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sábado, 20 de enero de 2018

Clandestino

Séptimo año de una antojadiza antología de la poesía de todos los tiempos, seleccionada por el escritor Quique de Lucio. Esta pretende ser una antología cuyo sentido radica en la actividad del lector, en su lectura que organiza los textos como un proyecto de su propia aventura y goce creadores. Difundiendo a más de 2.500 escritores, respetando el derecho de autor.







Publicación N° 1.921-



                                                                                                              Marcela Albornoz Dachelet

Poeta de Chile, nacida en Talca, en 1962. Diseñadora gráfica de la Universidad de Chile. Es Directora de la Editorial de la Universidad de Talca. Desde hace seis años dirige Talleres de Poesía en la Universidad. Ha sido distinguida con varios premios literarios. Su obra ha sido recogida en varias antologías, como: "Cuentos y poemas del mundo minero" (1998), "Poetas del maule" (1998), "Guía de la Poesía erótica de Chile" (2000), "Cien años de Poesía" (2001), "Cien Poetas Homenaje a Pablo Neruda" (2004), etc. ". Ha publicado, entre otros, "La insobornable inutilidad" (2003), "Cosas al oído de Lulú" (2005), "Todos los destinos" (2007), "Postigos" (1990), "Antología poética para el Bicentenario" (2007), etc.



                                                                                         "transita en el lenguaje un silencio feroz,
                                                                                           una clara agonía de esa letra convertida
                                                                                           intervenida moldeada aclarada
                                                                                           en la sombra de ningún árbol"












CLANDESTINO


No hay letreros ni señales ni luces rojas en la mampara
de este burdel de la palabra

lo clandestino es siempre un código inventado
-es el recurso de amparo del poeta- la clave secreta

Oh, si las páginas hablaran la fuerza del destino

El poeta a puerta cerrada
libra batallas

la boca a veces es una armella en este encubridor
transgresor y cómplice que

-delira pájaros- cuando las palabras no le bastan.-



SIN RESPIRO

Está oscuro
apenas hay una tenue luz en mis muslos
y ya no tengo voz para decirte cosas al oído
nuestras sombras se mojan con la lluvia
de mis piernas
adivinando en la oscuridad
la lengua pide redención
y apura el silencio o el grito
no hay respiro
por un instante muero
en blanco
en paisaje
y lluvia
en celo
en cielo
los huesos vuelven a su lugar
y la piel se florece de tanta humedad
un silencio de aguas
un beso de luz
para tanta oscuridad.-



HUÍDA

Ella huye algunas horas por la noche
noctámbula sonámbula.
Como una palabra no dicha.
Pasa un ángel -silencio- parece quedar en blanco como
una pared de cal
huye a sus lagunas mentales y atraviesa el umbral
del silencio.-



DEDOS

Los dedos dentro
eran pequeñas voces
en la punta de la lengua
tu mano era una palabra
no dicha
así como lo imaginado
lo que se piensa sin la voz terrena
de las cosas
tu rostro descansaba en una pausa
a pequeña distancia
de mis piernas y
tus dedos
vaciándome
hurgándome
llenándome
de palabras el silencio.-



SEXTO IDIOMA

Como este delirio infinito colgado
de la ventana floreada tantas veces en el techo en
mis ojos
para repetirme, repetirme
qué hago aquí parada en medio del patio
cortando naranjas
hablando sola a una tierra muda
-que me respira la menta-

Me hará bien pisar el pasto húmedo
que caigan los pájaros a dormir
entre mis piernas de nido
tengo guindas secas en mis manos
para dormir en barbecho a tu hora de la siesta.

Pero aparecen mis cabezas
y cuando quiero tocarlas desaparecen
de los sueños de sal aguadas estatuas
¿por qué miré para atrás?
si yo sabía, sabía
tráiganmelas.

Traigan todas mis cabezas

La que dejé olvidada en la ventana del tren
La apoyada en mi mano de dolor
La destrenzada
La loca que se partió en dos
La llena de voces
La llena de una sola voz, es la que más me
importa
La doble de dos cabezas
La mitológica que vio con un solo ojo
La alegre que bailó encima de la mesa
La irreverente que tuvo piedad
La sumergida en el agua de tu río
La poeta que besó al poeta anónimo
La sacrosanta bestia que inventó el fuego
La helada de miedo de hace dos inviernos
La triste hecha agua en la tumba de mi padre
La hacedora de puentes levadizos
La bienaventurada de hace veinte años
La salvadora libre de pecado, no la encontrarás
La transparente que no se pudo tocar
La que hibernó cuando te convertiste en osos
La sorprendida de verte
La tibia y suave cuando ama
La aguda y temblorosa después de haber
amado.-



                                                                             


                                                                                                                Marcela Albornoz Dachelet




Imágenes: Pinturas de Fanny Moreaux  (Francia, contemporánea)








quiquedelucio@gmail.com



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