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miércoles, 22 de agosto de 2018

Nadie

Octavo año de una antojadiza antología de la poesía de todos los tiempos, seleccionada por el escritor Quique de Lucio. Esta pretende ser una antología cuyo sentido radica en la actividad del lector, en su lectura que organiza los textos como un proyecto de su propia aventura y goce creadores. Difundiendo a más de 3.000 escritores, respetando el derecho de autor.






Publicación N° 2.133-

             

                                                                                                                           Beatriz Teresa Bustos

Poeta de Argentina, nacida en Villa Nueva, Córdoba, en  diciembre de 1950. Socia de la Sociedad Argentina de Escritores - Seccional San Francisco. Integró desde el año 1993 al 1997 el Taller Literario Municipal "Otoño y Poesía". Ha participado en las revistas "Alas" (1994) y "Vivencias en Palabras" (1995), en la antología "Las Letras un lugar elegido" (Buenos Aires), en 1996 presentó su poemario "Versos sencillos". Obtuvo Mención de Honor en el Concurso "Tito Pousa" con la poesía "Si todos los hombres" (1997), Mención de Honor "La Llave" en CPC Villa El Libertador, Córdoba (1998), Mención de Honor en el 5° Certamen Nacional de Poesía con  "Cuando me llaman" (Buenos Aires, 1999), etc.


                                                                                                      "Cargando hojarascas de sueños
                                                                                                       vienes buscando un rincón
                                                                                                       al cruzar la puerta, tu luz
                                                                                                       en mi oscura bodega"









NADIE

Dejó de llover y el abril se mece
entre melenas ocres.
Desde la glorieta sombras oscilantes
curiosean, luego parten.
El tiempo crueles arabescos
esculpió en las lajas
y como si fuera un dios pagano
silente y desamparada
la fuente en el jardín aguarda.
Ayer cómplice del sol trenzaba amor,
con su boca abierta y transparente oía
los cándidos secretos que le contaba.
Por arterias amarillas he regresado
a contarle mi desdicha,
a lavar las heridas que aún sangran,
a confesarle que las promesas de él fueron
aves sin rumbo, descarriadas.
Entonces no sabía que el amor clava puñales.
Entonces no sabía que el amor también engaña.
Hemos envejecido,
huellas profundas nos delatan
y como herencia del amor tenemos
las bocas secas, agrietadas.
Abril se mece, las nubes corren desquiciadas
nadie entona un himno al paisaje
que quiebre el frío de esta nada,
ni una hoja ha caído a recibirme,
la fuente, calla.-



NO SE PUEDE

No se puede borrar el beso dado.

La hora agotada.
La sangre encendiendo la mirada.

Intentar volver sobre las espinas
mirando desde el borde de tus ojos
el abismo,
escogiendo la menor altitud del dolor.

Pensar reconstruir el cristal
sin dejar cicatriz,
es vagar utópicamente sobre la piel del pasado.

y decir pasado...Duele.-



YO SÉ QUE AÚN HAY TIEMPO

Yo sé que aún hay tiempo.
Aún hay zumo en la viña.
El verano nos viste con su traje tardío
y te arropan mis ojos,
y tu mano sin sombras me aliviana el camino.

Yo sé que aún se puede caminar el olvido.
Regresar a buscarnos en tus rocas
y mis hastíos.

Ya sé que no podemos regresar a las palabras,
ni borrarle la impronta a los besos heridos.
Pero puedo, si tú puedes absolver lo vivido.

No es verdad que se han agotado los surcos.

Sólo están los árboles dormidos.-



SÓLO MÍO

Suenan las cuerdas del silencio
en el amplio salón de mis sentidos.
(Acordes hirientes y sombríos).
Hay un jarrón vacío sobre el piano
que la mano lúgubre acaricia.
(Supe ponerle flores hace tiempo
y susurrar a su oído mientras reía).
Dos dardos centinelas
segundo a segundo me abren heridas.
(Es un concierto doloroso
dirigido por la vida misma).
Sin saberlo él viajó a lo eterno.
Sin saber yo que partiría.
(Tal vez mañana corte flores,
hilvane palabras e invente risas).

Pero hoy , déjenme con mi silencio
porque este dolor-amor es sólo mío.

Y yo aquí, perdida en el silencio.
Como un paria ahogo los gemidos,
(y allá en el campo se quedó tu nombre
el que en mi boca está dormido).
Cuando el día cante su mejor promesa
y lleve el tiempo estas nubes grises,
iré a despedirme y saldré de viaje,
(al lugar donde nunca me alcance tu ausencia,
al lugar que tú, jamás podrás seguirme).
Por eso, hoy, déjenme con mi silencio,
porque este amor-dolor, es sólo mío.-



                                                                     

                                                                                                                     Beatriz Teresa Bustos



Imágenes: Pinturas de James Tissot (nacido en 1836)






quiquedelucio@gmail.com

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