierda lo llevó a exiliarse en Argentina en 1947. Viajó posteriormente a Francia, Italia y otros países de Europa. Parte de su obra poética está contenida en "Días roturados" (1948), "Resoles áridos" (1950), "Despierten las fogatas" (1953), "El sol bajo las raíces" (1956), "El viejo fuego" (1977), "Los valles imaginarios" (1984), etc. En 1991 obtuvo el Premio Nacional de Literatura de Paraguay.


                                                   "Germina un beso puro en nuestro pecho,
                                                   un beso que es un poco pan de tierra,
                                                   un poco arena y vuelo"



CANTO EN EL SUR   poesía de Elvio Romero


Esta noche, en el Sur,
me he mirado en tus ojos.

Soy como tú,
de piel morena, oscura, oscura,
con estrellas heridas por adentro
y por fuera sudor, cáscara ruda.

Tengo la sangre hirviendo
como un sinuoso trueno derramado;
tengo las manos ásperas
como herramientas duras y soleadas;
tengo los ojos lúbricos
como lúbricas raíces.

Esta noche, en el Sur,
me he mirado en tus ojos.

Te vi ayer en el Norte;
vi en el Norte lo mismo, el mismo
y primario dolor sobre los cuerpos,
el aguardiente galopando a sorbos
y lo demás lo mismo: el mismo
brazo sudando a contraluz sangrienta,
el mayoral que brama entre los árboles,
los mismos ojos sin calor, la misma
temblorosa epilepsia del sudor,
los mismos exprimidos, los mismos coronados!

Esta noche, en el Sur,
me he mirado en tus ojos.

Soy como tú,
la misma turbulencia contra el mismo espejismo,
idéntico remanso bajo la misma noche.

Conservo el sortilegio
de estas zonas arbóreas que me cercan.
Tengo la risa ronca
y estas anchas tristezas.

De piel morena, oscura,
pisando en el calor exasperado.-



EL AMOR

Sí,
hoy me he puesto a encender el viejo fuego

El azar y los años
me han llevado a pisar en el sendero
que me ha impuesto el amor, que mi
adorada
impuso a mi corazón; ahora vuelvo
al fervor inicial, a esa primera mañana
en que el sol se ha instalado en nuestro
pecho.

Y así las cosas:
la canción, la plenitud, el deseo
me han alumbrado el rostro, se me han
ceñido
como un pañuelo verde sobre el cuello,
y entro en la casa del fervor como antaño,
asombrándome al ver reverdecer los
sueños.

Es como si hubiesen atizado
a mi sangre el verano, la intemperie, los
vientos
cordilleranos, o inundando sus causes
un enérgico brío de panales repletos,
los brazos encendidos al apretar sus
brazos,
las dos manos cargadas de un esplendor
secreto.

Sí,
porque mi corazón no descansa en la
noche,
hoy me he puesto a encender el viejo
fuego.-



                                                               Elvio Romero




Imágenes: Pinturas de Eduardo Abela (Cuba, 1889-1965)


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jueves, 12 de diciembre de 2013

Poetas colombianos

Tres poetas de Colombia: Juan Gustavo Cobo Borda (1948), Darío Jaramillo (1947) y Dominga Palacios (1926), tres voces con distintos matices, hermanados en la misma tierra y en la palabra como expresión máxima de sus sentires.


                                            "Nubes vanas en la noche,
                                            así pasan las palabras
                                            por la aurora irreversible de las cosas"



CRISIS   poesía de Juan Gustavo Cobo Borda

Una tarde el amor se acaba
y tanta magia 
se trueca en fastidiosa servidumbre
y las palabras únicas
son ruido
para llenar vacíos.
Asoma la bobería de todo ser
y ningún esfuerzo
logra encender de nuevo
ese sol
de la atracción sin límites.
Todo es incomodidad y fuga
para no herir, en vano,
y decretar por fin lo irremediable.
Lo sabido pero no aceptado.
Súbditos de vanas fantasías
vemos caer a tierra
la pintura fervorosa
que aplicamos sobre nadas
y que ahora sí son nada.
Y lo peor de todo:
el alivio que experimentamos
al cancelar la dicha
y eludir la trampa
felices de iniciar el duelo
y decir adiós, con mucha calma.-


                                                     Juan Gustavo Cobo Borda


BIOGRAFÍA   poesía de Darío Jaramillo

Rasguños, limaduras de piel,
instantes que permanecen porque
dejaron cicatrices,
tal es la vida que puede contarse de
aquel hombre.
Él fue feliz, sólo él lo supo,
lo bueno a su manera
-buena la digestión, mejor el sueño-,
pero estuvo donde estalló la pólvora,
practicó deportes rudos,
dejó a su corazón endurecerse
y su biografía se cuenta por heridas que
disfrazan la
dicha.
No amó, sobra advertirlo
-dije que fue feliz-,
pero acumuló afectos y lealtades,
inesperados cómplices que acudían a él
con un
chasquido,
mujeres dispuestas a morir por él
(con él no vivirían):
sólo una noche, una temporada cuando
más
con este soldado que no sufre
o que sabe sufrir,
no demasiado tiempo con este solitario,
con este sobreviviente.
Sus biógrafos resaltarán su heroísmo
y él desde su tumba
pedirá que barajen y repartan de nuevo.-


                              Darío Jaramillo


PUEDO VIVIR EN MÍ   poesía de Dominga Palacios


Puedo vivir en mí
desde la punta de mi pelo negro
hasta el negro charol de mis zapatos.
Puedo hundirme en mi ser.
Puedo habitarme y abrirme y florecer
hasta saciarme de mi conocimiento,
de mi angustia,
de mi tristeza errante.
Puedo andar siempre sola
hasta dejar mi sombra
en cualquier parte.
Puedo, si lo preciso
hasta dejar de amarte.
Si he de pensar en ti
para poder hallarme
quiere decir que tres cuartos de vida
se han muerto en ese instante.-


                                                           Dominga Palacios







Imágenes: Pinturas del artista colombiano Fernando Botero (Medellín, 1932)



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martes, 10 de diciembre de 2013

Punto de partida

                                                               Elena Medel

Poeta y crítica literaria española nacida en Córdoba en 1985. Forma parte del equipo coordinador de "La bella Varsovia" y colabora como articulista en diversos suplementos literarios de la prensa española. Ha publicado los poemarios: "Mi primer bikini" (2001), Premio Andalucía Joven, "Vacaciones" (2004), "Tara" (2006), "Un soplo en el corazon" (2007), "Cuentos eróticos de San Valentín" (2007), etc. Parte de su obra ha sido traducida al árabe, inglés, italiano y portugués.



                                      "Sólo yo sé cuándo sobrevivimos.
                                      Lo sé porque mis dedos
                                      se transforman en lápices de colores"



PUNTO DE PARTIDA   poesía de Elena Medel

Un poema condenado al ocio.
Sus dieciocho versos montan en autobús
y guardo en la cartera -dibujos animados-
dos pasajes con destino a la garganta.
Tu móvil, apenas unos céntimos, sonrisa:
ganarte así, renegando de Espronceda.

Tus besos son la excusa del verano.-


CANDY

Rota sobre el arcoiris,
descubro que la lluvia
es mi única coraza.
De noche se me forman
piscinas en el hombro,
mientras cuento mis pecas.

De mañana, imagino
que buceo en ellas:
que mi nuez es esponja,
que escribo mis poemas
con la ruina de nadie.
En el fondo de todo
-cuyo cielo es trapecio-
mi cuello de botella
se empequeñece y ríe,
con un mensaje dentro:
salir jamás de aquí
hormiga a pata renga.

O tumbada en añil:
mi barbilla es cruel
y araña el imperdible
que sujeto mis botas,
o me arranco de cuajo
el punzón que me aferra
al balcón, y me asomo.
He estado ahí abajo.
Golpeo el techo y llueve.
Diluvia mi cabello:
la lluvia es mi defensa;
éste, mi himno acuático.

He estado ahí abajo.
Abajo, más profunda.
Donde puedo estar sola.
Incluso más abajo,
incrustada en el fondo
del agua o de la tierra.
Trenzas destartaladas:
soy muñeca de sucio
trapo, pisoteada,
rota sobre el arcoiris.-


ESCRIBIRÉ QUINIENTAS VECES


Escribiré quinientas veces el nombre
de mi madre.
Con un vestido blanco trazaré cada una
de sus letras por las
       paredes de ni dormitorio,
por el suelo del patio del
       colegio, por el pasillo de la casa
más antigua.
Para
       recordar mi origen cada vez que yo viva.
En todos los lugares podré besar sus mejillas
limpias de
       cristal, aunque ella duerma lejos:
sus mejillas cercanas que me dolerán
donde acaricie
        su nombre escrito.
Tantos días, tantas noches habrá de alimentarme
        amorosamente con su parábola descalza;
vendrá mi madre a arroparme, mujer de humo,
con los ojos
        tiritando de suerte,
y en cada sueño mis apellidos dolerán como un
cartel de
        bienvenida a un hogar diferente.
Sobre mi cabello, rubio como el de mi madre, la
corona que
        me ciño como hija primogénita de
Dinamarca.
Me llamaré Vacía, en honor a mis muertos;
miraré cómo
retozan de acrílico las palmas de mis manos.
Gritaré quinientas veces el nombre de mi madre,
nací para llorar la muerte de otros.-



                                                                  Elena Medel




Imágenes: Pinturas del artista cubano contemporáneo, Jorge Arche.



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