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jueves, 22 de diciembre de 2016

Tuve amantes







Sexto año de una antojadiza antología de la poesía de todos los tiempos, seleccionada por el escritor Quique de Lucio. Esta pretende ser una antología cuyo sentido radica en la actividad del lector, en su lectura que organiza los textos como un proyecto de su propia aventura y goce creadores. Difundiendo a más de 1.500 escritores, respetando el derecho de autor.



Publicación N° 1.570-


                                                                                                          Emilio Pedro Gómez

Poeta español, nacido en Astorga, León en 1951. Es Licenciado en matemáticas. Ha ejercido como profesor de secundaria por Aragón. Su primer libro de poesía "Heridario" fue publicado por Endymión, y le siguieron "Solamor", "Álbum de rotos" (Huerga y Fierro Editores) , "Me acuerdos" y "Sílabas blancas" (Lola Editorial). Obtuvo el Premio "Isabel de Portugal" (Diputación de Zaragoza) por su poemario "La nieve horizontal de los villanos", su último libro publicado es "Haikus de la casa" (Editorial Eclipsados, 2010). Ha sido incluido en numerosas antologías, como: "Entonces, ahora", "Desde aquí", "Aldea poética III ", "20 poetas aragoneses expuestos", "Papeles del martes", etc.



                                                                                                      "Quedo suspenso en su aura
                                                                                                       toda palabra es tacto divisorio
                                                                                                       con su dosis de vértigo 
                                                                                                       dardo de impunidad
                                                                                                       al centro de uno mismo"



  








TUVE AMANTES

Tuve amantes
que confundían el amor
con la pasta de dientes.
Las hubo que albergaban
fragmentos de cilicio
o una mueca románica en el sexo.

Mas conocí también
la autoridad de un cuerpo hermoso
independiente
silencios de una piel tumultuosa.
Amantes que no sabían duplicar
la juventud
y el sida
(con alguna de hurañas apariencias
rocé el Adán del paraíso).

Pero tú estabas honda
y siempre.-


***

El poema que escriben
las huellas de las aves en la nieve
se reitera
   tan nuevo
   e indistinto.
Lo leo sin mirar
lo miro sin leer
como acaricio
   sin rozar
   el signo indescifrable de este día.-
 



ASCENCIÓN

Ascensión pirenaica
Mochila al hombro
remontas paso a paso
la vertical audacia del sendero.
Abandonas la sombra edificante
de bojes y avellanos
(Lágrimas de sudor
sin su cobijo).
Funde su transparencia
el azul venoso del acónito,
el virar del silencio en las campanas
púrpuras-rosadas de la digital,
la amarilla pupila de los nomeolvides.

Dejas atrás las ayas rojas del serbal
el acebo esplendente
las alas protectoras del hayedo,
y un sarrio parpadeante
como el pasar las páginas de un libro.
Despide el rododendro al pino negro
a la hermosa pendiente la pedriza.
El avanzar te asciende
como un beso.
Asoma la implacable
nitidez de los vértices
las formas más osadas en su abismo.

Al alcanzar la cumbre
atónito de cielo
transparece de cuajo la alegría
arrullando el supremo silencio
de la cresta.
Sacias la sed de soledad
bendices el esfuerzo
(qué lejano el dolor
y las muecas hurañas del camino)
inauguras la piel de confidencias
inéditas al viento...
Lento de gozo arribas
al poema imposible:
el lenguaje más aéreo de la piedra,
la escritura sin fondo de las águilas...
vuelas adentro
accedes a tu propia lejanía.

Y sabes que jamás fue tan íntima
tan extensa ni plena, tan hermosa
nunca fue tan eterna
-roza la piel del tiempo-
tu mirada.-



PASOS COMUNICANTES

Lo fecundo de la debilidad
las bondades del miedo.

Escuchar a distancia lo más íntimo

desvelar en los labios
la insurrección de un beso.

Da a luz la soledad
de quien sabe estar solo

la erosión al restar
talla la vida.-


***

Desierto de certezas soy más cierto
ocupo menos luz
más necesaria.

Crece la plenitud
en el libre paisaje de mi mano
a otras manos.

Lo que queda
después de darlo todo
es siempre más.-


***

Sólo debiera
acudir
a los saciados.

Si vivir es buscar
perseguir un fulgor
saber quién eres
¿será la muerte darse alcance?.-



                                               
                                                                                                        Emilio Pedro Gómez






Imágenes: Pinturas de Edouard Vuillard  (Francia, 1868 - 1940)







quiquedelucio@gmail.com






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