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jueves, 27 de diciembre de 2018

Si el mar

Octavo año de una antojadiza antología de la poesía de todos los tiempos, seleccionada por el escritor Quique de Lucio. Esta pretende ser una antología cuyo sentido radica en la actividad del lector, en su lectura que organiza los textos como un proyecto de su propia aventura y goce creadores. Difundiendo a más de 3.000 escritores, respetando el derecho de autor.











Publicación N° 2.242.-



                                                                                                                                      Jesús Lara Sotelo

Poeta, pintor, fotógrafo y diseñador gráfico de Cuba. Reconocido internacionalmente como lo reafirma su trayectoria artística , forma parte del pilar del arte cubano actual. Ha publicado, entre otros, los poemarios: "Capítulo al Éxtasis" (1994), "Zen sin Sade" (1999), "¿Llagas inéditas o enojo insomne?" (2003), "Cuarto paso" (2005), "El ojo sencillo" (2007), "Aforismos de Lara" (2008), "Alicia y las odas prusianas" (2011), "El escarabajo de Namibia" (2013), "Trece cebras bajo la llovizna" (2015), "Amaranto" (2015), "Los ultimátum" (2016), "Jardín del castigo" (2013), "Grand Prix" (2015), "Luz de loto" (2015), etc. Sus creaciones artísticas forman parte de disímiles exposiciones y colecciones privadas.


                                                                                                    "Me alzo sobre el deseo, miro
                                                                                                      a través de las ventanillas.
                                                                                                      Trepo. Saboreo. Veo la bocanada
                                                                                                      del acto. Sube a las nubes este leño"











SI EL MAR

Si el mar no está violento no comprendo el amor
en cuyos desvelos se cruza el desnudo y su sádico.
Triste cosa el yogurt disperso sin lengua para lamer.
De reojo el desamor desangra la clemencia.
Sólo sabe acumular cuerpos vencidos, pistillos desechables
listos para complacer el silencio que roe la sociedad.-



POEMA VI

Maldita entraña que busca amor
y al no encontrarlo roe el ímpetu,
culpa al diablo de su insaciable sed de amores.
Oh amor, cruel te tornas en latidos de fe.
No me deja morir el afán. Estoy jadeante.
No me veo más que a través del afecto disoluto.
El vacío no puede ser mi refugio, pero me pertenece.
¿Quién no soy?
¿Un ala de crisálida?
Tontas preguntas.-


***

Veo supurar las heridas del ocaso.
Nadie viene al fondo a ver esta soledad.
Estoy triste.
Paso y no cesan de verme llorar estos amores.
Presiones de eternidad tienen
estos abrazos de agua.
He aquí la muerte de rodillas, implora piedad
a unos dedos que frotan
definitivamente sublimes.-



VII

No respiro otra vid si antes no asesino su espíritu.
Tantas mujeres me quieren para su conjuro.
Prefiero oler sus faldas como un lobo.
Hacer un tapujo de sus despechos.
Venir del teatro, abandonar los fantasmas.
¿Quién soy?
Soy el que salta por las estrellas
para desnudar la infinitud.-



VIII

Si existió amor a la vuelta del pesar debe, entonces,
pudiera hoy desnudar la espalda de las rosas y reír.
Que capricho del imposible aferrado a tantísimas mujeres
probando el filo de su desamor,
oh, agujeta de oro azul.
Comprende que por hundirte,
                en mi carne la música no tiene que brotar
                como sangre ni ser luz
                de nuestras irresoluciones.-




LLOVIZNA Y SALMOS

Esa destreza se introduce en mi cremallera.
Crece en su mano el fervor.
Oh mujer que en drama ahogas tus uñas.
La superstición tiene formas de amor en tu ideal.
Amas lo que vislumbras y das por cierto.
Si me estrechas contra tus senos
estrechas el ideal que guardas de aquel.
Tu cuerpo de la soledad huye con temor.
Todo es inseguro sin examen.
Lo voluble deja de ser enigmático,
se vuelve vulnerable.
Jamás distinguiste la llovizna
de las lágrimas.-



VELLÓN NEGRO

Apaguemos el mundo tras ese ademán
busca mis labios, humedécelos con el jugo de tu vientre.
Dije. En ti mujer mis manos alas de sed.
Ábranse todos los frenesíes al descalzar tu cuello.
Esto no puede ser lo que se va
sin poner el alma en peligro.
Suplica ella al infinito.
Sepa que el penúltimo aliento el fuego es siniestro.
Oh seductor arranca mis vestiduras.
Oh, rocío de amapolas enrojecidas.
Tírame del cabello. Quiero sentir la furia de los rincones.
Oh Otelo, tú que derrotaste a los gladiadores del astro.
Frota esos pétalos de menta encima de mis partes.
Todos de algún modo arderemos.
Borra la realidad de mis retinas,
y con ella esos impotentes lazos que me unen
a la tierra.-





                                                                                                                                 Jesús Lara Sotelo




Imágenes: Pinturas de Valery Kosorukov   (Rusia)





quiquedelucio@gmail.com

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