Vistas de página en total

lunes, 31 de julio de 2017

Más que vivos


Séptimo año de una antojadiza antología de la poesía de todos los tiempos, seleccionada por el escritor Quique de Lucio. Esta pretende ser una antología cuyo sentido radica en la actividad del lector, en su lectura que organiza los textos como un proyecto de su propia aventura y goce creadores. Difundiendo a más de 2.000 escritores, respetando el derecho de autor.




Publicación N° 1.756-



                                                                                                                    Carlos Zanón

Poeta , novelista y crítico musical español, nacido en Barcelona en 1966. Es autor de los libros de poemas: "El sabor de tu boca borracha" (1989), Mención Especial del Premio Anthropos, "Ilusiones y sueños de 1.000 maletas" (Ayuntamiento de Málaga, 2001) Finalista del Premio Nacional de Poesía Ciudad de Irún, "Algunas maneras de olvidar a Gengis Khan" (2004) Premio Valencia de Poesía, "Tictac tictac (Ed. Carena, 2010), "Antología Yo vivía aquí (1989-2012), "Banco de sangre (Espasa, 2017), "Rock'n'roll" (2014), etc. Formo parte de la antología "Poetas catalanes en castellano"-1980-2003, etc.


                                                                                                      "Mete todo tu miedo, todo,
                                                                                                      absolutamente todo ese miedo
                                                                                                      en una bolsa de plástico
                                                                                                      y respira de él, de madrugada"












MÁS QUE VIVOS

Es una estrella muerta.
Pienso en Aznavour y sus amantes,
atrapados hasta el infinito
entre canales y tercas nostalgias.
Pienso en ti, transformándote,
pagando tu amor y tu engaño
con orgasmos, cortinas nuevas
y algún exorcismo barato:
hogueras al fin y al cabo,
mantenidas con la resina
que va supurando el olvido.
Y es que en ocasiones, el amor
ni da lumbre ni alimenta.
Es un cáncer, un agujero negro
que se va tragando el Tiempo.
Es momento, quizás, de volver
a los libros, recordar
para que sirven las cosas,
robar las palabras a sus dueños,
romper espejos y pagar
sin miedo alguno
los siete años de desdicha.
Pienso en ti y en mí,
muertos si era cierto que ayer
estábamos más que vivos.
Pienso en tu cuerpo y en el suyo,
pienso en ese nicho abierto
en el que hasta los recuerdos
han de olvidarse a sí mismo.

En ocasiones el amor no ama.-



UNA ESTUFA TOSIENDO

Un mundo en forma de corazón
y una mujer que se rompe,
que se deshace en el mismo plato
donde el viejo Don Melitón
hizo bailar a sus tres gatos.
Un corazón en forma de manzana
y la estufa tosiendo
-¡cof,cof!-
en la habitación donde duermo.
Debajo de las almohadas se está solo
y en los besos polizones
que viajan, sin tú saberlo,
en el tren suave y lento de la nostalgia.

Una manzana en forma de corazón,
una espalda rota y un nombre extraño.
Los pájaros gritan enloquecidos,
atrapados en jaulas celestes
de promesas nunca dichas,
alrededor de nuestros conjuros,
de nuestras  cruces en la frente
de yeso y tinta china.
Un mundo en forma de estufa
y una niña de cien años
-¡cof, cof!-
en la habitación donde duermo.
Debajo de otra piel también se está solo.
Y en los besos de Judas
que se esconden, sin tú saberlo,
en la alfombra áspera de los labios.

Un mundo en forma de corazón,
una mujer, una manzana
y una estufa tosiendo
-¡cof, cof!-
en la habitación donde duermo.-


***

Sin cara, sin gestos, sin labios,
sin voz ni dedos,
sonámbula sobre mi pecho,
en mi cama, en mi casa y en mi cuerpo
la agonía de los océanos azules,
de los besos inmensos y lejanos,
sobrevuelas, envuelta en pieles de cebolla,
medusa,
tules y velos de novia ennegrecidos.
En ceniza y en recuerdos.
Sin cara, sin gestos, sin labios,
sin voz ni dedos,
¿he estado amando a una condenada
o es que me estoy enamorando de una muerta?
pan duro y agua, agua y pan duro.
Rompe mi cuerpo, rómpeme los huesos,
porque sólo soy el ser que se ató
las muñecas
al rizado hilo de un teléfono,
a tu pelo y a tu nombre.
¿Qué importa si tenía un nuevo amante,
si me amabas o me odiabas
o si tan sólo tratabas de olvidarme...?
Sólo soy el ser que aún hoy, guarda
una carta tuya,
un regalo
o una pista para entender algo.
Pan duro y agua, agua y pan duro.
Quiero que empapes tu vestido de sudor
y me lo envíes.
No me hará daño tenerlo,
sólo un poco quizás.
Me lo pondré cuando me sienta solo,
tan solo como hoy.
Cuando las cosas no me vayan bien
y así parecerá que no te has ido del todo.
Sin caras, sin gestos, sin labios,
sin voz ni dedos,
te arrastras por el suelo,
manchas las paredes
y me esperas entre las sábanas.
La máquina ósea, la máquina letal.
Y la vida, disfrazada de maldita serpiente de luz
se me enrosca quebrándome la espalda,
en un terrible y lascivo abrazo de amor,
en mi cama, en mi casa y en mi cuerpo.
Dormiré bajo tu lengua,
en tus noches de mujer enamorada,
empapado de miedo y nostalgia,
ordenando el caos,
una y otra vez
hasta que acabe esta pesadilla.
Este dolor es puro,
este llanto inútil,
esta espera es cruel.
Aprendiendo a vivir,
inquilino y huésped.
En mi cama, en mi casa y en mi cuerpo.-




                                                                                                                       Carlos Zanón




Imágenes: Pinturas del italiano Giuliano Boscaini  (contemporáneo)







quiquedelucio@gmail.com

No hay comentarios:

Publicar un comentario