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viernes, 19 de agosto de 2016

El campo

Sexto año de una antojadiza antología de la poesía de todos los tiempos, seleccionada por el escritor Quique de Lucio. Esta pretende ser una antología cuyo sentido radica en la actividad del lector, en su lectura que organiza los textos como un proyecto de su propia aventura y goce creadores. Difundiendo a más de 1.400 escritores, respetando el derecho de autor.





Publicación N° 1.449-
                                                                                                     
                                                                                                            María Choza

Poeta y narradora de México, nacida en Sinaloa en 1994. Actualmente reside en Aguascalientes, donde cursa la Licenciatura en Letras Hispánicas en la Univesidad Autónoma. Publicó en la revista "La catrina", obtuvo una beca literaria por el ISSSTE en 2014. Es participante de Ataller 2015, en sus emisiones Guanajuato y Aguascalientes. Ganadora del Segundo Premio de Poesía Joven Alejandro Aura 2015, Mención Honorífica en Narrativa del Concurso Talentos Universitarios 2015. Se dedica a dar talleres literarios y creativos a jóvenes en preparatoria desde el año 2012.



                                                                                       "Nadie se explicó nada, ni mi abuelo
                                                                                         mismo. A veces creo que el campo
                                                                                         encarnó en su cuerpo,
                                                                                         y por eso tiene tantas cicatrices"











EL CAMPO DE CULTIVO

Mi primera siembra
la hice a los siete años.
Sembré frijol
en un terreno para vacas.
Mi padre me miró a los hombros
y dijo
te estás volviendo ya un joven.

Sembré trigo en mala tempoada.
No fue mala para mí.
Mi padre me miró a las manos
y dijo
te estás volviendo un hombrecito.

Quise sembrar tomate,
busqué, pero no encontre semilla en el pueblo,
nadie sabía dónde conseguirle.
La gente siempre ha dicho
que el tomate
es el crazón de la siembra.
No planté el corazón.

Sembré calabazas muy grandes,
y de flor naranja.
Mi padre me vio el pecho
y dijo de espaldas
te estás volviendo un mentiroso.-


EL CAMPO EN UN VESTIDO

Iban dos mujeres
caminando por la plaza,
las vi desde esta puerta.
Ambas usaban largas telas
que tocaban los suelos
y todo hombre que las tuvo.

Una mujer llevaba en su vestido un rascacielos,
vi muchos edificios
y personas que saludaban con cara de ventana,
vi el ritmo de los autos,
dos niños besándose.

La otra paseaba una llanura verde y fresca,
vi flores colgando de cada hilo,
al sol borracho de mañana,
un gallo que cantaba como oeste,
vi tu cara,
y una vaca pinita en la tela
viéndome mirar a la mujer del vestido.-



EL CAMPO DE BATALLA

Cada campo,
según leyendas,
fue un lugar de batalla.
Nadie se arrepintió de no ver otra vez a su mujer.

Los hombres
antes guerreros,
fueron a la ciudad.
El ruido haciendo casas
los intimidó,
se escondieron tras sus barbas
y regresaron todos a los campos.

Días después,
las mujeres paticaban
que habían vuelto con el corazón chiquito.-



EL CAMPO EN UNA REVISTA

Los Campos Elíseos
no tienen nada de campo.
Nunca debí haber visto en esa revista
las fotos secas
de la avenida en París.
Unos árboles domesticados
en el concepto de izquierda a derecha,
de abajo hacia arriba.

Nunca debí haber visto en esa revista
el artículo de los Campos Elíseos.
La imagen floreada en mi cabeza
de las abiertas praderas,
abiertas también a la vida
se fue hasta el fondo,
al fondo de ese concreto
pisado por gente francesa colgada de un café.
Ojalá me hubiera quedado con la idea
de aquel lugar albino
donde los dioses hablarían
mientras repartían los ríos y sus aguas.

Pude haber pensado
antes de ver esa revista,
la decepción es todavía más grande.

El hombre no es más que un campesino
esperando el camión
que le lleve a la ciudad.-


EL CAMPO DE LA FILOSOFÍA

Es tan joven el domingo
desde el asiento de una camioneta.
Las gotas de lluvia
en las ventanas
van como espermatozoides
hacia el útero.

Mi útero
lo perdí
antes de usarle.

Que íbamos al Paraíso.
Que te crees producto de otros planetas
porque no tienes papá.
Que ya no existe el sentido común.
Nadie vaya a decirme
que por amor pasa lo que pasa.
Déjenme explicarlo:
Las gotas de lluvia
también vienen de otro planeta,
y nadie dice nada.

El paraíso es un campo
lleno de mierda de vaca
y nopales.

El mundo es una pática
muy larga,
lechosa,
entre dos viejitos
y todos los viejitos
hablan entre dientes.
Bien harán los que se queden
entre las milpas.
El Paraíso es este paraíso.
Ni el mundo,
ni el Paraíso,
ni el útero
tuvo útero,
o quién sabe.-




                                                                                                  María Choza





Imágenes: Pinturas del artista estadounidense David Mensins (contemporáneo)





quiquedelucio@gmail.com

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