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viernes, 6 de junio de 2014

El hombre


Cuarto año de una antojadiza antología de la poesía hispanoamericana de todos los tiempos, seleccionada por el escritor Quique de Lucio. Esta pretende ser una antología cuyo sentido radica en la actividad del lector, en su lectura que organiza los textos como un proyecto de su propia aventura y goce creadores. Quiere ser fiel a la experiencia única que es la lectura de poesía, a su escenario de un hala compartida que la convierte en un ritual primitivo. Difundiendo a los hacedores, respetando el derecho de autor.


                                                         Margarita Feliciano

Poeta, traductora y crítica literaria argentina, nacionalizada italiana. Cursó sus estudios en la University of California, Berkeley en el área de Lenguas, asistió además a la Universidad de Florencia, Italia. Llegó a Canadá en 1969, país donde reside, fue Coordinadora Cultural del Centre for Research y fundadora y editora de la revista literaria Indigo. En el año 2005 fundó la casa editorial Antares especializada en poesía y textos de crítica y de difusión lingüística. Hasta la fecha ha traducido una decena de libros.


                                                 "cuando vi las luces del puente
                                                  yo supe, amigo
                                                  haber alcanzado la perfección
                                                  de los ciclos completos"





EL HOMBRE Y LA ALONDRA

Era un domingo claro y luminoso
perdidos andábamos,
alegremente perdidos por el mundo
entre los simulacros
de un jardín de ruinas
donde lucían al sol
frontispicios y capiteles
de antiguos templos helénicos,
y rosetas de piedra gris,
sus pétalos levemente carcomidos por la intemperie.
Y el sol se volcaba pecho afuera,
como un pichón recién nacido,
sobre las cornucopias inmóviles,
sobre el moho gastado de las inscripciones,
y nos traían jirones de luz
a las manos ateridas
e invisibles espuelas a los pies.
Avanzábamos, tú y yo,
hacia la blanca escalinata,
impelidos por el deseo de encontrar un refugio
un oasis de nieve,
donde pudiéramos saborear
nuestra intimidad
y seguirle la huella
a un contacto iniciado
en la penumbra azul del cuarto.
Tú y yo avanzábamos hacia el banco,
cara al sol,
resguardados por el escudo
que una vez señoreó con su alarde de piedra
sobre algún edificio de noble venalidad.
En la distancia se recortaban
las tupidas siluetas de los pinos
contra el cielo,
su negro verdor estallaba
con voces y presagios inmanentes
y la primera alondra
escondía su grito,
emitía su mensaje vital hacia nosotros.
Entonces tú, contagiado de inocencia,
hablaste en el lenguaje
primaveral de la alondra.
Se sucedían los llamados
en corriente alterna
no se sabía hasta qué punto
tú te habías vuelto pájaro
ni tampoco si en la voz escondida
se vislumbraba un embrión de hombre.
Y así seguía el vaivén de los llamados
estremeciendo toda la mañana,
echando a andar al mundo
con la ternura animal del primer día.
Y yo, limpia de engaños como tú,
presenciaba el milagro
y veía renacer el mundo
movido por el eje del amor,
ese amor que salía de las ruinas
y se esponjaba a la luz del sol.-



UN DÍA

Un día quedarán nuestros cuerpos inmóviles,
endulzados por espaciosa claridad,
el sol se colará por las rendijas,
la tarde, en su llegar, no nos hará violencia,
y la noche nos traerá sus alfileres
de cisnes extasiados
en la contemplación de su sombra.
Un día quedarán nuestros cuerpos inmóviles,
nuestros labios musitarán palabras mudas,
de una aureola de hierba coronadas las sienes,
de un voluptuoso arrobo entornados los ojos.
La casa en que vivimos cobijará el sonido,
pasos apresurados se oirán por los cuartos,
y nosotros, tú y yo, tomados de las manos
navegamos callados por un mar de sargaso
entre algas huidizas y peces movedizos
mástiles y gaviotas vislumbradas en lo alto
y el rotamen de velas,
crujiendo contra el viento
nos columpiará ese día
en que quedarán inmóviles los cuerpos.-


                                                             Margarita Feliciano





Imágenes: Pinturas del artista sirio contemporáneo, Suhair Sibai.


Publicación de Quique de Lucio para "Nos Queda
la Palabra"
quiquedelucio@gmail.com


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