Vistas de página en total

miércoles, 14 de septiembre de 2016

Dice

Sexto año de una antojadiza antología de la poesía de todos los tiempos, selecionada por el escritor Quique de Lucio. Esta pretende ser una antología cuyo sentido radica en la actividad del lector, en su lectura que organiza los textos como un proyecto de su propia aventura y goce creadores. Difundiendo a más de 1.400 escritores, respetando el derecho de autor.



Publicación N° 1.471-



                                                                                                             Camila Recalde

Poeta, narradora oral, editora y docente de Paraguay, nacida en Asunción en 1992. Publicó sus poemas en la Antología de la Academia Literaria Kavure 'i (2010) de la Facultad de la Filosofía y en la Antología Generacional Piknic (2016), articulos en la revista especializada en poesía y crítica "El tren rojo" (2016). Coordinó el Club de Lectura "Literatura Paraguaya de la Dictadura" (2015), es editora de la revista independente de lengua y literatura El Guajhú (2013 - 2016). Actualmente se encuentra coordinando junto al poeta Carlos Bazzano, el Laboratorio de Creación Literaria.




                                                                         "Tiene derecho a guardar polvo en los bolsillos
                                                                           del uniforme escolar
                                                                           Tiene derecho si se porta bien,
                                                                           a una vida eterna y, por supuesto
                                                                           tiene derecho a permanecer callado" 
  







DICE

Que le zumban los oídos,
que le resuenan los tímpanos.
Quizás son sus diablitos susurrándole lujuria
capaz que son sus ángeles cantándole
buenas ondas
puede que sean esos bichitos del oído
despabilándose
quitándose el kaigue
destrozando el interior de su ser frágil
es lo que suele pasar con los seres que viven
dentro de otros, su vitalidad es proporcional
a la desgracia del anfitrión y uno los ve
y no sabe si alegrarse por uno o por los otros.
Nosotros, los espectadores, cegados por ese afán
de objetividad, damos, casi siempre, en sentir
pena por ambos, por él, por ellos, por todos.
Seguimos optando por sentir pena para poder,
paradójicamente, sentirnos mejor,
más humanos,
más sensibles,
con más ángeles en las orejas.-



A VECES YO, SIEMPRE VOS

A veces,
cuando noto lo absurdo de la realidad
casi escucho mis ronquidos
Respirar, despertar, respirar...
generalmente no funciona
¿Cuánto más necesitas para dejar de necesitar?
quedate un rato más,
cocinemos algo
Yo,
que duermo con los pies descubiertos
que te extrañé desde siempre,
que me pregunto respuestas
y me respondo preguntas
que muy pronto me quedé sin nada más para dar
¿y si dormimos untos?
durmamos juntos
Siempre
busqué cosas que no terminé de comprender.
Vos,
que tenés tanto miedo, tanto miedo
que comprendés el miedo y nada más
que no te gustan las trenzas
que te acercás a la luz
solo para agrandar tu sombra y sentirte grande,
más grande.
¿y si hablamos de otra cosa?

Está haciendo frío
mejor ponete una gorra.-









MIS BIENES

Clausuraron el parque,
pavimentaron el césped.
Ya no tengo más
que lo que guardan
mis bolsillos rotos;
un par de aguacates,
muchos limones,
un gato sin dueña,
demasiado besos...
Y vos,
que vas con los hombros cargados
de acordes mayores,
de peces sin nombre
y al final del día
solo tenés tus manos
tus manos y sus muchas ampollas
y un invierno leve
que no sacia
tu anhelo de frío.
Y nosotros,
que aun sumando
nuestros escasos bienes
no somos más que polvo,
dudas,
buzón sin casa
parque clausurado,
cabellos sin trenzas,
poemas sueltos,
techaga 'u,
no sé.-



SILENCIOS

¿Me querés?
Silencio

¿Me escuchás?
Silencio

¿Vos me querés?

El tercer silencio fue tajante.
Tres silencios fueron demasiado,
me alejé inquieta, sollozaban mis ganas de sollozar.
Entonces medité sobre mis sentimientos
para encontra su origen, lo hice detenidamente.
Había hecho mal la cuenta, no fueron tres silencios.
fue solo uno, el mismo, identicamente impersonal.
Habrá que aceptar el hecho de que
infinidad de preguntas quedarán sin respuestas.
O habrá que aprender a escuchar el silencio,
de a poco,quizás él aprenda a escucharme
para responderme satisfactoriamente
cuando le pregunte si me quiere.-



                                                                                                 Camila Recalde



Imágenes: Arte digital contemporáneo




quiquedelucio@gmail.com

No hay comentarios:

Publicar un comentario