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viernes, 29 de diciembre de 2017

Olvido

Séptimo año de una antojadiza antología de la poesía de todos los tiempos, seleccionada por el escritor Quique de Lucio. Esta pretende ser una antología cuyo sentido radica en la actividad del lector, en su lectura que organiza los textos como un proyecto de su propia aventura y goce creadores. Difundiendo a más de 2.500 escritores, respetando el derecho de autor.





Publicación N° 1.899-


                                                                                                                         Katherine Chávez


Poeta y periodista de Chile, nacida en 1979 en el sur del país. Participa como becaria de la Fundación Neruda en el Taller de Creación Literaria dirigido por el escritor regional Guido Eytel. Es habitante de la ciudad de Temuco lo cual ya la convierte en una voz particular de la poesía chilena, asociado en un principio a la gestión cultural y especialmente a áreas de música y literatura.


                                                                                                 "El cuerpo va ciego
                                                                                                  donde otros han dejado su calor
                                                                                                  las distancias son relativas
                                                                                                  pero nos detuvimos justo en el centro" 













OLVIDO

Oscurecida la tarde infinita de los besos
se aprisiona nuevamente la ambrosía salvaje,
como en hilos de oro se aleja
a su palacio sublime

La plaza vuelve a su luz habitual
y los pájaros se posan en ella
a buscar lombrices rosadas
que no escabullen la muerte

Las conchas y todo obsequio sagrado
queda en abandono
y pronto se pierde bajo el césped
donde antes un fuego,
donde antes la perfecta trampa,
la caída silenciosa de los cuerpos.-



SI LLEGO A BUSCARTE

Si te busco, buscaré en tu oscuridad
si llego a buscarte, romperé el huracán,
detonaré con la mirada el cemento
y más allá de los adoquines.
Tocaré esa larva silenciosa
que roba como gen invisible
rozaré su fina suavidad de demonio,
será toda languidez en la vehemencia de mis manos.

Si te busco, si he de buscarte
me tocaré las puertas
me detendré en medio de la jauría
y vaciaré tinta sagrada en la corriente
entonces,
en un fade out,
mi cabello se ondeará en la ventisca
justo en medio de la plaza.
Norte, sur y cementerio
el estruendo subterráneo.-



HOJAS DE LECHUGA

Nada más fresco
que tiernas hojas de lechuga
Las puse todas en la mesa
y antes que el limón las ajase
las mordí en crujientes y lentos bocados frente a ti.
Tras mis ojos, que siempre fueron dulzura;
y mi sonrisa, esbozo claro de una herida siempre abierta,
quise que supieras que jamás volverías a tenerme y que yo
seguiría engullendo la vida
como aquellas tiernas hojas de lechuga.-



QUÉDATE

No abandones a esta florcita crecida en la estación fría
que huele a óxido en sus raíces y se embriagó de rocío
para siempre
tenemos poco tiempo para quitar los cardos de tu cabello
y derramarnos en las hojas
No juegues al durito porque los instantes también son semillas
que crecen y yo estoy borracha tratando de ayudarte.

Mañana es un día claro dicen, pero yo no creo
sólo creo en el metal donde germiné y el aroma
de la sal en tus axilas
no me pidas perdón por tu renuncia,
sólo dedícame un sueño terrible
y baila esta tarde conmigo mientras el sol se oculta.
La noche sabrá lavar los ojos de mi tristeza.-



CEBOLLÍN CON ACEITUNAS

Ya no puedo torturarte como antes
cuando exprimía en mí toda la rabia
que me había dejado el mundo
y las manchas en tus pantalones
eran el agua de un pozo pestilente
donde bebías tú y tus amigotes.
Las maravillas de la vida van cambiando
y la mirada se vuelca hacia uno
mismo
Después que estalló el plomo de mi cabeza
ni la sangre ni la bruma de la noche me detienen
Tu luz tiembla como una vela en las manos
de un anciano
y quisiera volver a gritarte
pero eres otro
tus gestos se deshacen y se pliegan a lo invisible

sólo puedes ser tú cuando me miras
y te complaces en mi sonrisa
porque he sido tu madre y tu sirena
y la suavidad de mi voz es la misma que tengo por dentro
donde anduviste
entonces te avergüenzas a pesar de la tristeza
de mis ojos
y me hago dura
pero no puedo torturarte porque las maravillas
están abiertas
y tú seguramente estás muy lejos
entonces debo lanzarme
sin detenerme en el borde pero estoy aquí ahora
y mi dolor no te alcanza
menos toda la pena que dejé en el cuarto
¿te acuerdas?
En el borde de la cama, si regresas,
verás aun el dibujo de mis lágrimas.-

                               



                                                                                                                        Katherine Chávez





Imágenes: Pinturas de John Larriva (contemporáneo)







quiquedelucio@gmail.com

                                                           



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