Publicación N° 2660-
Andrey Araya
Poeta y narrador de Costa Rica, nacido en la provincia caribeña de Limón, en 1980. Licenciado en Comunicación de Masas, en la Universidad San Judas Tadeo. Ha escrito crónicas para proyectos de Hábitat para la Humanidad Costa Rica y muchos artículos de opinión que se publicaron en "El Financiero" y "La República". Tiene un libro de cuentos recientemente aprobado para su publicación en la Editorial de la Universidad a Distancia (UNED) y varios poemarios en revisión. Sus textos han aparecido en antologías de su país y de extranjero.
"Sé que no entendés
a este hombre sin dos ni crucifijo,
por que sólo profeso esta religión
de la tinta y el asombro"
EL MILAGRO
Tu casa se parece a mi casa,
con el amor haciéndose en las paredes,
con las historias ahogándose
en la garganta de los abuelos.
Tu casa es el pequeño latido de un poema,
una mentira piadosa para acabar el día,
como este aire que muere lento
en el zaguán adormilado de tus ojos.
Ahora,
las tablas de tu piso impaciente
me esperan ansiosas de vida,
con el deseo extendiéndose en tus poros,
con tu risa infantil jugando en el tejado.
Y yo,
como una mariposa impúdica,
con la desnudez posada
en tu sillón preferido,
recorro despacio...
el milagro desdoblado de tu sombra.-
LOS BUENOS PECADOS
No puede ser pecado
llenarte de silencio
cuando el mundo grita
con su temblor de máquina
en cada fibra del sueño.
No puede ser pecado
hacerte el amor de pie,
-con el vendaval en el pecho-
contra la pared
y en cada sitio
que imagine el asombro.
negar a todos
y creer ciegamente
que tu piel
es el principio y el fin
de todos los caminos.
No es pecado esta sed,
este escarceo de la página en blanco,
esta urgencia de poemas en las vitrinas,
quizá el abandono de esta ciudad
que naufraga
hacia lo más profundo de su gris.
¡No!
yo te digo
que a partir de esta línea
no será pecado tu desnudez
en el beso múltiple del agua,
ni gritar en el parque
que el tiempo es un oficio perdido,
ni abdicar de los rezos,
ni transigir de la risa,
ni posar tu mano
en el sexo evo
que se lleva el rocío,
ni la fiesta que me retorna
hacia la niebla,
ni esta niñez
que me puebla la sangre,
ni la mentira subyugante
de los libros.
¡No!
será acaso el último pecado
terminar aquí,
en los puntos suspensivos
de la azul irreverencia de tu cuerpo-
PRESAGIO DE URGENCIA
Han caído todas las noches, amor...
El minutero y el horario se persiguen
con esa fe imposible de tocarse,
y el tiempo se ovilla como un niño asustado
en el arco ansioso de tu espalda
Me quitas la ropa y yo te quito sombra,
me quitas el regreso y yo te quito el miedo,
nos quitamos ambos este aire impaciente,
esta rutina de piel, este frío de oficina,
esta calle herida en la pupila del horario.
Por eso nos amamos como la noche
llevara un presagio de urgencia,
como vientres corriendo felices hacia la muerte,
aniquilándose con la vocación suicida del deseo,
como si el péndulo de tus caderas
fuera un truco del rocío .
Para seguirnos amando.-
Andrey Araya
Imágenes Pinturas de Marcel Rieder.
Blog auspiciado por Canadian Cultural Central of Montreal.
No hay comentarios:
Publicar un comentario