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jueves, 23 de abril de 2015

Casi la dicha

Cuarto año de una antojadiza antología de la poesía de todos los tiempos, seleccionada por el escritor Quique de Lcio. Esta pretende ser una antología cuyo sentido radica en la actividad del lector, en su lectura que organiza los textos como un proyecto de su propia aventura y goce creadores. Difundiendo a los hacedores, respetando el derecho de autor.




                                                                                       Eduardo Mitre

Poeta , narrador y ensayista boliviano, nacido en Oruro en 1943.


                                                                        "El mantel que prolonga a la nieve
                                                                         sobre la mesa del bar
                                                                         bajo la mirada que lee
                                                                         lo que al azar la realidad inventa"





CASI LA DICHA

En Hanover este crepúsculo de invierno.
Tu desnudez consumada:
Brasa blanca en el lecho.
Y la mirada que vuelve a gozarla
En la penumbra del deseo.
En la ventana
La nieve extendida
Como tú en el sueño
Absorta
Como mis ojos sobre la página.
Lejos:
El grito de los niños
Que resbalan por la colina
Y el silencio y el pino
Plantados
Como un solo cuerpo
En el aquí y el ahora
Donde no falta sino
La palabra digna
De tanto don tanta gracia.-


DESHORA

La cercanía infranqueable entre sus cuerpos.
Un puente de miradas donde se cruzan
Y se separan.
En sus labios:
Un vaivén de palabras
O de silencios
-No la lenta fragua del beso.
No el hondo goce
Ni la dicha tersa
De las desnudeces enlazadas:
Sólo el roce eléctrico
De los muslos que se adivinan.

Sólo el asombro de conocerse
En la esquina
De los tardíos encuentros.

Y el sueño donde quizá se poseen
Al lado
De otro cuerpo que duerme.

Y el carbón del deseo
Que ha de volverse sin duda
Puro diamante

Al precio de no haber sido nunca
Los dos el mismo leño
La húmeda llama
En el lecho
De esta única vida.-


DESDE UN PUERTO

Y ese barco era un árbol
Y ahora
El mar piadoso
En cada ola le borra
El recuerdo de un pájaro.
Así, en cada amante,
Al indefenso ausente
-Sin rumor ni sangre-
Rasgo a rasgo
El tiempo borra.
El tiempo, y el mismo amor
Que -ávido de ser-
Hunde su memoria en otra piel
Ya un cuerpo en otro inmola.

Olvidar es morir
y renacer otra persona.-


LA AUSENTE

Emigran los pájaros
Pero se quedan
El árbol y el tiempo.

Tengo miedo.

Hay mucha trampa
Y poca luz
En el recuerdo.

Tengo miedo.

Qué pena, amor
Que tu presencia
Dependa tanto de tu cuerpo.-


SONATA

Ojos que descubren
La voz de las cosas.

Oídos que escuchan
El paso de las rosas.

Olfato que todo lo funde
En un solo aroma.

Lengua que añora
El sabor de otra.

Cuerpo la ausencia
Que padece los cuatro

Sentidos que la transportan.
Cuerpo que apenas goza.

Le falta el tacto.
Le sobra memoria.-



                                                                                              Eduardo Mitre





Imágenes: Pinturas de William Powell Frith  (Inglaterra, 1819 - 1909)



quiquedelucio@gmail.com

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