Ricardo Molinari, poeta argentino nacido en Buenos Aires en 1898 y fallecido en 1996. Muy joven editó su primer libro "El Imaginario", cuyo lenguaje poético hizo que los intelectuales argentinos lo reconocieran como un gran poeta de la época. Entre sus obras se destacan "Odas a orillas de un viejo río", "El pez y la manzana", "Mundos de la madrugada", "La soledad del poniente", etc. Obtuvo el Premio Nacional de poesía en 1958 y ocupó desde 1968 una silla en la Academia Argentina de Letras. Amigo de Jorge Luis Borges y Leopoldo Marechal integró un importante grupo literario alrrededor de las revistas Martín Fierro, Inicial y Cuadernos del Plata.
"Quiero acordarme de la nieve que vuelve con la lluvia
de cómo dormirá una mujer
que he querido"
YO TE HE QUERIDO BIEN poesía de Ricardo Molinari
Yo te he querido bien. Nunca lo sabrá el polvo
de tu cuerpo,
ni tu cama desolada, sin noche entera.
-Tampoco sabe el hielo si la montaña siente,
cuando le oculta las nubes
una rama de tierra muerta-.
Yo amo como en un sueño perdido.
Me agrada sentirme vivir;
mi cuerpo es torpe porque llevo
el pensamiento lejano,
y la soledad rodea mis latidos
con su calor sin mejillas.
Hoy es día de mi cumpleaños, y deseo
estar todo para ti
-como si estuviera muerto-
lejos de otro mundo, sin azul,
sin hombres que metan sus palabras
en mi cuerpo distrído.
Tal vez ya no te acuerdes de mí. Qué importa.
El recuerdo es igual a una llovizna
sobre un largo acueducto.
El viento del Otoño mueve las hojas de los árboles
y el frío abre sus manos en una pampa de ceniza.
Yo quisiera estar en el campo junto a un río,
o al lado de un amigo verdadero,
porque estoy melancólico.
Mi corazón desearía quedar dentro de tu pecho.
¡Quién entiende el amor
sin un lirio morado entre las cejas,
sin un bronce húmedo apretado en el cuello.-
CANTE MI MUNDO DE AMOR
Cante mi mundo de amor,
tan dulcemente, que el viento
frío sienta su dolor
de nieve dura en mi aliento.
Corona de aire ofrecido,
río de calor cedido
al olvido; a un amante
sueño, exacto. ¡Mundo! Mundo
mío -tuyo-, ya profundo
en ¡ay! de cierzo distante.
Palma sedienta, jacinto
asido. Cantar a un día
turbado -solo aún-, distinto,
con su muerte todavía.
Rama de espacio celoso,
rumbo huído, riguroso.
Muro, flor, herida: ¡suelo
deshallado! Único. Sola.
Mi fe con su tiempo, aureola
de mundo solo, en tu cielo.
Brizna alta. Universo. Río.
Tu cielo, tu cielo, fuente
unida, ya sin vacío.
Eterno, eterna, luciente.
Que nadie toque tu rosa
de sonido, angustiosa
ayer, sin vida. Aire amado,
crecido: escúchame hoy -alma
viva- cantar en la calma,
en desierto enamorado.
CUANDO ME HABLAN DE TI, ES COMO SI ME PERFUMARAN LA CARA
Cuando me hablan de ti, es como si me perfumaran la cara
con una hoja de mirto. Ya estoy tan seguro de que te quiero,
que a veces quito
mis ojos de la luz para que atraviesen la noche por el cielo.
el cielo.
Los jardines saben el nombre de tu río
y el de los antílopes que lo cruzan jugando entre el agua;
ninguno habrá que no lo haya sentido
fluir, humedeciéndome la boca,
en la mañana, o al caer de la tarde,
sobre el aliento perezoso
de las flores.-
Ricardo Molinari
Imágenes: pinturas del artista ruso Román Garasutta (Moscú, 1958)
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No conocía a este poeta y me encantó como escribe, especialmente el último poema.
ResponderEliminarSaludos.
Gracias Ohma por la lectura del blog y tu comentario.
ResponderEliminarSaludos.
Quique de Lucio