Clara Janés, poeta, novelista y traductora española nacida en Barcelona en 1940. Hija del famoso editor y poeta Josep Janés. Es Licenciada en Filosofía y Letras y Maitre és Lettres por la Universidad de la Sorbona en Literatura Comparada. Parte de su extensa obra, traducida a más de veinte idiomas, está contenida en los siguientes volúmenes: "Las estrellas vencidas" (1964), "Límite humano" (1974), "En busca de Cordelia" (1975), "Poemas rumanos" (1975), "Antología personal" (1979), "Libro de alienaciones" (1980), "Eros" (1981), "Kampa" (1986), "Fósiles" (1987), "Rosas de fuego" (1996), etc. Clara Janés ha sido galardonada, entre otros, con el Premio Ciudad de Barcelona 1983 por su libro "Vivir" y Premio Poesía Gil de Biedma por "Los secretos del bosque".
"Isla del suicidio
en apariencia muda,
arranca la sonrisa
de tu cara"
CARTA III poesía de Clara Janés
Nunca sabré de ti, y eso lo supe
desde el primer encuentro.
Esta certeza tiene tanta fuerza
que es
como si tuviera noticias tuyas
a cada momento.-
ESPERARÉ PACIENTE
Esperaré paciente,
acechando, como un perro, el momento.
O me iré por la selva de tus versos
abriéndome camino lentamente
por ocultos senderos,
por pequeños resquicios
que has dejado entreabiertos.-
ME DEJARÉ MORIR
Me dejaré morir en tu silencio,
que de noche me diste de comer
los frutos del cerezo
en tu alcoba de sombras
sangrantes de perfume
y nada más deseo.
Me dejaré morir en tu silencio.-
ME HE DESPERTADO DE PRONTO
Me he despertado de pronto,
tú me estabas gritando enfurecido
destrozabas la noche,
rompías en pedazos la materia.
He comprendido entonces
tu obsesión
por las manos manchadas de sangre
También yo mataría,
incluso a ti:
me haces soñar sin tregua,
no me dejas dormir.-
PIDO
Prisionera de un pánico invencible,
y aunque sé de la inutilidad de todo sueño,
desde esa cárcel torturante que es la vida,
pido la autonomía total del hombre
y el derecho a no justificar para nada
su existencia.-
PASO A PASO...
Paso a paso
Desconfía de aquellos
que no han considerado nunca
el suicidio.
Van haciendo paso a paso el camino,
cegándose al abismo que
siempre acosa al hombre.
Entran en la matemática rueda
de la materia.
Se hacen invulnerables a la desesperación.
Cuentan incluso, fríamente,
con el corazón.-
Clara Janés
Imágenes: pinturas del artista serbio contemporáneo, Vladimir Dunjic.
quiquedelucio@gmail.com
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