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viernes, 31 de mayo de 2013

Notas

                                                                     Juan Gelman

                                                      (Buenos Aires, Argentina, 1930)


                                              "¿qué me querías decir mayo?
                                               por qué eras triste o dulce en tu tristeza?
                                               nunca lo supe pero siempre
                                               había un hombre solo entre los oros de la calle"



NOTAS     poesía de Juan Gelman

I
te nombraré veces y veces.
me acostaré con vos noche y día.
noches y días con vos.
me ensuciaré tomando con tu sombra.
te mostraré mi rabioso corazón.
te pisaré loco de furia.
te mataré los pedacitos.
te mataré uno con paco.
otro lo mato con rodolfo.
con haroldo te mato un pedacito más.
te mataré con mi hijo en la mano.
voy a venir con diana y te mataré.
voy a venir con jote y te mataré.
te voy a matar, derrota.
nunca me faltará un rostro amado para
matarte otra vez.
vivo o muerto/un rostro amado
hasta que mueras
dolida como estás/ya lo sé.
te voy a matar/yo
te voy a matar.-


V
No echés a la tristeza del fogón/
siéntese aquí a mi lado/vieja/
usted nunca me va a dejar/
perdonemé si la olvidé

si anduve de rabia en rabia
saliendo de un muerto entrando
a otro muerto o mundo roto/
si así viaje todos estos años/

arrímese/tristeza
que me hace tanta furia
y tanto puerto muerto y
necesito viajar/viajar.-


XXVII

de lo posible a lo probable/del
sueño a la realidad hay como
mares/playas nocturnas donde
animales de pico descarnan
formas mojadas por los jugos
del corazón/así/viajamos
del pecho al seco sol que dora
la maravilla/o existir.-


ORACIÓN

Habítame, penétrame.
Sea tu sangre una como mi sangre.
Tu boca entre a mi boca.
Tu corazón agrande el mío hasta estallar.
Desgárrame.
Caigas entera en mis entrañas.
Anden tus manos en mis manos.
Tus pies caminen en mis pies, tus pies.
Árdeme, árdeme.
Cólmeme tu dulzura.
Báñeme tu saliva el paladar.
Estés en mí como está la madera en el palito.
Que ya no puedo así, con esta sed
quemándome.

Con esta sed quemándome.

La soledad, sus cuervos, sus perros, sus pedazos.-


POCO SE SABE

Yo no sabía que
no tenerte podía ser dulce como
nombrarte para que vengas aunque
no vengas y no haya sino
tu ausencia tan
dura como el golpe que
me di en la cara pensando en vos.-


                                                                Juan Gelman





Imágenes: pinturas del artista Amedeo Modigliani  (Livorno, Italia, 1884-París 1920)



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miércoles, 29 de mayo de 2013

Amantes

                                                        Pablo García Baena

Poeta español, nacido en Córdoba en 1923. Fundó la revista "Cántico" junto a Ricardo Molina. De extensa obra, se destacan los títulos: "Rumor oculto" (1946), "Mientras cantan los pájaros" (1948), "Antiguo muchacho" (1950), "Junio" (1957), "Prehistoria" (1994), "Poniente" (1995), "En la quietud del tiempo" (2002), etc. De los galardones recibidos deben mencionarse el Premio Príncipe de Asturias en 1984, Premio Andalucía de las Letras en 1992, Medalla de Oro de la Provincia de Málaga en 2004 y el Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana 2008.


                                   "como el árbol dorado sueña la hoja verde,
                                   ahora que no estás y en los bosques nevados
                                   cruje lívidas urnas, fantasmal, el invierno"




AMANTES   poesía de Pablo García Baena

El que todo lo ama con las manos entre los dedos,
despierta la caricia de las cítaras,
siente el silencio y su pesada carne
fluyendo como ungüento entre los dedos,
lame la lenta lengua de sus manos
el hueso de la tarde y sus sortijas
se enredan en el ave adormecida
del viento. Labra en mármoles de humo
el cuerpo palpitante del abrazo
extenuado cual cervato agónico,
y con pico frío de sus uñas
monda la oliva efímera del beso.
El que se ama solo, el que se sueña
bajo el deseo blanco de las sábanas,
el que llora por sí, el que se pierde
tras espejos de lluvia y el que busca
su boca cuando bebe el don del vino,
el que sorbe en la axila de la rosa
la pereza oferente de sus hombros,
el que encuentra los muslos del aljibe
contra sus muslos, como un saurio verde
sobre el mármol desnudo e inviolado,
ese que pisa, sombra, desdeñoso
el pavimento de las madrugadas.
El que ama un instante, peregrino
voluble, de flauta hasta los labios,
de la trenza al cítiso, de los cisnes
a la garganta, de la perla al párpado,
de la cintura al ágata, del paje
a la calandria y tras él, silente
va talando el olvido de las mieses altas,
tirso áureos de espigas, leves brotes,
todo un bosque confuso de recuerdos,
y él va cantando, ruiseñor nocturno,
capricho y galanía, bajo la luna.
Y el que besa llorando y el que sólo
sabe ofrecer y aquel que cubre el pecho,
para no amar, de oscuro arnés, sonrisa
y un gerifalte lleva silencioso
devorando su corazón de gules.
Todos, la noche maga con su rezo
los enloquece, clava en sus pupilas
el helor de su vaga nieve negra,
le da a beber rencor entre sus manos,
los hurta en el arzón de sus corceles,
los trae y los lleva como mar en cólera,
coronadas las olas de sollozos,
de cabelleras naúfragas, de sangre,
y los devuelve dulces, poseídos,
hasta la playa bruna y solitaria.-


INFAME TURBA

Nunca supimos qué pájaro era aquel
que cantaba al besarnos...

Al besarnos el alba
sería la alondra ilustre,
el vano timbalero de Verona,
diana floreciendo en el dormido alféizar,
salvas inoportunas,
diligentes clarines matinales
hostigando al amante perezoso
su ligera fanfarria.

Nunca supimos qué pájaro era aquel
que cantaba...

Que cantaba en la noche,
ruiseñor, geiser puro
de lágrimas brotando, silenciosa
perla de la armonía, copa lívida
desbordando tristeza y ebriedad.
Voz sacra de la luna. A su conjuro,
espectral médium pálido,
entre la fronda ensimismada surgen
invocadas estatuas.

Nunca supimos qué pájaro era aquel...

Era aquel mirlo blanco
que llamaba desde la oscura tarde,
cuco, péndulo, primaveral
pausadamente hiriendo en el recuerdo.
Ribera del amor, aparejadas
las aves, las sonrisas, golondrinas,
paloma de collar, colibrí, pechirrojo,
pueblan libres el ámbito.

Nunca supimos qué pájaro...

¿Qué pájaro del frío, aguzanieves
del olvido, avefría, nevatilla,
trémulas patas sobre ramas yertas,
con sus picos hurgando en el sonoro
corazón, tronco vivo retumbante,
cavaban tumbas al helor del tiempo?

Nunca supimos...

Supimos bien si aquel reclamo era
gorjeo artificial, ruedas, tornillos,
un jilguero mecánico, espejuelos
o canario de cuerda, fidelísima
tórtola de latón y purpurina,
selvática viuda desolada.

Nunca...

Sí, nunca nos besamos.-



                                                     Pablo García Baena






Imágenes: pinturas de Esao Andrews, artista contemporáneo (Arizona, EE.UU)



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martes, 28 de mayo de 2013

El Iris

                                                                 Louise Glück    

Poeta estadounidense nacida en Nueva York en 1943. Asistió a la Sarah Lawrence College y a la Columbia University. Figura relevante de la poesía contemporánea con títulos como: "Firstborn" (1968), "House on the Marshland" (1975), "Descending Figure" (1980), "Ararat" (1990), "The Wild Iris" (1992), etc. En 1994 reunió sus ensayos sobre poética bajo el título "Proofs and Theories". Recibió, entre otros el Premio Pulitzer 1993, el Premio "Academy of American Poet´s Prize"  y la Medalla al Mérito MIT. Actualmente ocupa la cátedra de Literatura en la Universidad de Yale.


                                 
                                       "el cielo era rosa y naranja,
                                       más viejo porque el día había terminado.
                                       El día proyectaba sombras de roble
                                       sobre el pasto verde"



EL IRIS SALVAJE   poesía de Louise Glück

Al final del sufrimiento
me esperaba una puerta.

Escúchame bien: lo que llamas muerte
lo recuerdo.

Allá arriba, ruidos, ramas de un pino vacilante.
Y luego nada. El débil sol
temblando sobre la seca superficie.

Terrible sobrevivir
como conciencia,
sepultada en tierra oscura.

Luego todo se acaba: aquello que temías,
ser un alma y no poder hablar,
termina abruptamente. La tierra rígida
se inclina un poco, y lo que tomé por aves
se hunde como flechas en bajos arbustos.

Tú que no recuerdas
el paso de otro mundo, te digo
podría volver a hablar: lo que vuelve
del olvido vuelve
para encontrar una voz:

del centro de mi vida brotó
un fresco manantial, sombras azules
y profundas en celeste aguamarina.-


LAMIUN

Así se vive cuando tienes un corazón helado.
Como yo: entre sombras, arrástrandose sobre la roca fría,
bajo las copas inmensas de los arces.

El sol apenas me alcanza.

A veces, al comenzar la primavera, lo veo elevarse a lo lejos.
Luego crecen las hojas sobre él, hasta cubrirlo todo.
Siento su brillo entre las hojas, vacilante,
como quien golpea un vaso con una cuchara de metal.

No todos necesitan de la luz
en igual medida. Algunos
creamos nuestra propia luz: una hoja plateada
como un sendero que nadie puede recorrer, un lago de plata
poco profundo bajo la oscuridad de los arces.

Pero esto ya lo sabes.
Tú y aquellos que piensan
que viven por la verdad, y en consecuencia,
aman todo lo que es frío.-


MAITINES 4

¿Qué es mi corazón para ti
si debes romperlo una y otra vez
como el sembrador que pone a prueba
sus nuevas especies? Experimenta
algo más: cómo puedo vivir
en las colonias, como a ti te gusta, si me impones
una cuarentena de dolor, apartándome
de los miembros saludables de
mi propia tribu: eso no se hace
en un jardín, apartar
la rosa enferma; permítele ondear sus sociables
e infectadas hojas
de cara a las demás, que los minúsculos áfidos
brinquen de planta en planta, probando de nuevo
que soy la más iname de tus criaturas, la que sigue
al floreciente áfido y al rosal trepador. Padre,
como agente de mi soledad, alivia
al menos mi culpa, levanta
el estigma del aislamiento; a menos
que sea tu designio fortalecerme
otra vez, como fui
fuerte y plena en mi infancia equivocada,
bajo la leve luz
del corazón de mi madre,
o en el sueño,
el primer ser que nunca moriría.-


                                                           Louise Glück





Imágenes: pinturas del artista estadounidense Beauford Delaney (1901-1979)



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domingo, 26 de mayo de 2013

El atardecer

                                                                 Pär Lagerkvist

Poeta, dramaturgo y novelista sueco nacido en Vaxjo, pequeña población del sur en 1891. Abandonó sus estudios de Arte y Literatura en la Universidad de Upsala y en 1913 viajó a París donde recibió la influencia de las nuevas tendencias, especialmente el expresionismo. En 1916 publicó "Angustia", obra que marcó el comienzo de la modernidad poética en Suecia. Le siguieron "Canciones del corazón" (1926), "El enano" (1941) , "Barrabás" (1959), etc. Después de viajar por varios países regresó a su patria y fue miembro de la Academia Sueca desde 1940. Obtuvo el Premio Nobel de Literatura en 1951. Falleció en 1974.


                                                    "Ahora todo lo veo.
                                                    Tu labio pende
                                                    como el de una muchacha de cocina.
                                                    Estás muerta.
                                                    Pero yo te amaba. Eso era"   



EL ATARDECER   poesía de Pär Lagerkvist


Es el atardecer cuando uno se aleja,
a la caída del sol.

Es entonces cuando se abandona todo.

El pensamiento recoge
su tolda de tela de araña
y el corazón olvida
el porqué de su angustia.
El caminante del desierto
abandona su campamento,
que pronto desaparecerá bajo la arena,
y continúa su viaje
en la quietud de la noche,
guiado por enigmáticas estrellas.-


LA VIDA SE ME VA


La vida se me va...Quién sabe a dónde
con la luz parte...Sigilosamente
de mí se aleja sin decir a dónde.

Lo mismo que un amigo
que me abandona sin decir palabra,
que me abandona en soledad conmigo.

Si le pregunto: ¿A dónde vas, a dónde?
se sonríe no más, plácidamente,
sin dejar de partir quién sabe a dónde.

Le grito con angustia:
Mírame aquí, viviente, vivo. ¿A dónde
quieres que te siga?- Y con risa mustia,
"Tú no eres yo"- doliente me responde.-


EL DESCONOCIDO

Un desconocido es mi amigo
uno a quien no conozco
Un desconocido lejano, lejano
por él mi corazón está lleno de nostalgia
Porque el no está cerca de mi
Quizá por que no existe?
Quién eres tú que llenas mi corazón
de tu ausencia
que llenas toda la tierra
de tu ausencia?.


AHORA SUELTA EL SOL


Ahora suelta el sol su rubia canellera
En la primera hora del amanecer
Y la extiende sobre la primavera de la tierra
Donde miles de flores resplandecen.

La moja pensativo con el rocío refrescante,
En los húmedos escondrijos de las flores,
La desprende con cuidado de las espinas de las rosas
Pero indeciso, distraído, como en el sueño.

El bosque y el prado la acarician
La dejan volar por el aire.
Ahora acaricia al niño en su cuna
Y a las ásperas mejillas de los ancianos.

Pero el pensamiento está lejos de todo;
¿Para qué servirá esta alegría?
Sueña entre las estrellas milenarias
Que agrandan el sentido de la vida.

Suelta su pelo y lo extiende
En la hora feliz de la mañana:
Y sueña entre los mundos que se le precedieron
Y entre los nuevos que los anhelantes brillan.-



                                                            Pär Lagerkvist








Imágenes: pinturas del artista español Ignasi Pinazo (Valencia, 1849-1916)


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viernes, 24 de mayo de 2013

Agua del recuerdo

                                                                Nicolás Guillén
                                                              (Cuba, 1902-1989)


                                               "Yo soy borracho. Me seduce el vino
                                               luminoso y azul de la Quimera
                                               que pone una explosión de primavera
                                               sobre mi corazón y mi destino"



AGUA DEL RECUERDO  poesía de Nicolás Guillén

¿Cuando fue?
No lo sé.
Agua del recuerdo
voy a navegar.

Pasó una mulata de oro,
y yo la miré al pasar:
moño de seda en la nuca,
bata de cristal,
niña de espalda reciente,
tacón de reciente andar.

Caña
(febril le dije en mí mismo),
caña
temblando sobre el abismo,
¿quién te empujará?
¿Qué cortador con su mocha
te cortará?
¿Qué ingenio con su trapiche
te molerá?

El tiempo corrió después,
corrió el tiempo sin cesar,
yo para allá, para aquí,
yo para aquí, para allá,
para allá, para aquí,
para aquí, para allá...

Nada sé, nada se sabe,
ni nada sabré jamás,
nada han dicho los periódicos,
nada pude averiguar,
de aquella mulata de oro
que una vez miré al pasar,
moño de seda en la nuca,
bata de cristal,
niña de espalda reciente,
tacón de reciente andar.-


MARIPOSA

Quisiera
hacer un verso que tuviera
ritmo de Primavera;
que fuera
como una fina mariposa rara,
como una mariposa que volara
sobre tu vida, y cándida y ligera
revolara
sobre tu cuerpo cálido de cálida palmera
y al fin su vuelo absurdo reposara
-tal como en una roca azul de la pradera-
sobre la linda rosa de tu cara...

Quisiera
hacer un verso que tuviera
toda la fragancia de la Primavera
y que cual una mariposa rara
revolara
sobre tu vida, sobre tu cuerpo, sobre tu cara.-


TU RECUERDO

Siento que se despega tu recuerdo
de mi mente, como una vieja estampa;
tu figura no tiene ya cabeza
y un brazo está deshecho, como en esas
calcomanías desoladas
que ponen los muchachos en la escuela
y son después, en el libro olvidado,
una mancha dispersa.
Cuando estrecho tu cuerpo
tengo la blanda sensación de que
estás hecha de estopa.
Me hablas, y tu voz viene de tan lejos
que apenas puedo oírte.
Además, ya no te creo.
Yo mismo, ya curado
de la pasión antigua,
me pregunto cómo fue que pude
amarte,
tan inútil, tan vana,
tan floja que antes del año
de tenerte en mis brazos
ya te estás deshaciendo
como un jirón de humo;
y ya te estás borrando
como un dibujo antiguo,
y ya te me despegas de la mente
como una vieja estampa!-


                                       
                                                                 Nicolás Guillén       




                               

Imágenes: pinturas del artista contemporáneo italiano Matteo Arfanotti (Sarzana, 1974)


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jueves, 23 de mayo de 2013

Algebra

                                                      Humberto Constantini

Poeta, novelista y autor teatral argentino nacido en Buenos Aires en 1924. Participó desde joven en revistas literarias. Entre 1963 y 1975 publicó "Un señor alto, rubio, de bigotes", "Tres monólogos", "Más cuestiones con la vida", "Una vieja historia de caminantes", "Háblame de Funes", "Los héroes de Trelew", "Bandeo", etc. Estuvo exiliado siete años y siete meses en México durante la dictadura militar en Argentina. De regreso en enero de 1984 continúo con su tarea de escritor que le permitió ser Premio Casa de las Américas. Sus obras han sido traducidas al inglés, alemán, hebreo y búlgaro. Falleció en Buenos Aires en junio de 1987.



                                "Se supone que hay dudas sumamente poéticas,
                                tristezas avaladas por las musas
                                y además endosadas por la Real Academia,
                                dulces melancolías que esmaltan los crepúsculos"



ALGEBRA   poesía de Humberto Constantini

Trataré de demostrar
que los autos por la avenida Cabildo
ejecutan exactamente
la música de la soledad.

Admitamos
un aséptico bar,
con fórmicas, ventanas,
chaquetas, música ambiental,
tickets, etcétera.
En frente, un cine o un garage,
o un cartel luminoso,
o simplemente el tiempo T
(él es lento, sombrío, fatigado,
viscoso y previsible)
Ahora bien,
en el caso de que el cartel luminoso
golpee insistentemente hasta la náusea,
y si eliminamos por simplificación
(y por razones obvias) el garage y el cine,
nos quedan agrupados los siguientes recuerdos:
una calle de tierra,
una magnolia,
el perro al que uno amaba,
una zanja con yuyos donde estaba el asombro,
los huevitos de gallo
y la siesta.
Descomponiendo entonces siesta en sus usuales términos:
palomas, alguaciles, pereza
y patio con frescura,
podemos fácilmente admitir la existencia
de otro tiempo T'
particularmente azul
e idéntico al prodigio.
Pero como definición
están los autos en la avenida Cabildo
sumados al smog,
a la nostalgia,
al correr despiadado de los años,
a lo que llamaremos provisoriamente X,
multiplicamos por neurosis,
dividimos por la constante 1964,
y queda por tanto:
X igual a miedo, igual a impenetrable cáscara,
igual a envenenada y perra soledad.
Que es justamente
lo que queríamos demostrar.-



PUNTUALIZO

No es que me falten dudas o tristezas,
ni que me encuentre en déficit de penas,
ni que sea pobre en soledad o miedos,
ni que no tenga una vulgar neurosis
donde caerme muerto.
No, nada de eso,
gracias a dios
yo tengo
mi cuentita en el banco del esgunfio
como cualquier mortal.

Sólo ocurre
que las penas son bichos nauseabundos,
la soledad voltea como el tifus,
los rompimientos vienen generalmente
con gritos, puertas, odios,
puteadas furibundas,
manos en el pescuezo,
y a veces con un llanto
blando, sonso, de niño, interminable,
mendigando un perdón.

Sólo que la tristeza
es sucia, miserable, asustada e inútil,
refractaria a la máquina
y a los lindos colores del crepúsculo.
Sólo que la neurosis,
que quiere que le diga,
se parece bastante a la idiotez.-


¡BOM! ¡BIM! ¡BAM! Y GOLONDRINAS

José González,
segundo auxiliar de Contaduría,
lleva el portafolios lleno de granadas de mano.
Mira pensativamente el subterráneo de las 7 y 45
y ¡BOM! ¡BIM! ¡BAM!

Después al entrar en su oficina,
ve el auto del gerente estacionado en la puerta,
y ¡BOOOOOOOMMM!
porque el señor González
lleva también alguna bazooka en el portafolios,
por las dudas.

Cuando el gerente le pide las planillas,
él dice sí señor y sí señor,
pero cuando el gerente se da vuelta
¡RAT-TA-TA-TA-TA-TA-TA!!
y las cabezas de todos los gerentes del mundo
vuelan en pedacitos
por el luminoso cielo de septiembre
como si fueran golondrinas.-



                                                      Humberto Constantini





Imágenes: pinturas del artista argentino Pablo Solari (Buenos Aires, 1953)




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miércoles, 22 de mayo de 2013

Antes del regreso

                                                           Antonio María Flórez

Poeta colombiano de origen español, nacido en Don Benito, España en 1959. Obtuvo el título de Doctor en Filología por la Universidad Complutense de Madrid. Radicado en Colombia forma parte del Grupo Caldense que tanto está aportando a la literatura contemporánea. De su obra se destacan: "Poemillas de amor antiecológico" (1993), "El círculo cuadrado" (1987), "La ciudad" (2001), "Desplazados del paraíso" que obtuviera el Premio Internacional de Poesía Ciudad de Bogotá en 3003, etc. Es además fundador de la revista Aurocarbónica y columnista de la Agencia Enlace.


                                            "todas las cosas que fueron tuyas
                                            ya no son tuyas.
                                            Así es.
                                            Tan frágil la vida, tan terca la noche" 



ANTES DEL REGRESO   poesía de Antonio María Flórez


       Aún estoy en Buenos Aires
-Waldorf, 315, doble con baño-
y tu rostro
quiere esfumarse crepuscular
derrotado por el horizonte.

      Puedo evocar todavía,
mientras la maleta
se me llena de ausencia
y pequeñas muertes compartidas,
el olor a vino y vegetal
de tu boca entreabierta,
la calidez lejana
de tu piel de primavera y amianto,
la herida imprecisa
de tus ojos sedientos,
y hasta el lago de abejas,
la champaña y el llanto.

Ya los ángeles
braman olvido
      desde el último beso
y la orquesta
ensaya los colores
de la tristeza,
      ya las calles vacías
con el gris perfecto del silencio
y la luna
esperándome
      en el puerto.

      Mañana podré buscarme
nuevamente en otra ciudad
de puertas abiertas
y calles sin memoria
donde posiblemente
seguirá creciendo
      el olvido
bajo la nieve dormida
      de sus montañas.-



PARAÍSO

      Un día de estos
cuando el tiempo no pase sobre el tiempo
      Un año de estos
cuando el tiempo no sea tiempo
      Un siglo de estos
cuando la nieve
no sea invierno
ni el amor
      la primavera
entonces podré decir
       que el Paraíso
fue una hermosa ilusión
      en la mente de dios.-

1
      Ese lugar
que tú mencionas en tus sueños,
sigue ahí,
donde siempre estuvo.
Pero la lluvia aún no llega
para lavar las cenizas
      ni la sangre coagulada
de lo que fuera el dintel de tu casa.

2
      Mi madre
me daba besos
y mi padre libros;
así me iba la infancia,
navegando en sueños.-


TOCANDO A LAS PUERTAS


Muchachas de sonrisa vaga
y labios audaces,
esperan en los muros. Sus piernas
desnudas son blanquísimas
a la luz amarillenta de los faroles
de la medianoche. Marineros,
soldados y beodos
pasan en lujuriosa procesión
ante sus altares. Rezan canciones tristes
de amores idos y dolores presentidos.
Pecarían por unas monedas,
pero en el fondo siguen esperando
a ese rubio muchacho que un día
les mostró el camino de Europa
y les prometió volver para enseñarles
el sentido equívoco de los vientos contrarios.-


                                       
                                                  Antonio María Flórez







Imágenes: pinturas de Edward Cucuel (San Francisco, EE.UU, 1875-1954)



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lunes, 20 de mayo de 2013

Óxidos

                                                                 Nuno Júdice

Poeta, narrador, ensayista y profesor universitario nacido en El Algarve, Portugal en 1949. Galardonado la semana pasada con el Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana 2013 por el conjunto de su obra. Una de las grandes voces, Júdice es, sin duda, un punto capital de referencia dentro de la literatura portuguesa contemporánea. Desde 1972, fecha de su primer libro "A Nocao de Poema", ha publicado más de treinta libros de poesía, además de quince obras de ficción, doce ensayos literarios y cientos de traducciones. Es profesor titular de Literatura Comparada en la Universidad de Lisboa.
Los poemas publicados fueron seleccionados por la escritora argentina Yanina Audisio.


                                               "En esta ciudad había un bosque;
                                               en esta casa un hueco;
                                               y en ese hueco murió un hombre,
                                               mirando el fuego"



ÓXIDOS    poesía de Nuno Júdice


No se dice que una palabra se oxida, como
pasa con los metales. Pero hay palabras
que herrumbran, y no sé qué hacer para
limpiarlas, para que tengan el brillo
de la primera vez que fueron dichas -en
el caso de que podamos saber la primera
vez en que una palabra fue dicha-.

Tampoco se dice que un sentimiento
se oxida en contacto con el aire, o que
hay que mantenerlo en una atmósfera pura,
limpia de viento y humedad. Al
contrario, cuando se encuentra expuesto
al tiempo el sentimiento gana la
fuerza que le permite resistir a lo efímero.

Sin embargo, estas palabras que parecen
oxidadas, podemos pasarlas por la esponja
del sentimiento. Lo que parecía polvo
se transforma en luz; y vuelvo a decirlas
para que oigas, en el filtro del poema,
lo que el amor hace a las palabras.-


EL EVANGELIO SEGÚN QUIEN
LO TRADUCE

Dicen algunos: esta traducción, al pie de la letra, hace
que el camello entre por el ojo de la aguja. Si el ojo
es grande, el camello se desliza por el arco; si
es pequeño, la joroba no pasa.

Pero la mujer que cose el botón
de la camisa con la aguja humedeció de
saliva al camello para que pudiera entrar
por un lado y salir por el otro;

y si el camello, cuando sale del ojo de la aguja,
consigue pasar por el agujero del botón para prenderlo
a la camisa, la mujer le hace fiesta en la joroba
para que el camello no se enfade.

Y es que un botón cosido por el camello dura
más tiempo en la camisa, aunque el hombre,
cuando se vista la camisa, tenga que apretarlo
entre la joroba y el cuello del camello.

Así, el hombre entra con más facilidad
en el agujerodel botón que el camello en el ojo
de la aguja; y la mujer puede lavar la camisa con
el agua del camello, cuando el hombre la desnuda.-



LA PRESIÓN DE LOS MERCADOS

Préstenme las palabras del poema; o denme
sílabas de saldo, para que las ponga a rendir
en el mercado. Pero súbanme la cotización de la metáfora,
para que me limite a imágenes simples, las más
baratas, las que nadie quiere: ¿una flor? ¿Un perfume
del campo? ¿Aquellas olas que revientan, unas
detrás de las otras, sin pedir intereses a quien las ve?

Es que las palabras están caras. Hojeo diccionarios
en busca de palabras pequeñas, las que cueste
menos pagar, para que no exijan reembolsos
si las pusiera, de propina, al final del verso. El
problema es que las rimas me irán a costar el doble
y por mucho que recorra los mercados  lo que me
proponen está por encima de mis posibilidades, sin reembolso.

Y cuando vengan a pedirme lo que tengo que pagar,
¿a cuánto por ciento lo tendré que dar? Abro la cartera,
vacío los bolsillos, voy a las cuentas, y sin blanca: símbolos,
a cero: alegorías, agotadas; metáforas, ni una.
¿A quién recurrir? ¿Qué fondo de emergencia poética
me irá a salvar? Entonces, al final, me quedan dos sílabas -aire-:
al menos con ellas nadie me impedirá respirar.-



                                                    Nuno Júdice  






Imágenes: pinturas del artista francés Georges Braque (1882-1963).


Publicación de Quique de Lucio para "Nos Queda
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domingo, 19 de mayo de 2013

Así sea

                                                                  Blanca Varela

Poeta peruana nacida en Lima en 1926 y fallecida en marzo de 2009. Estudió Letras y Educación en la Universidad de San Marcos. En 1949 se radicó en París conectándose con el círculo de intelectuales latinoamericanos y españoles en Francia. En 1959 publicó su primer libro "Ese puerto existe", al que le siguieron "Luz de día" (1963), "Valses y confesiones" (1971), "Canto Villano" (1978), etc. Finalmente apareció su antología de 1949 a 1998 con el título "Como Dios en la nada". Obtuvo el Premio "Octavio Paz de Poesía y Ensayo" en 2001, el Premio "Ciudad de Granada" en 2006 y los premios "García Lorca" y "Reina Sofía de Poesía Iberoamericana" en 2007.



                                                          "estréchame las manos
                                                           la única luz que nos queda,
                                                           no me dejes olvidada
                                                           en la cima de una ola" 


ASÍ SEA   poesía de Blanca Varela

El día queda atrás,
apenas consumido y ya inútil.
Comienza la gran luz,
todas las puertas ceden ante un hombre
dormido,
el tiempo es un árbol que no cesa de crecer.

El tiempo
la gran puerta entreabierta,
al astro que ciega.

No es con los ojos que se ve nacer
esa gota de luz que será,
que fue un día.

Canta abeja, sin prisa,
recorre el laberinto iluminado,
de fiesta.

Respira y canta.
Donde todo se termina abre las alas.
Eres el sol,
el aguijón del alba,
el mar que besa las montañas,
la claridad total,
el sueño.-


CURRICULUM VITAE

digamos que ganaste la carrera
y que el premio
era otra carrera
que no bebiste el vino de la victoria
sino tu propia sal
que jamás escuchaste vítores
sino ladridos de perros
y que tu sombra
fue tu única
y desleal competidora.-


POEMA

Hoy estás en los brazos
de mi feroz imaginación
brazos que han matado
brazos con que tapo mis ojos
con un gesto de lobo
para buscarte un hogar
un lento y suave infierno
donde todo calor
provenga
de una furtiva lágrima
oh líquido mundillo
oh jadeante fantasma
no eres
sino el ojo que estalla
y que deja caer
como si no ocurriera
sus mejores colores
en mi entraña
ojo que hociquea
que peino con la más pura saliva
aquí en mis brazos
entre mis torpes alas de mamífero
la muy compuesta y perdurable nada
para siempre te guarde
y el buen mal ojo salta
y se eleva en el oscuro cielo de mi lecho
y ese cielo
es el marco impreciso de una frente
que ya no reconozco
esa sombra ese objeto esa cosa
con boca con nariz y con oídos.-


TODA LA PALIDEZ INEXPLICABLE

Toda la palidez inexplicanle es el recuerdo.

Travesía de muralla a muralla,
el abismo es el párpado,
allí naufraga el mundo
arrasado por una lágrima.-



                                                         Blanca Varela

     

Imágenes: pinturas del artista mexicano Octavio Ocampo (Guanajuato, 1943)




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viernes, 17 de mayo de 2013

El amor

                                                                Efraín Huerta

Poeta mexicano nacido en Guanajuato en 1914. Fue además periodista profesional y crítico cinematográfico. Perteneció a la llamada "Generación del Taller", agrupación marcada por la guerra española. Su poesía, unas veces revolucionaria y otras tierna, está impregnada de sentimientos extremos. De sus libros publicados se puede mencionar, entre otros, a "Fábula", "Géminis", "Metáfora", "Pájaro Cascabel", "Los hombres del alba", "Poesía Seleccionada", etc. Le fue otorgado el Premio Nacional de Literatura de México en 1976 y las Palmas Académicas del gobierno de Francia en 1945. Murió en su país en 1982.


                                                "Esta es la historia de un amor 
                                                 con oscuros y tiernos orígenes:
                                                 vino con unas alas de paloma
                                                 y la paloma no tenía ojos"


EL AMOR  poesía de Efraín Huerta

El amor viene lento como la tierra negra,
como luz de doncella, como el aire del trigo.
Se parece a la lluvia lavando viejos árboles,
resucitando pájaros. Es blanquísimo y limpio,
larguísimo y sereno: veinte sonrisas claras,
un chorro de granizo o fría seda educada.

Es como el sol, el alba: una espiga muy grande.

Yo camino en silencio por donde lloran piedras
que quieren ser palomas, o estrellas,
o canarios: voy entre campanas.
Escucho los sollozos de los cuervos que mueren,
de negros perros semejantes a tristes golondrinas.

Yo camino buscando tu sonrisa de fiesta,
tu azul melancolía, tu garganta morena
y esa voz de cuchillo que domina mis nervios.
Ignorante de todo, llevo el rumbo del viento,
el olor de la niebla, el murmullo del tiempo.

Enséñame tu forma de gran lirio salvaje:
cómo viven tus brazos, cómo alienta tu pecho,
cómo en tus finas piernas siguen latiendo rosas
y en tus largos cabellos las dolientes violetas.

Yo camino buscando tu sonrisa de nube,
tu sonrisa de ala, tu sonrisa de fiebre.
Yo voy por el amor, por el heroico vino
que revienta los labios. Vengo de la tristeza,
de la agria cortesía que enmohece los ojos.

Pero el amor es lento, pero el amor es muerte
resignada y sombría: el amor es misterio,
es una luna parda, larga noche sin crímenes,
río de suicidas fríos y pensativos, fea
y perfecta maldad hija de una Poesía
que todavía rezuma lágrimas y bostezos,
oraciones y agua, bendiciones y penas.

Te busco por la lluvia creadora de violencias,
por la lluvia sonora de laureles y sombras,
amada tanto tiempo, tanto tiempo deseada,
finalmente destruída por un alba de odio.-



ESA SONRISA

Si de un vuelo la esencia iluminase
esta celda que a tientas desconozco,
si de un frágil destello, de una brisa
juvenil o poema, en breves pétalos,
descendiese tu vida; si a mi vida

una virtud le diera buena suerte,
expresaría el poema, la bondad
de tu sereno gesto al apoyarse
tus alas, tu sonrisa y tu belleza
en el clavel de fiebre de mi alma.

Pues tu sonrisa leve manifiesta
una resuelta forma de animar,
de dar ágiles signos, no al sollozo
en que todo se pierde, sino al beso
de impecable factura, de dominio.

Si la sonrisa es nido, el beso es sueño
de virginal angustia y melodía.
Si un día tus pies besé desesperado,
fue tan solo por darme la delicia
de alzar los ojos y mirar el cielo.

Al cielo de tus ojos y tu frente,
al inquietante cielo donde vuelos
de pensamientos gimen, donde una
y otra vez me dedico a descubrir
la desolada nube de mi amor.

Es mejor hablar claro y no decir
que se siente la angustia por sistema.
Es mejor que te diga: No me olvides,
y si me olvidas dame, de tu boca
la fría miseria del final, la muerte.

Pero nada dirás, lo estoy sabiendo,
cuando en dulces instantes como flores,
vienes de nuevo a mí, y en tu sonrisa
aprendo la lección definitiva:
el alba temblorosa de tu boca.-


                           
                                                             Efraín Huerta 







Imágenes: pinturas del artista Rudolph Ernst  (Austria, 1854-1932)


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miércoles, 15 de mayo de 2013

Barato, se liquida

                                                               Vladimir Maiacovski
                                                                 (Rusia, 1893-1930)

Maiacovski constituye un fenómeno extraordinario de la poesía rusa y universal. Valiente, ingenioso, brillante polemista, fue el símbolo de la poesía innovadora del siglo XX. Como ensayista brilló con fuerza excepcional, escribiendo múltiples textos en los que siempre defendió su posición revolucionaria. Después de una vida de lucha y sacrificio, víctima de un amor imposible, y sintiéndose abandonado, se quitó la vida en 1930, a los 37 años. Su obra poética siguió generando adeptos y discípulos a lo largo del tiempo.-


                                 
                                                "Mejor despidámonos ahora
                                                Igual mi amor
                                                será una cadena que colgará
                                                siempre de ti, adonde vayas" 



BARATO, SE LIQUIDA   poesía de Vladimir Maiacovski


A ti, mujer,
a quien enredo en conmovedora aventura,
o a ti, transeúnte,
a quien miro simplemente.
Todos pasan temerosos  apretando
sus bolsillos.
¡Ridiculos!
¡A los pobres,
qué pueden robarles!
Pasarán los años
lo sabrán ustedes,
tal vez, yo,
candidato a dos metros
de la morgue municipal,
soy infinitamente más rico,
que cualquier Pierpont Morgan.
Al cabo de tantos y tantos años,
ya no viviré,
moriré de hambre,
o un tiro me pegaré
a mí,
al de fuego,
me estudiarán los profesores,
hasta los puntos y las comas,
y hablarán de dónde y cómo,
y cuándo vivió y nació...
Y desde la cátedra,
un idiota de frente saliente,
recordará a dios o al demonio.
Se inclinará la muchedumbre,
adorándome inquieta,
y no me reconocerán.
Yo no soy yo.
Dibujarán una cabeza,
con cuerpo o con aureola,
y todos los estudiantes,
antes de dormirse,
soñarán acostados sobre mis versos.
Soy pesimista -dicen-
¡Ya lo sé!
¡Siempre habrá aprendices en la tierra!
Pero al fin,
escuchádme:
todo lo que posea mi alma,
todo,
¿a ver quién se atreve a medir esta hondura?
Toda la maravilla,
que en la eternidad adornará mi paso,
y aún mi propia inmortalidad,
que tronando por todos los siglos,
juntará a mis admiradores de rodillas,
en el mundo y siempre,
¿todo eso quieren?
lo doy enseguida,
por una sola palabra,
cariñosa,
humana.
¡Gente!
¡Venid levantando polvo
por las avenidas,
aplastando cuerpos, pisando rostros!
Venid de toda la tierra.
hoy,
en San Petersburgo,
en la calle Nadiézda
por menos de un peso
se liquida una valiosísima corona,
por una palabra humana.
¿Barato, verdad?
¡Anda
prueba encontrarla!-



Y ASÍ PASA CONMIGO


Las escuadras,
también acuden a las bahías.
El tren,
también se apresura hacia las estaciones.
Y yo, se comprende
-si yo te amo-
voy hacia ti
pues me atraes,
me enloqueces.
Así yo,
vuelvo hacia ti, amada,
con mi corazón encantado.
Y a casa vuelvo contento,
como ustedes vuelven
y se quitan la roña, lavándose,
Así vuelvo hacia ti.
¿Acaso,
yendo hacia ti no vuelvo a mi casa?
Siempre volvemos a nuestros deseos.
Así yo,
hacia ti siempre me inclino,
apenas nos separamos,
nos vimos apenas.-



                                                     Vladimir Maiacovski






Imágenes: pinturas de la artista rusa contemporánea Abdalieva Akzhana


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martes, 14 de mayo de 2013

Esta Noche

                                                                 Wallace Stevens

Poeta estadounidense nacido en Reading, Pennsylvania, en 1879. Hijo de un prestigioso abogado, tuvo acceso a una esmerada educación en Harvard College y posteriormente en New York Law School, donde se graduó como abogado. Sus principales poemas están contenidos en "Harmonium" (1923), "Ideas de orden" (1935), "El hombre con la guitarra azul" (1937), "Las auroras de otoño" (1950), etc. Fue reconocido internacionalmente cuando publicó los "Poemas Completos" en 1954. Obtuvo importantes galardones, entre ellos, los Premios Pulitzer y National Book Award en 1955. Falleció, víctima de un cáncer en agosto de 1955.
Los poemas de Stevens aquí publicados son la versión traducida de la poeta y narradora argentina Yanina Audisio (Río Cuarto, Córdoba, 1983) quien generosamente nos los acercó para esta edición. Yanina Audisio coordina el Grupo Literario "Las puntas del clavo", en Buenos Aires y administra el recomendado blog literario: http://puntasdelclavo.blogspot.com.ar


                             "Ni todas las cuchillas de los postes,
                              ni los escoplos de las largas calles,
                              Ni los mazos de las cúpulas pueden tallar
                              lo que puede tallar una estrella
                              cuando brilla a través de una hoja de parra"



DEZEMBRUM   poesía de Wallace Stevens

I
Esta noche solo las estrellas del invierno.
El cielo ya no es una tienda de usados,
Llena de jabalinas y meteoros,
Triángulos y los nombres de las niñas.

II
Una y otra vez has dicho,
Este mundo inmenso dividido en dos,
Una parte es el hombre, la otra dios:
Imaginero, la máscara monacal, el rostro.

III
Esta noche las estrellas como una multitud de rostros
Andan por el espacio cantando
Y riendo, una multitud de hombres,
Cuyo canto es un modo de la risa.

IV
Nunca ángeles, nada que venga de los muertos,
Enfrenta a la gente con su resplandor nocturno,
Riendo y cantando y siendo feliz,
Ocupando la necesidad de la fantasía.

V
En este cuarto inflexible, un amante violento,
Sin juguetes, ni cachivaches
La razón no puede dar nada
Como la respuesta al deseo.



HOMUNCULUS ET LA BELLE ÉTOILE

En el mar, por Biscayne, allí, se engalana
La joven esmeralda, estrella de la tarde,
Buena luz para borrachos, poetas, viudas
Y señoritas por casarse.

Ante esta luz los peces salados
Se agitan en el mar como ramas
Asumiendo tantos rumbos,
Arriba y abajo.

La luz conduce
Los pensamientos de los borrachos, las emociones
De las viudas y las damas estremecidas,
El movimiento de los peces.

Qué seductora es la existencia
En la que esta esmeralda cautiva filósofos,
Hasta que se inclinan descuidados, dispuestos
A bañar sus corazones en la luna tardía,

Sabiendo que pueden recuperar el pensamiento
En la noche que será aún silenciosa,
Reflejando esto y lo otro,
Antes del sueño.

Sería mejor que, como eruditos,
Pensaran con esfuerzo en los puños oscuros
De sus gruesas capas,
Y afeitaran sus cabezas y cuerpos.

Bien podría ser que su señora
No sea un fantasma demacrado y evasivo.
Podría, después de todo, ser una cortesana,
Bella en abundancia, ávida.

Fecunda,
Para quienes, bajo su luz, en la costa
Los más íntimos bienes perseguidos
Se conviertan en un simple discurso.

Es una buena luz, entonces, para aquellos
Que conociendo al Platón supremo,
Tranquilizan con esta joya
Las tormentas de la confusión.-


THE PLOT AGAINST THE GIANT

Muchacha Primera

Cuando el rústico venga entre balbuceos,
Afilando su arma,
Correré ante él,
Esparciendo los más plácidos perfumes
De geranios y flores que nadie olió.
Esto lo hará detenerse.

Muchacha Segunda

Correré ante él,
Las prendas torciéndose salpicadas de colores
Pequeñas como huevos de pez.
Harán su amenaza
Vulnerándolo.

Muchacha Tercera

Oh...¡el pobre!
Correré ante él,
Con un soplo impar,
Inclinará su oreja.
Susurraré
Labios celestiales en un mundo de gruñidos.
Será su rendición.-




                                                                    Wallace Stevens






Imágenes: pinturas del artista estadounidense Philip Evergood (1901-1973)



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