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jueves, 15 de noviembre de 2012

Ceniza azul

                                               Mario Rivero, poeta, periodista y crítico de arte colombiano nacido en Envigado, Antioquia, en 1935. En 1972 fundó con otros artistas la más prestigiosa revista cultural "Golpe de dados", en cuyas páginas durante cuarenta años, tuvieron cabida poetas de toda latinoamérica, con antologías y ensayos. Fue autor de una extensa obra poética: "Poemas urbanos" (1966), "Noticiero 67" (1967), "Y vivo todavía" (1972), "Baladas" (1980), "Mis asuntos" (1986), "Vuelvo a las calles" (1989), "Del amor y su huella" (1992", "Flor de pena" (1998), "La elegía de las voces" (2000), etc. Fue Premio Nacional de Poesía "Eduardo Cote Lamus" en dos ocasiones y Premio Nacional de Poesía "José Asunción Silva" en el año 2001. Falleció en Bogotá en 2009.


                                   "Conozco las lágrimas.
                                   Sé de las lágrimas.
                                   Un negro rocío con sabor perdido"


CENIZA AZUL   poesía de Mario Rivero

Del amor
sólo queda
                 un poco
de ceniza azul.

Volverías a
                 sentarte
junto al fuego
apagado
ahora que lo
                  sabes?


EL AMOR

El amor es algo que viene y calienta
una vez. Y un instante no más,
-si es que viene-
Y después de esta costumbre de calor,
otra vez, ¡ay! nos deja muriendo solos.

¡En estos silencios! Este dejarse llevar
más allá de las barras de los bares,
y más allá del bien y del mal.

El amor es algo punzante. Y en verdad
                                                     con olor
que desaparece y nos dice. "Yo estuve aquí"
-reseda- en la rara y tenue sensación
                                                     de aromar,

en la habitación ya vacía...-


ENDECHA

Estábamos perdidos
cuando nos encontramos
en aquel retraso de aeropuerto.

Yo estaba lleno de noche y de frío,
aunque había pasado tres días
en el "San Francisco",
con una muchacha de nalgas redondas.

Tu creíste que yo era un camionero.
Admiraste la vulgaridad de mi estilo
y me amaste por ello.
-No lo era-

Yo creí que tú eras una princesa,
que arrastraba hasta mí su aburrimiento.
-Y es verdad-

Como es verdad que seguimos estando perdidos.
Yo, por no poder soportar la realeza,
tú, por no saber nunca lo que estás haciendo.-


MADAME

Siéntese frente al fuego
y hable madame
leyendo hacia adentro
en la pizarra donde la vida escribe.

Tal vez a mi pueda contarme
que alguien un día
llevó su mano -como un clavel
por una calle solitaria.-


                                                          Mario Rivero


Imágenes: pinturas del artista francés Henri Lebasque ( 1865-1937)  





quiquedelucio@gmail.com
twitter@quiquedelucio

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