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miércoles, 26 de abril de 2017

Espejos paralelos

Sexto año de una antojadiza antología de la poesía de todos los tiempos, seleccionada por el escritor Quique de Lucio. Esta pretende ser una antología cuyo sentido radica en la actividad del lector en su lectura que organiza los textos como un proyecto de su propia aventura y goce creadores. Difundiendo a más de 1.800 escritores, respetando el derecho de autor.





Publicación N° 1.681-


                                                                                                                     Augusto Lunel

Poeta peruano, nacido en Lima en 1925, seudónimo de Augusto Sánchez del Ottre. Viajó a México en los años 50 y por intercesión de Octavio Paz publicó el libro "Los puentes", con ilustraciones de la gran pintora Leonora Carrington. Tiempo después viaja a Francia, y se instala en el sur, forma parte de la bohemia francesa junto a renombrados escritores y artistas plásticos.su segundo poemario es "Espejos paralelos". Fue parte del grupo surrealista peruano al lado de RicardoMilla, Fernando Quíspez Asín, Luciano Herrera, etc.



                                                                                             "entre dos albas corre un jinete negro,
                                                                                               su propia lengua le quema el paladar,
                                                                                               un cuervo ciego
                                                                                               muere en su garganta"









ESPEJOS PARALELOS

El pájaro que se alimentaba de su vuelo
devora su caída
y la lejanía se lo come por dentro.
Preso de la jaula de oro de la noche,
su propia mirada lo tenía ciego;
su voz, mudo;
su vida, muerto.

El pájaro que comía por las alas
se ha estrellado contra el cielo
y los vidrios rotos han mojado la calle,
y una niña se ha cortado los dedos de azul,
y la altura le aleja las uñas.

Un pájaro ha llorado
y ha caído junto con sus lágrimas.-



EL HABITANTE DEL SOL


A mi País se llega dejando todos los caminos.

Cuando pienso en mi País, se llenan mis bolsillos.
Cíclopes cuyo único ojo es el mar,
nuestra mirada provoca el nuevo día.

Cuando los árboles piensan en mi país, nace la primavera.

A mi País se llega haciendo que nos siga las estrellas,
abriendo un agujero en la pared, que atraviese a Saturno,
metiendo la mano en el fondo de la Luna.

A mi País conduce el extravío.

Cuando se es el mar, a mi País se llega en cada ola.-


***

Flora mineral que penetramos
para tomar frutos de gusto transparente.

Días que se suceden en el interior vacío de un gran ojo.

Un súbito silencio rompería los cristales.

Una transfusión de savia en el otoño
provocaría la caída de las manos.-


***

Hasta nosotros los escualos caíamos
en las finas redes tendidas por la luna.
Como soles mojados,
se dilataban medusas en lugar de pupilas ,
arpas líquidas se derramaban en la costa,
la música granaba entre las piedras.

Los mil oídos rotos abierto a la luz,
las estrellas cortando los guijarros,
en las arenas disperso el firmamento.-


***

Algo queda de tus ojos en lo que miras;
el pájaro deja en el espacio un vacío
que me arrastra a los abismos del cielo.-



A LEONORA

El castillo donde se unen el cielo y la tierra
abrió sus puertas.
A nado salvo el foso
que las estrellas llenaron durante la noche.
El castillo camina a cada instante;
y el atardecer se llena de alondras
que hacen durar el día toda la noche.
La luz derrumba el muro;
soy dueño de la torre interminable.
Sé volar a la manera de ese árbol
cuyas hojas devoraron el paisaje
de esa blancura que devora la piel de las mujeres.
Leonora ha creado el mundo;
tras detrás el universo como si fuese sus alas.
El sol está en su casa.
El firmamento corre por las habitaciones
como la sangre;
las distancias se desbordan y se meten por la ventana.
El día suelta un ruiseñor por la claraboya
y se convierte en aquella vaca albísima
que alumbra a un aposento
y en ese pájaro cuya sombra
es otro pájaro volando en sentido contrario.
Las velocidades del azul llegan a la blancura.
La lentitud del silencio se convierte en una roca
y es tal la quietud de la flor que
da alcance a la flecha.
La nieve arde en ambos polos;
hay un ángel dentro de un huevo;
hay ciertas estaciones cuya fruta
primera es el corazón;
hay una mujer volviéndose una lámpara
luminosa al tacto
como un planeta que acaricio en mis rodillas.
La negra música no está del todo perdida;
siempre se puede encender una cabeza;
saltar a las abejas, que traen el día en sus alas;
montar el caballo blanco,
cuyo relincho eleva las cordilleras;
o simplemente abrir la caja de caudales de la música.
En el centro del sol
maduran las granadas con que haremos la guerra
y en el centro del planeta
el inmenso diamante que Leonora fabrica.-



                                                                                                       

                                                                                                                   Augusto Lunel



Imágenes: Pinturas del mexicano Armando Manríquez





quiquedelucio@gmail.com

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