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jueves, 24 de enero de 2013

Rimas orientales

                                                              Omar Khayyam

Poeta nacido en Nichapur, Persia hacia el año 1040 de la era cristiana, y fallecido entre el 1120 y 1121. Sibarita, ácido, místico y profeta, estudió Matemáticas y Astronomía, reformó el calendario musulmán, cultivó el Derecho y las Ciencias Naturales. Se destacó en el plano de las letras por las famosas "Rubaiyat" que constituyen una alabanza al brindis, una enorme plegaria fragmentada en estrofas que remiten a la celebración del vino y del goce del instante, frente a la finitud de la vida. Los textos presentados han sido tomados de la versión inglesa de Edward Fitzgerald.


                         "¡Despertad! Que ya el sol desde el remoto Oriente
                         dispersó las estrellas de su sesión nocturna,
                         y escala de nuevo el cielo iridiscente"



AYER, HOY, MAÑANA

¡Oh cuando yo fui joven ávido he frecuentado
los santos y doctores, y oí cosas sublimes
sobre esto y sobre aquello: mas siempre me ha pasado
volverme por la puerta por donde había entrado.

Yo he sembrado semilla de aquel saber arcano,
y la ayudó a crecer la labor de mi mano:
y ésta fue mi cosecha:-"yo vine como el agua,
y me voy de este mundo como va el viento vano"

Llegado a este Universo el porqué ignorando
y el dónde, como agua que, quiera o no quiera, corre,
salgo de él como el viento que el desierto cruzando,
sin saber hacia donde, quiera o no sigue andando.

Yo recuerdo que un día mi paso se detuvo
por ver un alfarero que batía su barro:
Y el barro en frase tímida su frenesí contuvo:
-!¡Suave, hermano, mi forma también tu forma tuvo!"

¿Y no es ésta la misma milenaria balada
que desde el primer hombre historia abajo rueda,
sobre aquella bolilla de tierra fecundada
que dentro el limo humano dejó Dios encerrada?

Y ni una de esas gotas que de la copa echamos
a la sedienta hierba, se escurrió bajo tierra,
a mitigar la angustia de un alma que olvidamos
y muy hondo y muy lejos en el tiempo dejamos.

Mientras del breve viaje el fin no se resuelva,
puedes la amada forma ceñir entre tusbrazos,
antes que la alma tierra a recobrar vuelva,
y en la última caricia en polvo te disuelva.

Si la copa en que libas, si el labio que oprimiste
acaban donde todo comienza y se concluye,
piensa que ahora eres el mismo que ayer fuiste,
y más allá no harías nada más que aquí hiciste.

Cuando hayamos cruzado tú y yo el negro velo,
¡Oh el mundo impasible continuará su ronda;
nuestra venida y vuelta le darán tal recelo
como al mar si le arrojas un guijarro del suelo.

Si en vano bajo el suelo con avidez sondeas
y hacia arriba, a esa Puerta sin término sellada,
-Hoy, mientras seas tú y un sentido poseas,-
¿Qué harás mañana cuando ni tú ni nada seas.

Y caso extraño ¿no? De las vidas aquellas
que primero pasaron tras la cortina oscura,
ninguna aquí retorna a mostrarnos sus huellas,
para abrir nuevas rutas por entre las estrellas.

Y las revelaciones del sabio y del devoto,
que profetas ungidos en llamas difundieron,
¿qué son sino consejos de un ensueño remoto,
dichos y al punto vueltos a dormir ignoto?

Porque si el alma puede dejar su polvo turbio,
y cabalgar desnuda por los aires del cielo
¿No es, acaso, vergüenza, no es un fatal disturbio
habitar por más tiempo este vil suburbio?

Su índice el fallo escribe: si tu piedad impetra,
si tu ingenio excogita, si tu fe intercede
por baorrar una línea, tu voz nunca penetra;
ni tus lágrimas juntas lavarán una letra.-

Que el Doctor y el Filósofo sigan en su faena
de hablar de lo que quieran y de lo no pensado:
Todo no es más que un tramo de infinita cadena
que nadie mueve, corta, ni hace girar, ni enfrenta.-


                                         Omar Khayyam




Imágenes: Pinturas persas tradicionales.

Publicación de Quique de Lucio para "Nos Queda la Palabra"
quiquedelucio@gmail.com
twitter@quiquedelucio




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