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domingo, 18 de diciembre de 2016

La lectura


Sexto año de una antojadiza antología de la poesía de todos los tiempos, seleccionada por el escritor Quique de Lucio. Esta pretende ser una antología cuyo sentido radica en la actividad del lector, en su lectura que organiza los textos como un proyecto de su propia aventura y goce creadores. Difundiendo a más de 1.500 escritores, respetando el derecho de autor.



Publicación N° 1.557-



                                                                                                           Loreley El Jaber

Poeta, ensayista e investigadora argentina, nacida en Buenos Aires en 1972. Es Doctora en Letras por la Universidad de Buenos Aires e investigadora del Conicet. Es docente de Literatura Argentina en la Facultad de Filosofía y Letras. Publicó ensayos en revistas especializadas nacionales y extranjeras. Residió en Estados Unidos, donde publicó sus poesías en la revista literaria Contratiempo de Chicago. Sus poemarios son: "La playa" (Viajera Editorial, 2010), "Casquivana" (Bs. As. 2012), "Sala Grumo" (2013 y 2015). Poemas suyos fueron traducidos al portugués. Sus publicaciones incluyen, entre otras, "Una patria liberada" -Ensayo, 2014.



                                                                                                 "Quien haya sobrevivido 
                                                                                                   al desborde de la lluvia
                                                                                                   sabe
                                                                                                   que se puede respirar en el agua"











LA LECTURA

Todo el día es así:
Tirada en un sillón
pasa las hojas.
De lejos sólo se oye el ruido de las yemas
rozando el borde del papel
nada más
ni un suspiro
tan sólo la piel dejando rastro
en su mecánica cadencia.-



LA ESPESURA

Frente a la ventana
nieva
finito, grueso, a copones
Prendo un Marlboro
dos, tres
miro mi planta nueva
veo como resiste su violeta
a pesar del humo y el calor aquí adentro
Mientras tanto
la nieve sigue su ritmo
y yo
pierdo color
sola frente a la ventana
cada vez más blanca.-


***

El pasado
aparece de pronto
con un grado pasmoso de detalle
Es extraño
yo
que me pierdo a toda hora
no me pierdo ahí
rememoro cada imagen
con una precisión que asusta
Anoche recordé el último café
con aquel hombre amado
Mis manos negras apretando con fuerza
el libro de arena que llevaba conmigo
como un ancla de donde asirme
y no caer
Su mirada
tan ajena
y el café que tomé
sosteniendo
con mis ojos actores
esa lejanía
La iglesia donde me escondí
para morir sin taparme la boca
el olor de los bancos
y aquel silencio espeso
casi único
Volver a casa
con el libro sobre una mujer y el mar
tatuado en mí
Despertar al otro día
abrazada a esa playa calurosa
y a esa protagonista desvaída
Recuerdo esa mañana
música de radio, baño caliente
y un libro
alguna vez
acaso
hermoso
haciéndose espacio
en el estante más alto de la biblioteca.-


***

A pesar de este mar que adoro
que contemplo como una caricia
a pesar de mis hijos saltando olas
de su risa mojada en este paraíso
el ahogo vuelve a mí

Respiro como puedo
el agua me devuelve el reflejo de una batalla
mi garganta se cierra, entrega el aire, cede sumisa
como si la clausura diera su paso
a una revelación soñada

No sé si te das cuenta de mi miedo
sólo sé que te acercás y me das la mano
tan sólo eso
me das la mano
como siempre
Mi pecho no se libera
pero empieza a aquietarse
y el mar me presenta
su azul
también rabioso.-



ESTÁ ACOSTADA EN UNA HAMACA

La mirada perdida en un tiempo que no está
en un hombre que se fue
en una hija que eligió olvidarla
Lleva el tabaco en la boca
Fuma
Mientras lanza el humo
que puebla su cuerpo viejo
deja que un brazo cuelgue por fuera
de la tela que la sostiene
Los dedos amarillos
de esa única mano a la vista
aferran un cigarro que se consume empecinado
La ceniza cae
persistente
De repente asoma su cabeza y mira
la alfombra gris coloreando el piso verde
un largo y agudo quejido
se escucha entonces frente a
cada resto de fuego esparcido
como si fueran esquirlas de una vida pasada
acorralándola

Mi cuerpo
ganado por el ruido
es
ahora
un chillido que hiere.-



SE SIENTA Y COMIENZA A RELATAR

Se sienta y comienza a relatar.
Quienes la oímos
nos tapamos la boca azorados
conteniendo ese aullido de espanto
que ella sí profiere.
La mujer desenrosca esa escena inolvidabe:
la puerta la pileta el agua el niño flota.
La vemos doblar y desdoblar un pañuelo imaginario
estrujando la piel viva que recubre sus manos.
Los labios le tiemblan
como la cabeza
que ha cobrado vida voluntaria.
Desarmada
mira a la sanadora
en busca de una paz que se tragó el tiempo
y sigue temblando
ella
y nosotros
que vemos esa mirada suplicante
que sentimos el cuerpo frío de su horror mojado.-



                                     
                                                                                                             Loreley El Jaber




Imágenes: Pinturas de Arlene Cassidy  (Canadá, contemporánea)







quiquedelucio@gmail.com



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