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martes, 12 de julio de 2011

Hemos perdido aún este crepúsculo - Pablo Neruda

"Hemos perdido aún este crepúsculo
nadie nos vio esta tarde con las manos unidas
mientras la noche azul caía"

Pablo Neruda: A 107 años de su nacimiento. (Pcia. de Linares 12 de julio de 1904-Santiago 23 de setiembre de 1973). Poeta y escritor chileno, ganador del Premio Nobel de Literatura 1971 y considerado uno de los escritores más importantes e influyentes del siglo XX y el escritor contemporáneo de habla hispana más leído en todo el mundo. De nombre real: Neftalí Ricardo Eliecer Re yes Basoalto. En 1919 comenzó a escribir poesía con "Sueño de una noche chilena". En 1920 egresa del Liceo y colabora en la revista literaria "Selva Austral" donde estrena su seudónimo. En 1923 publica "Crepusculario" y en 1924 "Veinte poemas de amor y una canción desesperada", obra que lo situó como uno de los poetas más destacados de Latinoamérica. Tiene una larga carrera en la diplomacia desde 1927 en Birmania, Sri Lanka, Java, Sigapur, Argentina, etc. En 1938 regresa a Chile, manteniendo en sus escritos una tendencia política y social bien definida. En 1945 se une al Partido Comunista de Chile y es elegido Senador, ese mismo año recibe el Premio Nacional de Literatura. En 1965 se le otorga el título de doctor
honoris causa en la Universidad de Oxford. Recibió el Premio Stalin de la Paz (1953) y el Premio Lenin de la Paz (1971). Su último cargo diplomático fue el de embajador de Chile en Francia, hasta 1973, año de su muerte.

                   POEMA 7 
Inclinado en las tardes tiro mis tristes redes
           a tus ojos oceánicos.

Allí se estira y arde en la más alta hoguera
mi soledad que da vueltas como un naúfrago.

Hago rojas señales sobre tus ojos ausentes
que olean como el mar a la orilla de un faro.

Sólo guardas tinieblas, hembra distante y mia,
de tu mirada emerge a veces la costa del espanto.

Inclinado en las tardes echo mis tristes redes
a ese mar que sacude tus ojos oceánicos.

            Los pájaros nocturnos picotean las primeras estrellas
            que centellean como mi alma cuando te amo.

            Galopa la noche en su yegua sombría
            desparramando espigas azules sobre el campo.-


MUJER, NADA ME HAS DADO

Nada me has dado y, para tí, mi vida
deshoja su rosal de desconsuelo,
porque ves estas cosas que yo miro,
las mismas tierras y los mismos cielos.

Porque la red de nervios y de venas
que sostiene tu ser y tu belleza
se debe estremecer al beso puro
del sol, del mismo sol que a mí me besa.

Mujer, nada me has dado y , sin embargo,
a través de tu ser siento las cosas,
estoy alegre de mirar la tierra
en que tu corazón tiembla y reposa.

Me limitan en vano mis sentidos,
dulces flores que se abren en el viento,
porque adivino el pájaro que pasa
y que mojó de azul tu sentimiento.

Y sin embargo no me has dado nada,
no se florecen para mi tus años,
la cascada de cobre de tu risa
no apagará la sed de mis rebaños.

Hostia que no probó tu boca fina,
amador del amado que te llama
saldré al camino con mi amor al brazo
como un vaso de miel para el que ames.

Ya ves, noche estrellada, canto y copa
en que bebes el agua que yo bebo,
vivo en tu vida, vives en mi vida,
nada me has dado y todo te lo debo.-
                                                                   Pablo Neruda

Entre su extensa obra se destaca: "Residencia en la tierra" (1925-1931), "Canto General" (1950), "Los versos del capitán" (1952), "Estravagario" (1958), "Cien sonetos de amor" (1959), "Memorial de Isla Negra" (1964) -5 volúmenes, etc.
"Confieso que he vivido" su autobiografía, fue una obra póstuma. Editorial Seix Barral, Barcelona-1974.

La casa museo de Isla Negra (Valparaiso): En 1939 el poeta compró esta casa, para estar al lado de ese mar "que reparte pescado" y que " no puede estarse quieto/ me llamo mar, repite/ pegando en una piedra/ sin lograr convencerla". En esa casa Neruda, yaciendo en su lecho, entregó sus últimos suspiros, los del dolor y del sufrimiento, doce días después de saber que su amigo Salvador Allende había muerto durante el golpe de Estado del 11 de setiembre de 1973. Neruda moría pero también perecía un sueño, una forma utópica de mirar el mundo. Sus restos junto a los de su última compañera Matilde Urrutia, fueron enterrados en el patio de la casa, frente al mar, como él lo había deseado.-

Quique de Lucio.

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