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sábado, 30 de junio de 2018

Agatas

Octavo año de una antojadiza antología de la poesía de todos los tiempos, seleccionada por el escritor Quique de Lucio. Esta pretende ser una antología cuyo sentido radica en la actividad del lector, en su lectura que organiza los textos como un proyecto de su propia aventura y goce creadores. Difundiendo a más de 3.000 escritores, respetando el derecho de autor.







Publicación N° 2.082-


                                                                                                                                        Julieta Dobles

Reconocida poetisa latinoamericana, nacida en San José, Costa Rica, el 11 de marzo de 1943. Cursó estudios de Filología y Lingüística en la Universidad, donde ya había culminado un profesorado en Ciencias Biológicas. Además, posee una Maestría en Filología Hispánica, por la Universidad del Estado de nueva York (1986). Su obra poética consta, entre otros, de los libros: "Reloj de siempre" (1965), "El peso vivo" (1968), "Los pasos terrestres" (1976), "Hora de lejanías" (1982), "Los delitos de Pandora" (1987), "Una viajera demasiado azul" (1990), "Amar en Jerusalén" (1992), "Poemas para arrepentidos" (2003), "Hojas furtivas" (2007), etc. Fue ganadora cinco veces del Premio Nacional Aquileo J. Echeverría de Costa Rica y Primer Accésit del Premio Adonais (Madrid, 1981).


                                                                                   "La vida me ha ayudado a construirlo.
                                                                                    Sólo cierro los ojos, y allí me está esperando,
                                                                                    líquido, dulce, vago, como un sueño de infancia
                                                                                    que de repente nos salta entre las manos"










ÁGATAS

Ágatas en mi cuello,
tajadas de un arbusto prehistórico,
azules manos duras,
voces cristalizadas
que se vuelven monedas
trasluciendo en mi piel.

Las amo porque son
testigos de una historia
que nunca presenciamos.
Con sus capas concéntricas
de arbolillo que canta su pasado
desde el cristal sonoro.
Remotas joyas
que la Tierra devuelve de la tierra.
Descansan en mi escote
como retando al tiempo.

Así quiero tus manos:
fuertes, tibias y bellas
sobre mi cuello,
adentrándose en las profundidades
que apenas si conoces.
Presente urgencia,
brocal sin fondo
del deseo.-



LECCIÓN INDISPENSABLE

Deja así las almohadas,
no las cubras.
Ni despereces la colcha y su jardín
de estampados ansiosos.
En él hemos jugado a ser eternos,
a recoger las mínimas migajas del placer
con que la vida quiere agasajar
nuestra bella osadía.

No importa que lo sepan:
tú y yo hemos pasado
dos horas de eterno regocijo,
y nos hemos amado
como si el tiempo nos perteneciera.

Ahora llega la noche.
Te bañas y te despides,
con esa sonrisa que amo tanto,
placentera, feliz, cómplice, mía,
aquí, donde nos hemos dado tanta luz,
uno en el otro.
Yo, fundida a la ternura.
Tú, con el halago tierno
de quien se ha vuelto experto
de caricias.

Conmigo has aprendido
esa alta ciencia mutua del placer
y eres converso aventajado
en esta hermosa devoción del gozo.

Vuelve mañana, amado.
Que tenemos aún mucha materia
para aprender despacio y dulcemente.-



MAR ADENTRO

Aunque lejos del mar,
tengo un trozo de mar entre mis ojos
que azulea hacia adentro.

Apenas un perfil, un horizonte
recogido y vibrátil
que me llama y me llama
con su presencia clara
de amigo, amante, amado.
Y con su seno turbio o refulgente
donde ahondar la mirada
y todos sus cansancios.

Todos los días al despertar lo bebo
como a una dulce droga.
Adivino en su color el futuro del día.
Me mezo en su lejano movimiento,
me sumerjo en su luz,
cortada por la niebla
en pálidos islotes,
y es más real y más mío
que todos los océanos
que no cabrían en mí.

Cuando alguien dice: "¡el mar!",
es mi trozo de mar
quien le contesta.

Cuando alguien dice:
"¡El horizonte es plata!"
estoy segura que es mi mar su mina.

Enmarcado en mis árboles
que el otoño enrojece cada día con más saña,
se me abre dulcemente
y me cuenta de patria, de ciencias,
de beatitud, de amor,
de playas lejanísimas,
de niños que se ríen de ciudades feroces
y de profundidad de peces
como ideales,
sorprendidos y agrestes.

A mediodía es cobalto y hondísimo,
pues el cielo se ha caído sobre él.
A la tarde se me va diluyendo,
fulgente y neblinoso,
como si en la otra orilla lo esperara
una cita de amor.-




                                                                                                                                       Julieta Dobles




Imágenes: Pinturas de Celine Ranger (contemporánea)







quiquedelucio@gmail.com




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