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domingo, 5 de mayo de 2013

Ceniza azul

                                                                  Mario Rivero

Poeta, periodista y crítico de arte colombiano nacido en Envigado, Antioquia, en 1935 y fallecido en Bogotá en el año 2009. Recorrió varios países de Europa y América y durante su juventud fue voluntario en la guerra de Corea. Autor de una extensa obra poética : "Poemas urbanos" (1966), "Noticiario 67" (1967), "Y Vivo todavía" (1972), "Baladas sobres ciertas cosas que no se deben nombrar" (1973), "Baladas" (1980), "Los poemas del invierno" (1984), "Mis asuntos" (1986), "Vuelvo a las calles" (1989), "Del amor y su huella" (1992), etc. Entre los importantes galardones obtenidos, se destacan: Premio Nacional de Poesía "Eduardo Cote Lamus" en dos ocasiones y Premio Nacional de Poesía "José Asunción Silva" en el año 2001.


                                 
                                      "cada ocaso advierte a los hombres callados
                                       que miran al horizonte
                                       que la oscuridad caerá"




CENIZA AZUL    poesía de Mario Rivero

Del amor
sólo queda
              un poco
de ceniza azul.

Volverías a
              sentarte
junto al fuego
apagado
ahora que lo
              sabes?-


COSAS QUE PASAN

Este hombre y esa mujer se conocieron
cierto día
Sin duda el hombre sonrío a la mujer
sin duda le trajo flores
sin duda llegó a conocer su olor entre mil
y hasta a olfatear su ropa interior
su brassiére sus pantalones
tirados sobre la cama.

Años después ella pasa con un gordo contoneo
envuelta en pieles emplumadas
Su perfume es el mismo barato y dulce
lo mismo ondula su grupa encantadora
tiene en cambio los ojos turbios
como dos cuentas desteñidas de porcelana

El parece un hombre serio y sobrio
con su cuentica en el banco y su "curriculum vitae"
no hay duda de que ha sabido ubicarse en el proceso
la mira la examina de una manera abstracta
como si examinara
una cosa vieja oxidada
a la brillante luz del sol
Parpadeando estúpidamente desde un lapso de olvido
y sombra y grasa...

Tiresias ciego adivino de mamas arrugadas
Todos somos él
-o algo parecido al menos-


LA LUNA Y NUEVA YORK


Nos encontrábamos todos los días
en el mismo sitio
compartíamos versos, cigarrillos
y a veces una novela de aventuras.
Lanzábamos piedrecillas
desde el puente donde almorzaban
los obreros de la fábrica de vidrio.
Le decía que mi tierra es redonda
mi tía bruja y la luna un pedazo de cobre.
Que un día iría a Nueva York
la ciudad abundante en cosas estrambóticas
donde los gatos vagabundos
duermen bajo los automóviles
donde hay un millón de mendigos
un millón de luces
un millón de diamantes...
Nueva York donde las hormigas
demoran siglos trepando al Empire State
y los negros se pasean por Harlem
vestidos con colores chillones
que destilan betún en el verano.
Iría por los restaurantes
hasta encontrar un cartelito:
"Se necesita muchacho para lavar los platos.
No se requiere título universitario".
A veces comería un sandwich
recogería manzanas en California
pensaría en ella cuando montara en el ascensor
y le compraría un traje parecido al neón...
me iba a besar
cuando sonó el pito de la fábrica.-



                                                                  Mario Rivero



 

Imágenes: pinturas del artista francés Henri Lebasque  (1865-1937)


Publicación de Quique de Lucio para "Nos Queda
la Palabra"
quiquedelucio@gmail.com
twitter@quiquedelucio





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