Arkadiy Kutílov, poeta ruso (1940-1985). Su juventud transcurrió en la aldea Brazhnikovo de la región de Omsk en Rusia. Allí es donde lo encontraron muerto en un jardín. Años antes, durante el servicio militar, junto a sus compañeros, ingirió una sustancia alcohólica nociva, hecha en forma casera, fue uno de los pocos en sobrevivir. Este hecho lo marcó para siempre. Los hospitales psiquiátricos, las cárceles y la poesía fueron sus constantes refugios. Es un poeta considerado "de culto", y muy escasa su traducción al idioma español. Gracias a Natalia Litvinova, de origen ruso y radicada en Buenos Aires, podemos acercarnos, al menos fugazmente, a la poesía desgarrada de Kutílov.
"Mis dibujos y mis poemas son una profanación franca del arte"
"Mi nuevo Sistema de la Imaginación es el comienzo de una nueva religión: sin dios y sin las autoridades enfáticas. Mi conducta en la vida cotidiana es el reflejo de mi postura en la poesía"
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Vida mía, poesía amiga...
Me ahogaba en los poemas, me congelaba, ardía...
La nevasca no me picoteó los ojos
y caminé con ellas largas distancias.
Dirán: es una pose. Sí, probablemente sea eso...
La vida está hecha de poses y de otras migajas.
Que se pudra la rosa aplastada
¡de sus restos brotará un cardo!
No esperaría a la eternidad ni un minuto,
valoro más los dedos sobre las cuerdas,
para que las prostitutas alegres
se alboroten y hablen de mí.-
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Ella se fue, no se derrumbó el cielo,
y no veo explosiones detrás de la ventana...
Sostengo el vaso, y en él -cuatro grados
de una transparente ola gaseosa.-
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No soy poeta. Los poemas son un asunto sagrado.
En ellos todo es etéreo, tierno y claro...
Mejor denme un objeto, que al tocarlo
me haga cantar, o por lo menos
me queme los dedos.-
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La poesía no es una pose y no es un rol.
Es una lucha eterna,
como la vida misma bajo el sol.
La poesía es mi reacción al dolor,
mi autodefensa
y mi venganza.-
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En la infancia todo, hasta lo más insignificante,
está lleno de sentido:
la luz blanca, la oscuridad de las noches,
el ala, el remo y el columpio...
Y las escamas de los peces manchados,
el pollito, el halcón muerto,
el grito de la lechuza, el abejorro,
el prado después de cortar el pasto.
Como una molécula de vino en la sangre,
como un poema en el cerebro sensible,
como la luna en la noche de julio,
el punto de vista entra en el conocimiento.-
Arkadiy Kutílov
quiquedelucio@gmail.com
twitter@quiquedelucio
Qué buenos poemas, saludos, Eduardo Rubinschik.
ResponderEliminarGracias Eduardo, un saludo Quique de Lucio.
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