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jueves, 26 de mayo de 2016

Lo que no vemos

Sexto año de una antojadiza antología de la poesía de todos los tiempos, seleccionada por el escritor Quique de Lucio. Esta pretende ser una antología cuyo sentido radica en la actividad del lector, en su lectura que organiza los textos como un proyecto de su propia aventura y goce creadores. Difundiendo a más de 1.200 hacedores, respetando el derecho de autor.



Publicación N° 1.370-

                                                                                                 Azucena Salpeter

Poetisa y narradora argentina, nacida en Formosa en 1942. Reside en la ciudad de La Plata. Ha publicado, entre otros, : "El pescador de sombras" (1979) que obtuvo el sello de Honor de la Sociedad Argentina de Escritores (SADE),  "Y el cielo sonrió" (1989), "Las puertas del cielo"  Premio Bienal Profesor Dr. Pedro Laín Entralgo (1996), "La mitad del cielo" distinguida con el Premio Mercosur 1998., etc.                                    


                                                                                           "suele visitarme con la primera estrella
                                                                                            entonces disparamos al blanco
                                                                                            de nuestras propias sombras
                                                                                            con palomas en los pies"  
               








LO QUE NO VEMOS NOS VE

De pronto
Se abre una flor detrás del ojo,
un cuarzo
que nadie, ni Linneo, es capaz de describir.

Para papá, el constructor,
la flor es un puerto con ventanas redondas
como los del barco que zarpó de Triestre.
Para mamá
es un idioma extraño
que le tocó develar pacientemente
entre sábanas y acordes de violín.
Y así para el resto del mundo que levanta
vuelo en los andenes
cada uno, a su manera, con su flor.

Creo que es así como dios pasa por el hombre.-



LOS ENAMORADOS VOLANTES DE CHAGALL

Rosaura empezó a levitar
en el 35,
cuando un ex soldado de Galitzia
llamó a la puerta de su casa
y cruzó entre lo permitido y lo prohibido.

"Cuando los dinosaurios cazan mariposas
 con dedos de pianista,
es que se cierne un milagro", dijo y abrió.

Desde entonces se parecen más uno al otro
pero juegan a no parecerse. Tal vez en eso
consiste el amor
y en desconocer las leyes de la gravedad,
de la luz y otras minucias.

Todos los días los veo pasear del brazo
a cinco metros del suelo;
ya no tienen materia
la blandura del aire los convierte
en profetas.

Ella,
paladar de caña dulce,
espléndida como las eras en vendimia.
Él,
como un caballo troyano
sin estribo para el pie
en el espacio
de los tiempos venideros.

Ella, hija de José.
Él, hijo de David.
Así me concibieron.-


MILAGRO DE UNA PÁJARA

Una anciana florista de la plaza Cibeles
afirma que una pájara migra tras los océanos de su cerebro
y que gracias a la pájara
pudo superar los 15.000 Km del canto
de amor de las ballenas
De modo que vino a caer justo en el balde de lluvia
en la escuela de Pozo del Tigre
a la hora exacta de servir los 40 jarros de mate cocido

Ave raris, esta pájara
las rodillas iguales a las de mi abuela.
A pura guitarra sobrevuela la Aconquija,
los patios de San Telmo.
Sin pronunciar un discurso ni una fórmula
para multiplicar el pan y los peces
Acampa en el Pilcomayo junto a mujeres
que bañan niños al margen de la historia.
De tanto en tanto , improvisa nombres
y caen ungüentos de lino para el alma.
Ybiripitá, por ejemplo. No es un satélite espía,
ni siquiera un comando secreto. Ybiripitá
no es un escudo nuclear
pero ¿quién no se va a curar las arritmias
de león enjaulado
bajo la fronda valseada del Ybiripitá.-


ME MIRO LAS MANOS

Me miro las manos
y veo las de mi padre,
él, a su vez, vio en las suyas a la del abuelo.

Pero estas otras manos lejos de mi cuerpo
son manos intertextuales
escritas en arameo.

Como los dedos que deshacen un copo de lana
descubren que cada letra
está trenzada con hilos cada vez más sutiles,
al hallar aleph.
Lo más pequeño contiene lo más grande,
así sucesivamente;
mano de mi mano,
encuentro de mis manos con las tuyas.-


ESTOY INVITADA POR LA VIDA DICE YEHUDA AMIJAI

Cuando decidí jubilarme
cayó granizo y agujereo el techo.
Recuerdo que se lo comenté a mi anfitrión:
la vida.

Desde entonces brindamos cada noche bajo las estrellas.

Les confieso que a veces camino al borde de una rosa
y se deshace entre los dedos.
Igual pido que me bañe con agua del río y jabón para la ropa
que me abrigue con pantalones de bolsas de portland
cosidos con aguja de colchonero.

De lo otro
me encargo yo.-



                                                                                                                                                                                                                                                                Azucena Salpeter



Imágenes: Pinturas del artista de Bielorusia Marc Chagall.(1887 - 1985)




quiquedelucio@gmail.com

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