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miércoles, 7 de octubre de 2015

Mientras duermes


Quinto año de una antojadiza antología de la poesía de todos los tiempos, seleccionada por el escritor Quique de Lucio. Esta pretende ser una antología cuyo sentido radica en la actividad del lector, en su lectura que organiza los textos como un proyecto de su propia aventura y goce creadores. Difundiendo a los hacedores, respetando el derecho de autor.

Publicación N° 1.156-


                                                                                               Oscar Distéfano

Poeta y narrador de Paraguay, nacido en Asunción. Actualmente reside en la ciudad de Luque. La poesía le interesó desde muy joven, comenzando a escribir desde los quince años. Ha publicado la novela: "Años perdidos" (1989) y poemas en "En la ebriedad del bosque" conjuntamente con Felipe Fuentes y Tania Alegría, si bien muchos de sus textos permanecen inéditos, ha escrito para periódicos, revistas literarias, foros, talleres de internet, etc.


                                                                                          "Radiante está la rosa en una esquina,
                                                                                           como una reina en cuyo trono exhala
                                                                                           halo y fulgor en la apacible sala,
                                                                                           desbordante tersura femenina" 








MIENTRAS DUERMES

Te has dormido, justo
cuando la noche empieza a llenarse de tactos,
el cielo está en su día libre, y llueves
a cántaros desnuda en mi memoria
sobre mi cuerpo suspendido en la vigilia.

Es una lástima perder así
una emoción que pudo quedarse en el recuerdo,
y estoy insomne
y solo
y amanece.-


DE PIE

Ponte de pie. La lucha sobre el barro
brinda al loto su mística belleza,
al tigre en la sabana su destreza
y al guerrero su espíritu bizarro.

Ponte de pie. La luna sufre el sueño
en la prestada luz, pues con donaire
a veces llora en el umbral del aire
el aura deslucida en el empeño.

La indolencia carece de estatura,
repta lombriz cobrando codiciosa
el deshecho que vierte el alma impura.

De pie y marchar. Marchar es el destino:
ensueño, meta, lumbre de la rosa,
hiel en la sangre, barro en el camino.-


LLUVIA SOBRE LA AUSENCIA

Esta lluvia, cobijo de los ojos,
lame la flor y exhuma el terciopelo,
se escurre en agua arisca por el suelo,
inundando el jardín y los antojos.

Solfa antigua, trovar en ritmo leve
con pulsos del espíritu; ventura
para el hombre y perdido en calma impura,
reloj de finitud y canto breve.

Pronta será su cíclica presencia,
empapando la atroz evanescencia
del pétalo en el iris sensitivo,

en innúmeras tardes repetida
sobre la rosa ausente, ya sin vida
tus manos, ya sin manos su cultivo.-


LA SED

tenía sed
enorme sed lo consumía

manaba el tiempo
inundando de sed su desventura
por las fiebres de su rutina
por los páramos del mundo

como un reptil que rinde
su terrosa laguna evaporada
buscó entonces el río
por los caminos de las fieras
por los vuelos del buitre
con la sed incurable
y lo encontró
viboreando en la llanura
surtiéndose a los pájaros

se detuvo a beber
a beber todo el tiempo se detuvo
todas las horas
de su horrible vigilia

y la sed no menguaba
no se apagaba nunca
se hizo árbol
y la sed no cedía
se hizo pez
y la sed persistía
devorando su entraña
mutándolo en antorcha
en lumbre viva del hirviente río

y la sed no menguaba
no la apagaba el hambre
ni la angustia
ni el sueño
ni el delirio
ni el hombre
ni el poeta.-


DIOSA CORONADA

Era yo un dios naúfrago
voluptuosamente anclado en su cama,
y la sal
de sus olas nívea
y el efluvio del misterio
eran mis aromas.

A veces, cavernario, observaba
sus muslos a la lumbre y al aceite,
su ensoñación de ave entre mis manos,
su risa que afilaba las piedras,
y la amaba
con la dicha que hace vencer las intemperies.

"Ah, traviesa gacela de las horas del día."

Cuando todos mis esfuerzos
confluyeron en su boca,
me hice omnipotente entre sus sábanas,
y a ella le nació
una diadema de diosa entre las sienes.-


                                                                                       Oscar Distéfano



Imágenes: Pinturas de Edgar Degas  (Francia, 1834 - 1917)




quiquedelucio@gmail.com

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