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miércoles, 23 de diciembre de 2015

Canción para Ofelia


Quinto año de una antojadiza antología de la poesía de todos los tiempos, seleccionada por el escritor Quique de Lucio. Esta pretende ser una antología cuyo sentido radica en la actividad del lector, en su lectura que organiza los textos como un proyecto de su propia aventura y goce creadores. Difundiendo a los hacedores, respetando el derecho de autor.


Publicación N° 1.226-

                                                                                              Roberto Retamoso

Poeta, ensayista y catedrático  argentino, nacido en Rosario en 1947. Es Profesor en Lenguas y Doctor en Humanidades y Artes con mención en Literatura por la Universidad Nacional de Rosario. Se desempeña como profesor en dicha universidad. Ha publicado, entre otros, "La dimensión de lo poético" (19959, "Figuras cercanas" (2000), "Oliverio Girondo, el devenir de su poesía" (2005), "Preguntar del hijo" (2006), "La primavera camporista y otros poemas" (2008), "El discurso de la crítica" (2009), "Teoría de la lectura" (2011), etc.

                                                                                     
                                                                                             "La gran herida narcisística consiste
                                                                                              en descubrir que nosotros
                                                                                              no somos los que hacemos
                                                                                              el sentido" 







CANCIÓN PARA OFELIA

Miras el poniente,
mientras el auto se desliza,
suave,
por el camino de cintura.
El sol
comienza a bajar,
acaso imperceptiblemente,
pero tu mirada,
fija,
parece querer
retener
ese descenso sutil,
para archivar la tenuidad
de la tarde
en el fondo inhallable
de tu propia memoria...
Miras el poniente
y yo miro
tu cabeza perfecta,
levemente ladeada
hacia mi derecha,
mientras el sol
ilumina las líneas
armónicas
de tu rostro moro,
como si quisiera
enmarcar
sus formas esbeltas
con esa luz etérea
que lo vuelve
irreal.-


BIBLIOTECA

Desplegados en filas regulares
los libros yacen sobre los estantes que,
atravesando las paredes del estudio,
trazan unas paralelas que jamás
podrían rozarse. Profundas,
esas líneas que los estantes dibujan
de todos modos parecen converger
en ese punto remoto
donde la perspectiva tridimensional
se sostiene. El espectáculo
de los libros alineados se vuelve así
un espectáculo paradójico,
cuando la mirada recorre su sucesión
hasta perderse en el punto virtual
donde todas las líneas desembocan.
Pienso, entonces,
que la biblioteca obedece a una orden
fantástico y secreto,
inmóvil y móvil a la vez:
inmóvil en la yacencia eterna de los libros
sobre los estantes,
móvil en el desplazamiento que su visión
produce cuando los miramos. Así,
el movimiento de lo inmóvil
deviene en una paradoja
donde resuena el nombre de Zenón
y entre sus sonidos,
el de Borges. Porque ese punto
donde todos los libros confluyen
no es más que un Aleph textual,
ese vocablo único donde el universo
todo
se contiene.-


PREGUNTAR DEL HIJO

Madre:
y si no fuese verdad
que el verano
trae la luz
con que dibujabas
el aire
que iluminaba
la casa?...
Padre.
y si nunca hubiera
existido
aquel mundo
donde me extraviaba
en la siesta,
cuando el mundo
real
reposaba
en su agobio
de enero?
Madre:
y si todo fuese un sueño
y la memoria
un delirio
con que la conciencia,
trémula,
pretende empañar
el horror
de la vida?...
Padre:
y si ustedes no fuesen
más que dos
fantasmas,
y yo un soñador
de delirios
que los he inventado
para no morir
cada vez
que los sueño?-


******

Pedís un mate
pedís
como si fuera
un elixir
capaz de transformar
las imágenes
que el mundo
te pone
ante los ojos
Amargo
decís
como si no fuera
una obviedad
sino una clave
la contraseña
que te permite
acceder
a una visión
privilegiada
de la vida
La mano
la mano mía
te lo alcanza
despacito
queriéndote
entregar
el instrumento
mágico
que te haga ver
lo que los otros
no miramos
Pero no es más
que un mate
una calabacita hueca
donde creemos
ver flotar
las letras
de un mantra
que no existe.-



                                                                                                 Roberto Retamoso



Imágenes: Pinturas de David Hettinger  (Estados Unidos, 1946)





quiquedelucio@gmail.com

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