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miércoles, 11 de enero de 2017

Conoces


Sexto año de una antojadiza antología de la poesía de todos los tiempos, seleccionada por el escritor Quique de Lucio. Esta pretende ser una antología cuyo sentido radica en la actividad del lector, en su lectura que organiza los textos como un proyecto de su propia aventura y goce creadores. Difundiendo a más de 1.600 escritores, respetando el derecho de autor.





Publicación N°  1.589-


                                                                                                             Violeta Serrano

Poeta y periodista española, nacida en León en 1988. Es co-directora del posgrado internacional Escrituras: creatividad humana y comunicación de FLACSO que se realiza en cooperación entre México, Barcelona y Buenos Aires. Es Licenciada en Filología Hispánica y Filología Francesa por la Universidad Autónoma de Barcelona, en Argentina completó sus estudios en la Universidad Austral. Ha publicado el poemario "Camino de ida" (2016), es colaboradora regular de Radar, del diario "Página 12" y en suplementos culturales de "Tiempo Argentino", Perfil", ADN-Cultura", "La Nación", "La Balandra" etc.


                                                                                          "A la gran ciudad le falta
                                                                                            piedad para resistir
                                                                                            a la desazón
                                                                                            de las quimeras"









CONOCES

Conoces el absorbente resquicio de luz
de la rendija de tu vientre
conoces,
al menos has visto,
la desvirgada impasabilidad de los transeúntes
de las grandes ciudades.

Restallan a la luz inane del mediodía de los muertos
que no viste en calcinadoas esquinas
de los barrotes de las cárceles,
el tibio goteo de algodón quebrado
como una ruina de estrépito y calor de hoguera extinta.

Te trepo a pasos lujosos y oscilantes
como una rueda de viento en el lamido
inhóspito de la última duda.

Te redimo del angosto vacíos de los peces destripados
los de los ojos blancuzcos que reposan en el mayoral.

Recuérdame cuando esté contigo
como la que fui antes de entregarme.
Recuérdame cuando te bese
como la desprendida caminante
anterior a la huella de tus zapatos.-


***

Cortar el resquicio de la ventana
para deshacer otoños enclaustrados
salir de la ventana de un segundo
para cortar el estertor del desencanto.

Redimirme, tal vez, de mí misma
reconocerme de una vez inmensa en la caída
y retroceder a golpes
para retomar el canto
y escupiros el despreccio
ambiguo del quebranto.

Tal vez, resquebrajar el tiempo
no esperar que venga algo
rescindir la propuesta de la inocencia
firmando ante la vida
un no sé cuándo.-



CAMINO DE IDA

Escribir es enfrentarse
con el payaso que te mira
desde el otro lado del espejo.
Conseguirlo es cambiarle el sitio,
carcajarse de la vida
que pasa indolente ante el espejo.-


***

Aquí las mujeres enhebran sus patas
con hilos de agujas en las que no creen.
Aquí los hombres no disimulan su hambre
de ostras desnudas y pechos
de esquejes y algas.
No disimula nadie aquí
el impulso sexual del ciudadano.
Han dado por hecho,
han dado por sentado,
que el piropo es cultura
de caña y de ley.
Esta ciudad es un estambre de deseo
la verborrea está instaurada
en las copas de los árboles
a los que se encaraman los voyeurs
en busca de alimento.
Esta ciudad merece una mujer
subida a un camión
una mujer peluda y zafia
que diga, che,
andate a la concha de tu hermana
y fijate que ella también es mujer.-



MADRE

Madre, vos
podés o no creerme.
Madre, vos
cuando yo no te decía vos,
¿recordás, entonces?
cuando nada sabíamos
del continente, del nuevo,
del peso que tendría la Tierra
desvencijada
la Tierra, madre,
que vos sabés,
ahora parece ser también la mía.
Antes de toda esa rabia
antes incluso, de hacernos daño,
madre,
yo recuerdo,
nítido, como una hoja seca
esculpida en años,
recuerdo cómo vos
sin comprender palmo a palmo,
me sujetás la frente,
el pecho, el llanto.
Consolás una lágrima,
tras otra,
como cascada de versos,
auspiciados en claustros,
porque a mí me temblaba
la vena izquierda
y la diestra
y la otra, y la nueva, y la extraña,
y todo porque había visto
en una pantalla,
a la distancia,
gente,
sencilla, sonriente,
gente, ya ves,
sin nada.-




                                                                                                        Violeta Serrano



Imágenes: Pinturas de Daniel Richter (contemporáneo)





quiquedelucio@gmail.com

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