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sábado, 19 de noviembre de 2011

Oleaje de peces, oleadas de sangre...

Mar y literatura se unen particularmente bien. Y es que el mar contiene la vida y la muerte, la fuerza de la tormenta y la calma de la bonanza, bases de la poesía, lo que le hace presente en todos los tiempos y en todas las lenguas. Yo, que estoy a 700 Km. de la costa más cercana, recuerdo ese verso de Jorge Manrique, que ya en el siglo XV nos decía: "Nuestras vidas son los ríos que van a dar a la mar que es el morir". Esa tremenda masa de agua salada siempre ha dado como fruto impresionantes relatos, bellos mitos y conmovedoras poesías. Desde Poseidón, Andrómeda y la Atlántida, pasando por la imaginación de Julio Verne en las profundidades de su "20.000 Leguas de viaje submarino".
El mar como la poesía misma, en este vertiginoso siglo XXI sigue siendo tan inaprensible, inalcanzable, no sólo por nuestros limitados ojos, atrapados por su horizonte, sino por nuestro propio espíritu, que no cesa de mirarlo y descubrirlo. Oleaje de peces.

María Guadalupe Alvarado. Poesía actual de México.

ESCALANDO

Oleaje de peces,
oleadas de sangre.
Desafiante das, esquivas,
pudres, mutilas, cortejas.

Espuma en líneas,
vocación de algas,
revistes escaleras,
respiras en sábanas de olas.

Descubro en ti cenizas,
enredos de hojas,
sollozos
en cada uno de tus latidos.

Alimentas al mundo
lo arrastras,
lo hundes
con tus fauces calcinantes
lo devoras.

Desnuda cierro mis ojos,
inmersa,
desviándome.

Bajo por la escalinata,
mi pie siente el abismo,
crepita mi médula.

Esta herida con cisuras,
no la cura tu susurro, tu silencio.

Ulula en tu fondo el abismo,
el eco gimiendo,
tus poros suspiran.

Con pasos sobrios
sin miedo escalaré,
aun suba de rodillas.

Una escalera
surgió con la marea,
ella sutura mi herida
hay luz sin penas.

Sigo escalando, tú
en el mismo peldaño.-

                                      María Guadalupe Alvarado



Colaboración de Ágarrate Magazine Cultural de México.

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