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martes, 26 de abril de 2016

Todos los gemidos


Quinto año de una antojadiza antología de la poesía de todos los tiempos, seleccionada por el escritor Quique de Lucio. Esta pretende ser una antología cuyo sentido radica en la actividad del lector, en su lectura que organiza los textos como un proyecto de su propia aventura y goce creadores. Difundiendo a los hacedores, respetando el derecho de autor.


Publicación N° 1.342-

                                                                                                   Estela Rengel

Poeta española, nacida en Huelva en 1987. Acaba de presentar el poemario "Ecdisis". Ha publicado en la revista Contrapunto de la Universidad de Alcalá de Henares y ha participado en las ediciones de 2015 de "Voces del extremo" y "Encuentro de poetas verdes", entre otros, colabora con la plataforma Poetas de Huelva por la Paz.


                                                                              "Nada de vie en rose:
                                                                                que el viento tenga el color
                                                                                que mejor le siente a tus ojos
                                                                                según se hayan despertado ese día"








TODOS LOS GEMIDOS QUE TIENES PENDIENTE

Quiero rodearte con mis palabras
y que todas las onomatopeyas de deseo que conozcas
salgan disparando por tus poros
cuando el roce de mi pecho desnudo por tu espalda
sea lo más casto que nos propongamos en toda la noche.

Que tu sudor haga en mi piel
la más bella obra de arte
y mi alimento durante días
sea el aire que respiras en mi boca
al pedirme entre besos que no pare.

Y parar es lo que menos se me ocurre
cuando tus labios me llaman
de esa maldita forma en que sólo ellos saben
y mis manos, a veces torpes,
consiguen arrancarte de la piel
todos los gemidos que tienes pendientes.-



HOY NO HAY PIEDAD NI PARA LAS NUBES


Hoy no hay piedad ni para las nubes.más que nunca

Hoy yaces más que nunca
y me atraviesa el pecho
el no saber si luchas
o tu esfuerzo es por dejarte ir.

Hoy no hay piedad ni para las nubes.

Hoy toca separarme
de nuevo
del redil.
Volver a las manos vacías,
al descanso obligado,
al canto afilado
de la incertidmbre.

Hoy no hay piedad ni para las nubes.

Hoy lo ubérrimo
y lo yermo
se enfrentan por debajo de mi ombligo,
recordándome
a empellones
la periodicidad de la vida
que sigue
implacable.

Hoy no hay piedad.
Ni para las nubes.
Ni para este pequeño ser
que siente todo el peso
del universo
sobre sus hombros.-


DESASTRES COTIDIANOS

Hay gente que
con los ojos
escriben mapas en los cuerpos que se le antojan prohibidos.
Trazan las rutas qe sus manos imaginan
contemplando punto por punto.
Lunar por lunar.

Hay manos que
con caricias
proclaman al tacto verdades silenciosas.
Sentencias agazapadas en los labios
que no se atreven a salir.

Hay bocas que temblorosas
maquillan las noches en vela
orientándose a golpe de suspiro
con cada roce de palabra susurrada.

Hay olores que se pegan a la vida
y cuentan las historias que han conseguido
atravesar párpados incrédulos.
Corazas destruidas por el roce de un aroma en forma de
memoria,
de humo de tabaco rubio como tú.

Hay mundos que están patas arriba por sólo una
sonrisa del revés.
Por una foto velada que lo dice todo
y miradas escondidas tras unas gafas de sol
que inspiran piernas cruzadas y pechos abiertos.

Hay batallas fortuitas como las arrugas que se despiertan
a ambos lados de tus labios
cuando te imagino diciéndome que no.
Pero nuestros reencuentros no lo serán nunca mientras me
quede,
al menos, un poco de locura
entre tanto desastre cotidiano.-


POEMA XIX

Mete notas en un libro de Salinas
cuando entres en la biblioteca
haciendo ruido con tus tacones de aguja
por toda la sección de poesía.
Ama
y duele
como si ésta fuera tu última vida.
Los demás no saben que
si quieres
puedes ser una gata.
O un fénix que renace
cada vez qe todo arde.-


ECDISIS

¿Acaso mudan las serpientes a su antojo?
Tú me lo pediste, como si tan fácil fuera.

Y aquí estoy,
contra las paredes que me encierran,
que me desgarran, que me hieren.
Quitándome una parte de mi yo que fue tan tuya.
Una vez.

Dejarme la piel muerta en otras sábanas,
quizá menos doloroso,
sería dejar tu impronta en un nuevo tacto
que no se merece sólo restos.

Debe doler para después poder
saber cuándo ha curado.-



                                                                                            Estela Rengel



Imágenes: Pinturas del ruso Konstantin Razumov (contemporáneo)




quiquedelucio@gmail.com

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