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sábado, 1 de septiembre de 2018

Amantes

Octavo año de una antojadiza antología de la poesía de todos los tiempos, seleccionada por el escritor Quique de Lucio. Esta pretende ser una antología  cuyo sentido radica en la actividad del lector, en su lectura que organiza los textos como un proyecto de sus propia aventura y goce creadores. Difundiendo a más de 3.000 escritores, respetando el derecho de autor.







Publicación N° 2.143-



                                                                                                                                  Flor Alba Uribe

Poeta, narradora y ensayista de Colombia, nacida en Leticia, Amazonas, en 1943. Trabaja como correctora de estilo en diferentes impresos de circulación nacional. Participó en numerosas antologías de su país y del extranjero. Obtuvo "Mención de Honor" con su poema "Erótica" en el Primer Concurso Internacional de Poesía celebrado en Sao Paulo, Brasil, en 1993. De su obra poética merecen destacarse "El bailarín negro" y "Erótica". Ha incursionado con éxito en el cuento y la novela con títulos como "Nubia y su mercenaria virginidad", "Lecturas de medianoche", "Narraciones eróticas", etc. Como ensayista ha publicado, entre otros, : "La mujer en la obra de García Márquez" y "La mujer en la obra de Pablo Neruda"


                                                                                                  "Llega el hastío, presencia inapelable,
                                                                                                    paciente jornalero del olvido, y
                                                                                                    murmura al oído del amante:
                                                                                                    es hora de partir tu copa está vacía"












AMANTES

Ascendente marea creciendo en lenta fiebre
los amantes se buscan y enlazan dulcemente,
como árboles que avanzan,
cumpliendo su destino de incendiada epidermis.
De pie son dos espadas que luchan tercamente
por distraer la muerte,
tendidos son dos ríos fluyendo hacia el instante
que anula la sellada consigna del olvido.

Y si el mundo, impaciente,
se sale de sus goznes, estalla o se disuelve,
los amantes lo ignoran, apenas necesitan
el canto de su sangre,
su vida recobrada en húmedas batallas
y las pequeñas muertes en cada despedida.-



CONSEJOS DE AFRODITA

A la hora del amor llega desnudo,
desnudo y puro,
como quien vive su muerte y resucita.
Besa
hasta que sean de piedra tus labios
y tu lengua.
Acaricia
hasta que palidezcan los tigres camorreros.
Entrégate
con la avidez del sediento en la taberna,
con fervor, con pavor,
no retrocedas.

Y en la batalla de labios y de huesos,
en la apretada urdimbre de dos cuerpos
baja cantando, como un minero iluminado,
para cavar muy hondo, felizmente.-



FARSANTE

¡Oh, deseado!
Cuánto amor profanado para hallarte,
cuánta fábula escrita sobre ruinas,
y el dolor clausurado en roca viva
para sellar tu fuga innumerable.

Pero fuiste
huella en el viento,
mediodía de tinieblas,
en el centro de la hoguera lodo y ceniza,
en la súplica del agua prólogo de fuego,
a la hora del dolor
medianoche de lobos.

Hasta que fui anulando tus escapes,
tus pasos hacia atrás,
tus negaciones,
levantando piedra a piedra la mazmorra
donde amurar la obsesión de tu vigila.

Y ahora que,
total ya mi albedrío,
deshaces tu falacia de imposibles,
farsante de la hora qué poca cosa entregas:
desolación y hastío bajo ensayada máscara.
Tendrás que regresar a la nada, cuando eras
apenas bella fábula
y enigma de algún sueño.-



GÉNESIS

Entonces era el caos,
la sombra en desmesura. Apenas el vacío
al borde de la nada. Sopor de los abismos.

¡Soledad!  ¡Soledad!

Y tú en el umbral empujaste las sombras,
milenios de silencio, baldías soledades.

Anulaste la nada.

Buscaron las galaxias posibles horizontes
y hallaron los planetas sus  órbitas precisas.

Después comenzó el amor
y surgió el alfabeto, el ángel de la música
la flauta de los vientos.

El beso inventó  unos labios
y fue posible la miel en los panales,
los ritos de la zafra, las uvas moscateles.

El deseo se hizo carne
y el fuego ardió en asombro ritual sobre la tierra,
fecundó los volcanes, habitó cada estrella.

Y, ya a merced del gozo,
desplegado oleaje de piel solobre y húmeda,
inventaste los mares, sus crestas, sus abismos,
y juntos navegamos el altamar del éxtasis.

Todo lo fue creando el germen de tu aliento,
todo fue posible a posible a partir de tu tacto.
Después dijiste: olvídame

Y creaste tus mitos y leyendas.-




                                                                                                                             Flor Alba Uribe




Imágenes: Pinturas de Róbert Berény  (Hungría,  1887 - 1953)






quiquedelucio@gmail.com
                                                                                                               

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