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lunes, 28 de enero de 2019

La brevedad

Octavo año de una antojadiza antología de la poesía de todos los tiempos, seleccionada por el escritor Quique de Lucio. Esta pretende ser una antología cuyo sentido radica en la actividad del lector, en su lectura que organiza los textos como un proyecto de su propia aventura y goce creadores. Difundiendo a más de 4.000 escritores, respetando el derecho de autor.







Publicación N° 2.272-


                                                                                                                           Daniela Jaimes-Borges

Poeta, dramaturga y profesora de Venezuela, nacida en Caracas, en 1981. Es también actriz y directora de teatro. Profesora de artes Escénicas por la UPEL-IPC, Mágister en estudios Literarios. Ha sido merecedora del Premio de Autores Inéditos de Monte Ávila Editores en 2009 por su libro "Breves". En el 2011 fue ganadora del Premio Municipal de Literatura, mención dramaturgia. Ha sido colaboradora de la revista"Asfáltica" de la UNAM, de "El Salmón", "Revista Babel", "Revista Teatralidad", "Relectura", "Ficción Mínima", "País Portátil", "Dramateatro", etc. Ha participado en distintos recitales de poesía y parte de su trabajo ha sido traducido al inglés. Se desempeña como Profesora de Lengua Española y Literatura.


                                                                                                                "A la sombra de la fiesta
                                                                                                                  alzaste el brazo
                                                                                                                  para abrirle el mundo
                                                                                                                  a los que nunca fueron" 













LA BREVEDAD

Desconozco la brevedad.
He sido fuerte arrastrando el pasado,
tanta longitud.
He alcanzado mi cuerpo para regresarlo a su sombra.
Y ya nada lo persigue.
Me sigo esperando en la continuidad del aire
junto a recuerdos felices imaginados
para no confundir la vida con la realidad.
He llegado.
Todas las maneras de volver o irse están ahí, pero
inmóvil, reconozco el fracaso.
Me arrodillo
y en ausencia de Dios
me pido perdón.-



***

Me trazas el alma con un libro
las manos perduran desde la página tres
ese hecho de no haber nacido juntos
el trance
y no soy Nijinsky,
pero lo repito y digo:

"soy aquel que muere
cuando es amado".-



***

No puedo seguir anunciando
futuros
tengo las manos heladas
convulsión advertida
desde otras noches
que no saben que no se alzan
en el norte agujero
en el que amanecemos
y no soñamos.-



***

No sé amar y por eso me tambalean
los poros,
la humedad desfallece y las
Margaritas dobles
no superan la calle, el laberinto,
el punto de fuga en la boca y no soy
buena en geometría.
No sé amar, en este destino que
une y desune
que no da tiempo para escampar en
la esquina de una mirada ceñida
al más impropio de los deseos.
No, no sé amar, porque la caricia cesa,
porque la paciencia no sé dosificarla,
porque me abruman los abrazos,
porque no sé salir de ellos y los platos,
querido, los platos de la cena,
deben estar en su lugar, limpios, secos,
por orden de tamaños.
No sé si pueda amar, porque ya no quiero mascotas que me distraigan mientras
espero, porque no sé que hice
con el silencio para fundar el desamor.
No quiero amar porque los tangos
son la tristeza y a mi madre la vi llorar
con un disco de esos sobre su fracaso,
mientras le daba hueca voz
a todas las soledades posibles
que cantaba ese señor
que también murió enamorado.
No, no necesito estar cerca de un amante,
porque altera el centro:
ese largo alambre del que no me sale
un corazón.

No me permito amar,
porque hoy secas mis lágrimas
y yo me ilusiono antes de que digas:
te irá mejor sin mí.
Y decididamente, aunque las venas duelan,
yo, amor, prefiero
abandonarte antes.-



***

He vivido siempre
con la pistola
en la boca
mientras mi otra mano
sólo me hace gritar.-



***

Inerte el cuerpo
las manos cerradas
como la primera vez que nací
salivando todo
para darme cuenta
de que el dolor
es algo
que ya no deliro.-






                                                                                                                     Daniela Jaime-Borges





Imágenes: Pinturas del artista australiano Alexander Avelin  (Contemporáneo)







quiquedelucio@gmail.com

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