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miércoles, 23 de noviembre de 2011

La decadencia del oficio

Poemas de Alejandro Rubio

La casa abierta, el aire con olor a repollo hervido. Si me dieran un peso
por cada uno de mis días que pasé
esperando en el cuarto de hotel...
No todos fueron así, pero así
se me aparecen quemaduras en el borde de la mesa, la sombra
de la silla en la pared, mirar tranquilo
las motas de polvo de espaldas
a la ventana: y un día igual, otro año,
te llama el Chancho y te dice:
Heredia,
Heredia usted es Gardel.
Gracias por todo. Ahora vivo en una especie
de ático o altillo, tres por tres,
casi nada me rodea.
Pocas visitas, cuando vienen
les sirvo mate o en su defecto café, hablan
y me distrae el temblor
de la mano entre las piernas, una mancha
en la baldosa; pero lo que de verdad me inquieta
es la decadencia del oficio.

Como a esos tipos que todavía hablan
de los asados que se mandan
los albañiles: dos horas, tres.
Clavados a una frase
como mariposas sobre el telgopor. En cambio, ese rubio
en la mesa del fondo, que se peina
con los dedos y a quien la luz
del mediodía parece molestar,
si fuera algo, sería
jugador profesional, de póker:
no producir nada ni depender
de nadie, entregado
no a un clon, ni a una
pericia, sino al mero
movimiento que no sabemos si lleva
hacia atrás o hacia adelante o afuera, pero que deja,
sin que sirva de precedente, algunos restos palpables
que nos mantienen. Una filosofía en esfigie.
(Fragmento)

Alejandro Rubio: (Buenos Aires, 1968). Poeta, su grupo de pertenencia
es "la poesía de los noventa". Es un personaje ilustre del under literario de Bs. As. Publicó unos diez libros de poesía, entre ellos, "Música mala" (1997) y "Harry Samuel Horribly" escrito en un gracioso inglés "mal aprendido". Su poesía es muy contundente; su libro "Metal pesado" se iniciaba con un verso muy recordado:
"Me recontracago en la rechota democracia". Su estética lumpen y politizada es una actualización literaria posible de los significados de la palabra "peronismo". Dice Alejandro Rubio:
"Yo creo que todo escritor que respete su métier tiene que enfrentarse, cuando hace su obra, a cuestiones éticas y políticas. Que no necesariamente se trasladan en paridad a la política del "campo literario" en cuanto tal, donde, en general, sobre o por debajo de las disputas estéticas, éticas y políticas, hay narcisismos, amiguismo, oportunismos e intereses. Lo que veo yo en este momento es que no hay propuestas fuertes estéticas o políticas. Es como si los escritores hubieran pasado directamente a la economía política del "campo" interviniendo allí mediante declaraciones y gestos, con prescindencia de los textos. Eso es suicida porque queda un vacío tal que ni siquiera se llega a perfilar un lugar en que los escritores tengan un papel definido y autónomo, quedando el "campo" exclusivamente en manos de las editoriales, los suplementos literarios y las instituciones culturales con sus migajas para repartir en el Tercer Mundo".

Pesadez en el aire de agosto,
tu pie, mi nariz, otro domingo salvaje.
Si lo que abunda, es decir, la aridez
fuera un truco: una lona que cubriera
nuestro legado, la fe de nuestros padres. Rumiar
la grasa del asado, cada pensamiento,
cada percepción. Nacimos pobres, pobres.
Pero no es que no hayamos estado
en la fiesta; es que nos quedamos
para limpiar y ser testigos
de lo que hace la luz con los restos.-

                        Alejandro Rubio





Imágenes: pinturas de Pablo Picasso: "Hombre pobre", "La familia del saltimbanquis" (1905) y del cubano César Santos "Después de la llegada", del hiperealismo americano.


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