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lunes, 4 de noviembre de 2013

A la orilla del mar

                                                                 Salvador Espriu

Poeta, narrador y dramaturgo español nacido en Santa Colona de Farnes en 1913 y fallecido en 1985. Se licenció en Derecho en 1935 y en Historia en 1936 por la Universidad Autónoma de Barcelona. En 1946 publicó su primer libro de poemas: "Cementeri de Sinera". En los años sesenta y ochenta el poeta se caracterizó por la mezcla de un intelectualismo extremo y de un descriptivismo a menudo caústico, que le convirtieron en una de las más importantes figuras de la literatura catalana del siglo XX.


                                            "Alejado en abismos,
                                            donde el rostro me aguarda,
                                            me acerco a verme.
                                            Me siento sonreír"  



A LA ORILLA DEL MAR poesía de Salvador Espriu

A la orilla del mar. Tenía
una casa, mi sueño,
a la orilla del mar.

Alta proa. Por libres
caminos de agua, la esbelta
barca que yo guiaba.

Conocían los ojos
el reposo y el orden
de una pequeña patria.

Necesito contarte
que miedo da la lluvia
en los cristales.
Hoy cae sobre mi casa
la noche oscura.

Las rocas negras
me atraen al naufragio.
Prisionero del cántico,
mi esfuerzo inútil,
¿quién me guía hacia el alba?

Junto a la mar tenía
una casa, mi sueño.-


DESPEDIDA

¿Quién conoce la grave partida
de hoy o de mañana,
o quien diría todavía
una palabra?
Sólo sonrío y pienso
en destruir el nombre
con el silencio.-


EL JARDÍN DE LOS CINCO ÁRBOLES

Luego, cuando ya me había
causado mucho daño y casi
tan sólo podía sonreír,
escogí las palabras
más sencillas, para decirme
cómo pasó un momentáneo
oro de sol sobre la hiedra
del jardín de los cinco árboles.
Brevísimo amarillo, de puesta,
en invierno, dedos del agua
serpentina, de altas nubes,
y el extraño tiempo me entraba
en prisiones de silencio.-


NO CONVIENE QUE DIGAMOS EL NOMBRE

No conviene que digamos el nombre
de aquel que nos piensa
más allá de nuestro miedo,
si tropezamos a tientas
con este extraño ciego
y nos sentimos observados siempre
por la blanca mirada del ciego,
¿dónde, sino en el vacío y en la nada,
fundamentaremos nuestra vida?
Intentaremos levantar sobre la arena
el peligroso palacio de nuestros sueños
y aprenderemos esta humilde lección
a lo largo del cansancio,
pues sólo así seremos libres para combatir
por la victoria última sobre el espanto.
Escucha, los hombres no pueden existir
si no son libres.
Que todos sepan que nunca podremos
existir
si no somos libres,
y clame la voz de todo el pueblo: "Amén".-


                                                               Salvador Espriu





Imágenes: Pinturas del artista francés Henri Manguin  (1874-1949)


Publicación de Quique de Lucio para "Nos Queda
la Palabra"
quiquedelucio@gmail.com
twitter@quiquedelucio

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