Harold Alvarado Tenorio
Poeta, ensayista y traductor colombiano nacido en Buga en 1945. Estudió Literatura Latinoamericana en la Universidad Complutense de Madrid, donde recibió el título de Doctor con una tésis sobre la obra de Jorge Luis Borges. Ha sido docente en varias universidades de Estados Unidos. Entre sus principales libros figuran: "Kavafis" (1984), "Espejo de máscaras" (1987), "La Poesía de T. S. Elliot" (1988), "Poemas chinos de amor" (1992), "Ensayos" (1994), "Summa del cuerpo" (2002), "Fragmentos y despojos" (2003), etc. Ha sido reconocido con el Premio Internacional de Poesía Arcipreste de Hita y el Premio Nacional de Periodismo Simón Bolivar.
"Hoja de otoño, no percibes
el saludo y el beso,
viento de otoño vuelto hacia adentro"
TARDES poesía de Harold Alvarado Tenorio
Nada fue fácil para él.
Nada difícil.
El tiempo dispuso para su corazón
buenas y malas tardes
hasta cuando sufrió el desdén,
la frialdad, la escasez de una mirada.
Se duele el hombre en lo que ama
se duele la mujer.
Los tiempos han dispuesto
buenas o malas tardes.-
CAFÉ BLANCHE
Creyendo que la mejor cura contra la melancolía
eran esas superficies radiantes y abiertas
fuiste hasta las memorables ruinas
y viste la estatua de basalto
que del cuerpo de Antonio hicieron.
Grecia era el testimonio, bajo esa copiosa
y virulenta luz, de cómo solo lo externo
tiene propia existencia.
Ética y belleza
eran una y lo mismo.
Tallar el cuerpo era
tallar también el alma.
Curar el odio a sí mismo
era curar la soledad.
De vuelta a casa, liberado ya del pasado,
con aquellas camisas de colores chillones,
tus negros pantalones de tres prenses,
tus zapatos puntiagudos y habaneros,
el desnudo pecho mostrando la cadena
de oro macizo y los cinco medallones
entrabas al Blanche y pasabas las noches
bebiendo cubatas y quemando porros.
Todas y todos eran tuyos.
Te enamorabas, sin duda.
Amabas tanto los ritos de la carne,
su lenguaje y sus palabras
que incluso ahora, cuando escribes,
no sientes, tampoco, interés alguno
por el "acto final".-
PORTERO DE NOCHE
Bajo el arduo sopor del mediodía
Vuelvo y veo tus ojos, esa noche.
Al volver abriste la puerta
y para verme mejor preguntaste la hora:
eran la una y cuarto.
Tu cuerpo exigía otro cuerpo.
Y eso obtuviste.-
HAPPY NEW YEAR
Cruzamos
trece mil novecientos kilómetros
para encontrarnos
pero, como es habitual en ti,
cambiaste el parecer.
Oh, tú, nacida
en un Diciembre inconstante,
de grandes ojos de novilla,
de fina cintura
y pies diminutos,
dueña de un Loto Dorado
voraz e insaciable.-
Harold Alvarado Tenorio
Imágenes: pinturas del artista italiano Pino Daeni (Bari, 1939)
Publicación de Quique de Lucio para "Nos Queda la Palabra"
quiquedelucio@gmail.com
twitter@quiquedelucio
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