Vistas de página en total

martes, 29 de mayo de 2018

He allí la vida


Octavo año de una antojadiza antología de la poesía de todos los tiempos, seleccionada por el escrtor Quique de Lucio. Esta pretende ser una antología cuyo sentido radica en la actividad del lector, en su lectura que organiza los textos como un proyecto de su propia aventura y goce creadores. Difundiendo a más de 3.000 escritores, respetando el derecho de autor.





Publicación N° 2.050-



                                                                                                                      Jaime Augusto Shelley

Poeta, ensayista y crítico literario de México, nacido en D.F. en 1937. Su primer libro aparece con  otros cuatro poetas en "La espiga amotinada", en 1960. Ha dedicado más de 50 años a la creación literaria. Ha escrito en columnas de opinión en distintos diarios de circulación nacional y en numerosas revistas literarias. Parte de su obra poética la conforman: "La rueda y el eco", "La gran escala", "Hierro nocturno", "Himno a la impaciencia", todas en la década de los sesenta; "Por definición ", "Ávidos rebaños" y "Victoria" son de la década siguiente y "Patria prometida" y "Concierto para un hombre solo" de los años noventa. Ha sido guionista de cine , por ejemplo, en "El recurso del método", dirigida por Miguel Littín.


                                                                                                     "Hundo mis vocales piernas
                                                                                                      en la espesura álgida del año
                                                                                                      y callo: escucho una sombra de a dos
                                                                                                      caídas en la prisa de su sueño"










HE ALLÍ LA VIDA

No se ama mucho o poco.

Se entrega uno, decididamente, en un abrazo
que dura toda la vida
al ser que palpita en el encuentro:
puede cambiar la persona,
el ser sigue siendo el mismo.

No se ama a veces, o porque sí.
Se es siempre ese motor
hecho vida presente y temporal.

El amor no tiene futuros,
es eternidad de la saliva y arrobamiento de una piel
embebida en el instante:
sudor y orgasmo, renovación de la ternura.

El amor no viene ni va,
es eje aprehendido al calor de los años;
de musgo y de ceniza
brota incontenible
entre un ser y otro
como signo gozoso de igualdad,
matemática que es química;
biología de los pares y los nones,
carne del espíritu resuelta en plenitud:
precisión del tiempo que borra su paso.

No, no se ama mucho o poco.
Se ama, simplemente, en la inasible complejidad
de los espacios. Se ama. He allí la vida.-



POEMA 10

Toda la noche hemos bailado, bebido ron.
Nos hemos agredido con toda la prisa y el miedo
de los cementerios.

Desenfundamos la orfandad de los sentidos,
pero no llegamos con los besos y caricias
a ninguna parte,
porque para llegar aquí
hemos tenido que cruzar
aledaños de cólera,
insurgencias de lores y metal que no dejan seguir,
ser como uno quisiera,
sin otra cicatriz
que no sea la del amor.-



POEMA 13

Palabras, señora,
palabras repetidas al calor de los cuerpos,
ni siquiera ésas,
porque toda la noche hemos callado
frente a un rostro
que no tiene nada,
que todavía no, señora, es
sino iniciado amor,
algo que nos toma de las manos
para arrastrarse a un fondo
de entretejida hermandad.-



POEMA 16

Oído en el insomnio vengo y voy:
Nada ha cambiado.

Esos muros, si acaso, más ennegrecidos.
Hay vómitos interminables en las grandes avenidas,
el humo pestilente de las carnes
en llamas se cuela
y en la tráquea asfixiada de los parques
aparejan jóvenes, se besan.-



RENCOR AL OLVIDO

Mezclado al aire tibio
y sosegado con que duermes
resuena el eco de otro aliento,
tembloroso en la distancia
mas fresco en el hurgar
de mi memoria cavilante
al filo de un amanecer
que se retrasa
al compás de manecillas tercas
que van dejando caer, sobre las cosas
que más quieres; pétalo a pétalo, un recuerdo.

Inútil dar vuelta,
girar de cuerpo entero,
abrir y cerrar los ojos.
Estoy fuera de mí
y busco, como un ciego en claridad,
lo soñado; la luz aquella
dibujada en sombra,
ardiendo, estrujada por la voluntad
de no dejar nmóvil
el agua hecha cristal
de ese recuerdo, amor, vuelto olvido.-




                                                                                                                    Jaime Augusto Shelley





Imágenes. Pinturas de Colin Campbell Cooper  (Estados Unidos, 1856 - 1937)







quiquedelucio@gmail.com






No hay comentarios:

Publicar un comentario