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miércoles, 3 de julio de 2013

Nada puede

                                                            Jaime Valdivieso

Poeta, narrador y profesor de Literatura chileno nacido en Valparaíso en 1929. Ha publicado veinticinco libros  de poemas, cuentos, novelas y ensayos. Sus últimos libros son: "Las máscaras del ruiseñor", que lleva tres ediciones, "Ciencia y Poesía" (1999), "El espejo y la palabra" (1997), "Violencia de los animales" (1991), "Escritura encadenada" (1999), "Trisagio" (2000), "Señores y ovejas negras" (2000), etc. Obtuvo a lo largo de su extensa trayectoria numeros premios, como el  internacional de la revista "Plural" de México. Parte de su poesía fue traducida al idioma ruso por la Academia de Ciencias de la Federación Rusa en su revista "América Latina".


                                                       "sus poemas
                                                       heridos en el papel
                                                       gotas de sangre
                                                       de una muerte
                                                       derrotada por la palabra"



NADA PUEDE   poesía de Jaime Valdivieso

Nada puede un tirano
contra una pareja
que ha decidido vivir.
Desterrados en medio del desierto
o al borde de los grandes hielos
somos amigos de lagartos y pingüinos
y entre las sombras
de nuestro cuarto
iniciamos la mejor revolución:
nos repartimos el territorio de la piel
el espesor de los músculos
los últimos latidos del corazón
todo de una manera
absolutamente equitativa.-


II

Nos sacamos la ropa
y fue como si saltáramos
de la prosa al verso
de la marcha a la danza
de la crónica al mito,
y cada vez nos alejábamos
más de nuestro tiempo
hasta llegar al Paraíso
mordisquear jugosa y gozosa-
mente la manzana
y volver a comenzar
dolorosamente
toda la historia.-


TU BELLEZA NO MUERE

Ahora fuiste tú mujer,
no importa cómo te llames
la que debió partir y dejó que la
Barca negra se meciera sola a tu lado.

Porque no es posible
convéncete, seguirás allí mismo
aún después de tu muerte
cantada por los poetas
y desaparecidos hace mucho tiempo.
Nunca fuiste de este mundo,
ya lo dijo Enrique Lihn,
salías y regresabas al lugar convenido
"aquí estoy otra vez
en lo mismo de siempre",
y Huidobro cayó de bruces
sin pronunciar una sílaba,
por primera vez dejó que el silencio
hablara y la palabra enmudeciera.

No eras de aquí ni de allá
pertenecía a todos los hombres
cuando se abría una puerta
siempre eras tú la que estabas en el umbral
¿Eras acaso la belleza sin nombre
dibujada con la furia y la
ansiedad de los sueños?

Destinada a la inmortalidad
la belleza fue tu sino
surgías y te desvanecías
y volvías a aparecer
en cualquier parte
mirando a los ojos
deteniéndote unos segundos,
los justos para no morir
y seguir de largo.

Yo te he visto
detrás del mesón de una farmacia,
quedé inmóvil y medité:
el exceso de belleza no se puede soportar.
"cuando te alejas un solo instante
el tiempo y yo lloramos".

Cada vez que venía a verte
junto a tu lecho seguía
la nave detenida a tu lado
sola meciéndose en una marea leve,
Caronte te espera más allá,
tu rostro lo llena de pavor
teme perder la ruta y volver
solo a orillas del lago.

Ahora sé que la barca partió
Y tú no vas en ella,
quedarás como siempre
aunque sea solo unos instantes
los justos para no morir
y seguir de largo.-


                                                   
                                                            Jaime Valdivieso





Imágenes: pinturas del artista Georges Seurat  (Francia, 1859-1891)


Publicación de Quique de Lucio para "Nos Queda
la Palabra"
quiquedelucio@gmail.com
twitter@quiquedelucio



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