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jueves, 8 de diciembre de 2016

Mis manos en tu cara


Sexto año de una antojadiza antología de la poesía de todos los tiempos, seleccionada por el escritor Quique de Lucio. Esta pretende ser una antología cuyo sentido radica en la actividad del lector, en su lectura que organiza los textos como un proyecto de su propia aventura y goce creadores. Difundiendo a más de 1.500 escritores, respetando el derecho de autor.



Publicación N° 1.556-


                                                                                                         Davina Pazos

Poeta nacida en Ecuador en 1973. Desde hace unos años radicada en España, en Madrid. Ha publicado: "Hasta la muerte...¡Carajo!" como anexo de la revista Manxa, 2006, "Lo que más me duele es tu nombre" Premo Ernestina de Champourcín Vitoria-Instituto Foral de Álava (diciembre, 2006), "Voces" (Madrid, Vitrubio, 2014), "Cadáver para un libro" (Lastura, 2016), etc.  Sus textos han aparecido en numerosas antologías tanto de su país natal como de España.


                                                                                          "No les puse el olvido,
                                                                                           no los cubrí de un pálido
                                                                                           color indiferencia,
                                                                                           sino de la exquisita
                                                                                           bandera del asombro"

   







MIS MANOS EN TU CARA

He puesto mis manos en tu cara,
te he cerrado los ojos para que estuvieras muerto,
tan sólo para que pudieras verme
en toda mi desolación y mi alegría.
Para que estuvieras conmigo.

Los labios te he tocado,
desde todas las terminaciones
nerviosas de mis dedos;
puse sombra en tu boca
para que desde tu voz sombría me llamaras;
toqué tus labios como buscando a tientas
una copa de vino para que conozcas
a qué sabe cada línea de mis manos,
a cada hendidura de mí, cada suspiro.

Hoy he puesto mis manos en tu cara,
te he cerrado los ojos,
te he besado los labios.-



UN CUENTO QUE HABLA DE TI

Te voy a dar un soplo de viento
de alas de pájaros que existen
donde no existen los pájaros
y podrás ver que en sus alas taciturnas
está grabado tu nombre.
Te voy a dar el nombre que tienen
los peñones al amanecer con musgo
y con rocío; y un amanecer con musgo
y con roció; y un amanecer de orilla
mirando a su otra orilla que se aleja
mientras canta la canción del río;
te voy a hacer reír como luces
de una ciudad que se quedó en tinieblas
y se enciende casa a casa,
puerta a puerta, voz a voz
tendrás en mi voz un cuento que habla de ti,
serás el que tocó la estatua de barro
y la hizo de oro
y el que tocó una mano de oro
para hacer esa otra mano que se toca
cuando se está llorando.
No voy a llorar, no voy a llorar cuando te vayas
con las alas de los pájaros del país
que se quedó sin pájaros,
te voy a hacer reír para que te vayas alegre
y cuando se apaguen las luces,
cuando todo esté a oscuras
como en esa ciudad que se quedó en tinieblas,
me llames, te animes a llamarme
con esa voz que te di cuando te contaba un cuento.-



NUESTRAS MANOS

Dame tu mano
desaparece conmigo entre los árboles,
fundámonos con la savia
para que nadie nos encuentre.
Son vulgares las preguntas;
el silencio amarrándonos las manos
tiene una elegancia de luz
a medias, de media noche
paseándose en tu pelo.

En las líneas de tu mano está mi nombre,
lee también los surcos de las mías
son tu retrato
de tanto oír tu cara acariciándola,
de tanto de tu boca
arrancar a pellizcos
unos besos.

Permite que se junten, nuestras manos,
que hablen,
que se cuenten la historia
de cuando estaban solas,
es nuestra obligación salvarlas.

Si no nos damos las manos
se nos caerán las dos
dedo por dedo.-


***

Todo instante es propicio a la belleza.
Se desmaya la luz sobre la carne.
En la rama de un árbol
tiembla una hoja
y grita el corazón
un silencio de muerte.

Entra en la carne el filo
hambriento de una pena.
Quiere el aire tocar
la pintura más bella de un artista.
Y cuando uno ya cree que la poesía
ha perdido de vista su tema,
surge como llamarada
la evidencia contraria:
A veces un paisaje y a lo lejos
el cadáver de una mujer hermosa
que ha llorado sus últimas tristezas.

Todo cuerpo es propicio a la belleza,
en un cadáver luce una congoja
y un artista suspira.-


***

Hielo no, porque mi nombre es fiebre,
ardores de esta cólera maldita,
que sufro de mí y es quemadura
por la que sale un asesino
que a mí también me mata cuando mata
y me redime.
Y un pájaro de angustia me recorre
de vez a vez y callo,
le doy refugio en mí, lo oculto al fondo
de lágrimas o gritos
o entre las líneas tristes de un poema.
No hay aquí humor negro:
todo es serio y peligroso.-




                                                                                                    Davina Pazos



Imágenes: Pinturas de Elvira Amrhein  (contemporánea)





 quiquedelucio@gmail.com   


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