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martes, 10 de mayo de 2016

Amor

Quinto año de una antojadiza antología de la poesía de todos los tiempos, seleccionada por el escritor Quique de Lucio. Esta pretende ser una antología cuyo sentido radica en la actividad del lector, en su lectura que organiza los textos como un proyecto de su propia aventura y goce creadores. Difundiendo a los hacedores, respeando el derecho de autor.




                                             
Publicación N° 1.354-

                                                                                              Rosario Castellanos

Poeta nacida en Ciudad de México el 25 de mayo de 1925 y fallecida a los 49 años, en Tel Aviv, Israel, el 7 de agoso de 1974.-


                                                                                               "Ola de pasión descubridora,
                                                                                                ola de la sirena y la aventura
                                                                                                -Mediterráneo- hirió tu singlatura
                                                                                                la nave del destierro con su proa"
   






AMOR

Sólo la voz, la piel, la superficie
Pulida de las cosas.

Basta. No quiere más la oreja, que su cuenco
Rebalsaría y la mano ya no alcanza
A tocar más allá.

Distraída, resbala, acariciando
Y lentamente sabe del contorno.
Se retira saciada
Sin advertir el ulular inútil
De la cautividad de las entrañas
Ni el ímpetu del cuajo de la sangre
Que embiste la compuerta del borbotón, ni el nudo
Ya para siempre ciego del sollozo.

El que se va se lleva su memoria,
Su modo de ser río, de ser aire,
De ser adiós y nunca.

Hasta que un día otro lo para, lo detiene
Y lo reduce a voz, a piel, a superficie
Ofrecida, entregada, mienras dentro de sí
La ocula soledad aguarda y tiembla.-


DESTINO

Matamos lo que amamos. Lo demás
No ha estado vivo nunca.
Ninguno está tan cerca, A ningún otro hiere
Un olvido, una ausencia, a veces menos.
Matamos lo que amamos. ¡Que cese esa asfixia
De respirar con un pulmón ajeno!
El aire no es bastante
Para los dos. Y no basta la tierra
Para los cuerpos juntos
Y la ración de la esperanza es poca
Y el dolor no se puede compartir.

El hombre es anima de soledades,
Ciervo con una flecha en el ijar
Que huye y se desangra.

Ah, pero el odio, su fijeza insomne
De pupilas de vidrio; su acitud
Que es a la vez reposo y amenaza.

El ciervo va a beber y en el agua aparece
El reflrjo del tigre.

El ciervo bebe el agua y la imagen. Se vuelve
-Anes que lo devoren- (cómplice, fascinado)
Igual a su enemigo.

Damos la vida solo a lo que odiamos.-


FALSA ELEGÍA

Compartimos sólo un desastre lento
me veo morir en ti, en otro, en todo
y todavía bostezo o e distraigo
Como ante el espectáculo aburrido.

Se destejen los días,
Las noches se consumen antes de darnos cuenta;

Así no acabamos.

Nada es. Nada esá.
Entre el alzarse y el caer del párpado.

Pero si alguno va a nacer (su anuncio,
La posibilidad de su inminencia
Y su peso de sílaba en el aire),
Trastorna lo existente,
Puede más que lo real
Y desaloja el cuerpo de los vivos.-


COTIDIANO

Para el amor no hay cielo, amor, sólo este día;
Este cabello triste que se cae
Cuando te estás peinando ante el espejo.
Esos túneles largos
Que se atraviesan con jadeo y asfixia;
Las paredes sin ojos,
El hueco que resuena
De alguna voz oculta y sin sentido.

Para el amor no hay tregua, amor. La noche
Se vuelve, de pronto, respirable.
Y cuando un astro rompe sus cadenas
Y lo ves zigzaguear, loco, y perderse,
No por ello la ley suelta sus garfios.
El encuentro es a oscuras. En el beso se mezcla
El sabor de las lágrimas..
Y en el abrazo ciñes
El recuerdo de aquella orfandad, de aquella muerte.-


SER RÍO SIN PECES

Ser de río sin peces, esto he sido.
Y revestida voy de espuma y hielo.
Ahogado y roto llevo todo el cielo
Y el árbol se me entrega malherido.

A dos orillas del dolor  uncido
Va mi caudal a un mar de desconsuelo.
La garza de su estero es alto vuelo
Y adiós y breve sol desvanecido.

Para morir sin canto, ciego, avanza
Mordido de vacío y de añoranza.
Ay, pero a veces hondo y sosegado
Se detiene bajo una sombra pura.
Se detiene y recibe la hermosura
Con un leve temblor maravillado.-



                                                                                                   Rosario Castellanos



Imágenes: Pinturas de Pino Daeni  (Italia, 1939 - 2010)





quiquedelucio@gmail.com

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