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jueves, 23 de mayo de 2013

Algebra

                                                      Humberto Constantini

Poeta, novelista y autor teatral argentino nacido en Buenos Aires en 1924. Participó desde joven en revistas literarias. Entre 1963 y 1975 publicó "Un señor alto, rubio, de bigotes", "Tres monólogos", "Más cuestiones con la vida", "Una vieja historia de caminantes", "Háblame de Funes", "Los héroes de Trelew", "Bandeo", etc. Estuvo exiliado siete años y siete meses en México durante la dictadura militar en Argentina. De regreso en enero de 1984 continúo con su tarea de escritor que le permitió ser Premio Casa de las Américas. Sus obras han sido traducidas al inglés, alemán, hebreo y búlgaro. Falleció en Buenos Aires en junio de 1987.



                                "Se supone que hay dudas sumamente poéticas,
                                tristezas avaladas por las musas
                                y además endosadas por la Real Academia,
                                dulces melancolías que esmaltan los crepúsculos"



ALGEBRA   poesía de Humberto Constantini

Trataré de demostrar
que los autos por la avenida Cabildo
ejecutan exactamente
la música de la soledad.

Admitamos
un aséptico bar,
con fórmicas, ventanas,
chaquetas, música ambiental,
tickets, etcétera.
En frente, un cine o un garage,
o un cartel luminoso,
o simplemente el tiempo T
(él es lento, sombrío, fatigado,
viscoso y previsible)
Ahora bien,
en el caso de que el cartel luminoso
golpee insistentemente hasta la náusea,
y si eliminamos por simplificación
(y por razones obvias) el garage y el cine,
nos quedan agrupados los siguientes recuerdos:
una calle de tierra,
una magnolia,
el perro al que uno amaba,
una zanja con yuyos donde estaba el asombro,
los huevitos de gallo
y la siesta.
Descomponiendo entonces siesta en sus usuales términos:
palomas, alguaciles, pereza
y patio con frescura,
podemos fácilmente admitir la existencia
de otro tiempo T'
particularmente azul
e idéntico al prodigio.
Pero como definición
están los autos en la avenida Cabildo
sumados al smog,
a la nostalgia,
al correr despiadado de los años,
a lo que llamaremos provisoriamente X,
multiplicamos por neurosis,
dividimos por la constante 1964,
y queda por tanto:
X igual a miedo, igual a impenetrable cáscara,
igual a envenenada y perra soledad.
Que es justamente
lo que queríamos demostrar.-



PUNTUALIZO

No es que me falten dudas o tristezas,
ni que me encuentre en déficit de penas,
ni que sea pobre en soledad o miedos,
ni que no tenga una vulgar neurosis
donde caerme muerto.
No, nada de eso,
gracias a dios
yo tengo
mi cuentita en el banco del esgunfio
como cualquier mortal.

Sólo ocurre
que las penas son bichos nauseabundos,
la soledad voltea como el tifus,
los rompimientos vienen generalmente
con gritos, puertas, odios,
puteadas furibundas,
manos en el pescuezo,
y a veces con un llanto
blando, sonso, de niño, interminable,
mendigando un perdón.

Sólo que la tristeza
es sucia, miserable, asustada e inútil,
refractaria a la máquina
y a los lindos colores del crepúsculo.
Sólo que la neurosis,
que quiere que le diga,
se parece bastante a la idiotez.-


¡BOM! ¡BIM! ¡BAM! Y GOLONDRINAS

José González,
segundo auxiliar de Contaduría,
lleva el portafolios lleno de granadas de mano.
Mira pensativamente el subterráneo de las 7 y 45
y ¡BOM! ¡BIM! ¡BAM!

Después al entrar en su oficina,
ve el auto del gerente estacionado en la puerta,
y ¡BOOOOOOOMMM!
porque el señor González
lleva también alguna bazooka en el portafolios,
por las dudas.

Cuando el gerente le pide las planillas,
él dice sí señor y sí señor,
pero cuando el gerente se da vuelta
¡RAT-TA-TA-TA-TA-TA-TA!!
y las cabezas de todos los gerentes del mundo
vuelan en pedacitos
por el luminoso cielo de septiembre
como si fueran golondrinas.-



                                                      Humberto Constantini





Imágenes: pinturas del artista argentino Pablo Solari (Buenos Aires, 1953)




Publicación de Quique de Lucio para "Nos Queda
la Palabra"
quiquedelucio@gmail.com
twitter@quiquedelucio

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