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sábado, 12 de agosto de 2017

Cuando calle


Séptimo año de una antojadiza antología de la poesía de todos los tiempos, seleccionada por el escritor Quique de Lucio. Esta pretende ser una antología cuyo sentido radica en la actividad del lector, en su lectura que organiza los textos como un proyecto de su propia aventura y goce creadores. Difundiendo a más de 2.000 escritores, respetando el derecho de autor.





Publicación N° 1.765-




                                                                                                                  Luis Velázquez Buendía

Poeta español, nacido en Madrid en 1957. Licenciado en Filología Clásica, Licenciado en Medicina, especialista en Salud Pública, campo en el que trabaja desde 1982. Ha publicado hasta la fecha, los poemarios: "En el extrarradio" (2002), "Una nueva familiaridad" (2006), "Meditación de un entorno ordinario" (2009), "Una extraña naturalidad" (2015), XX Premio de Poesía Villa de Cox 2014, "Material de conciencia" (Ediciones Trea, 2017), etc. Fue incluido, entre otras, en la antología "La musa funámbula-Poesía española entre 1980 y 2005" (Huerga y Fierro, 2008).





                                                                                     "Se habla de lo que no necesita meditarse
                                                                                       o se medita a flor de piel, a puerta de casa,
                                                                                       porque hace calor dentro. Cuando la brisa
                                                                                       corre ligera parece que avanza la noche" 








CUANDO CALLE

Cuando calle sólo
cuando calle volverás
a hacerte presente invadir
mi espacio atravesar traspasarme
aniquilarme
sólo
cuando calle
                  mas
para que calle para por
fin callar aún
-juro que te callaré te
juro que
         callaré-
aún no es tiempo aún
un árbol sí
me crece un árbol
todavía en la voz: árbol
palabra pulmón
árbol la raíz
profunda
en el estómago
la sed
como capullos de voz sed
de decir en
las ramas las hojas
un árbol
            tenaz
pero lo sé
sé que algún día un día un día
de máxima angostura
            un día
de tenebrosa azulidad
el cielo él el azuloso un día
cederá
un día
desdibujado él y todo
                          se desdibujará
y yo
ya no más yo ni tú
ni tú más tú descenderemos
descenizaremos a
nosotros
a
nos
otros
          ligeros
             vueltos callados
un día
cómo decir
de reencuentro un día
volverás
a ser la calle la
vociferada la
                   atestada
del mundo hambre
saciada del mundo.-



COMO QUIEN LLEVA UN FAROL

En la hora agria de retornar del día,
por el crepúsculo que huye de calles
trasnochadas,
vas, voy
con el frágil paquete de pasteles
melindrosamente tomado del cordel.

En el umbral tal vez de la otra vida
en la que te dispones a entrar
con tu viático.
Vas a una cita en las sombras
que despeja la claridad del día.
Es el momento justo
antes de que desaparezcas.

Luego se impone el mundo y el sol quema
hasta la última huella de tus pasos.-



SEPTIEMBRE

La naranja aparece en el centro
de gravitación. Alrededor suyo
cae la incertidumbre de los días,
nebulosos planetas, cae la nada
tranquilizadora, las palabras
que se abultan y se desmoronan,
el obstinado signo de interrogación
desamparado como un leño seco.

La naranja un día sobreviene
en el frutero (mi mujer la compró);
no estaba el mundo preparado para ello;
como si a consecuencia de una herida
aún se retrajera, quiero decir que
la conciencia que teníamos de él
era tal vez menguante; la naranja
se apoderó de ella sin dificultad,
el mundo
              no parecía.-




TODAS LAS BANDERAS SALUDAN AL VIENTO

Cuando se alza el viento de poniente
en la ciudad de torres y cúpulas antiguas,
como hojas de un mismo árbol fabuloso
todas las banderas despiertan al unísono
y emprende el vuelo sin moverse aquélla:
así va la alegría
con su nave con cien gallardetes.
Y en la alta mar remota de la noche sin luna
-balizas del sueño de su joven corazón-
tiemblan las luces de otro continente.-



AUTORRETRATO SOBRE FONDO MALVA

Nada puede decirse acerca de ello,
o no debe decirse. Y sin embargo,
mirarlo es admirar sus cualidades,
admitirlo. -Lo admito, y nos compete a obrar
como extraños.

La luz es imprecisa; el azul
del rojo consanguíneo. Sobre sillones malva,
una pizca de angustia diluida,
Proteo se transforma.

Las cualidades frente a las prioridades,
la extenuación del blanco que es el blanco,
la simetría del rostro, la
rebelión callada de las partes.

Incandescencias sin reminiscencias
los días venideros, todavía habitables.
Al pie de la montaña
el ánimo se expande, grandiosa es la montaña;
arriba, hacia la cumbre, el frío quema,
la luz es quemadura, la montaña
no es una montaña.-



                                                                                                         Luis Velázquez Buendía



Imágenes: Pinturas de Meghan Howland (Estados Unidos)







quiquedelucio@gmail.com

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