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martes, 6 de agosto de 2019

Oleaje


Noveno año de una antojadiza antología de la poesía de todos los tiempos, seleccionada por el escritor Quique de Lucio. Esta pretende ser una antología cuyo sentido radica en la actividad del lector, en su lectura que organiza los textos como un proyecto de su propia aventura y goce creadores. Difundiendo a más de 5.000 escritores, respetando el derecho de autor.







Publicación Nª  2.437-


                                                                                                                               Hellman Pardo

Poeta y ensayista de Colombia, nacido en Bogotá, en 1978. Ingeniero de profesión ha transitado desde edad temprana por la poesía asistiendo a talleres dictados por Francisco Díaz-Granados, Jaime García Maffla y Juan Manuel Roca. Fue finalista del Premio Internacional de Poesía Breve celebrado en Buenos Aires en el 2007, con el libro "La humanidad de las cosas". Pertenece a las redes literarias REDNEL de Colombia y Poetas del Mundo de Santiago de Chile. En el 2008 publicó "La tentación inconclusa" por la Editorial Común Presencia. Su poesía ha sido traducida al japonés, es colaborador de varias revistas literarias, como El Ático, La Movida Literaria, Cinepalabra, el periódico Confabulación etc.


                                                                                                              "Es tarde, no soy el
                                                                                                               que necesita  el mundo,
                                                                                                               es tarde, andate con tus    
                                                                                                               árboles donde muera la selva"

                             







OLEAJE

Para qué callar
tanto silencio arrepentido,
tanto amor a la deriva.
Bajo qué movimiento esa pálida muerte
llegará con sus arcabuces
a deshacernos el mundo.
Estas manos que aún esperan
caminar ilesas por algún lejano cuerpo,
quizá ese cuerpo,
dónde irán a reposar de tajo.
Sombra,
río que fluye desvelado,
océano y lágrima.
Árbol de hojas blancas sobre un viejo páramo,
ese oleaje es el amor de los hombres.
Para qué callar entonces
tanto amor a la deriva,
tanto río.-



MUNDO CONSUMADO

Ser de sombra y parecer que nada es nuestro
y tenerlo todo y morir por ello;
amar al mundo que llega con sus olas
y nos encalla al relámpago de la vida;
golpear un minuto y otro y acaso otro
para que el tiempo no siga devorando
el presente que ya se muere
y nos sumerja en el tímido futuro;
temblor de frío cuando la lluvia desluce
este cuerpo que cargamos con nosotros
sin poder cambiar de forma como el humo...

Partir sin decirle adiós a nadie,
sin el total desamparo de sentirnos desolados
a algún lugar ajeno y lejano;
amanecer a orillas de un río tranquilo
bajo la luz desnuda del poniente y desnudos
como cuando éramos simples animales
mirando sin deseo a la propia especie
y aún creyendo en el paraíso;
pensar que nada pasa entre nosotros
con la sabiduría que la tierra es más ancha
y no esta angostura que pretendemos.

Que no nos aflija el llorar, pesada roca
con los ojos atiborrados de esperanzas
el milagro de un nuevo día;
reposar el alma que nos cuesta a veces
y colgarla entre las cuerdas
para que en alguna hora bendecida
se nos enjugue el cuerpo bajo el alba;
Volar vida,
Volar
Y no morir en el intento.-



VIENTO DE ABRIL

El viento, ese antílope que rumia corazones
camina por el estribor de nuestras pieles
y deja con su voz aplacados los cedros,
la verdad fértil, la cordillera.
Se deshojan sus tibias manos
alcanzando las últimas horas de los días
en que dejamos de ser este pedazo de hombre
y nos volvemos suyos, desamparados.
Cuando vamos de un lugar a otro,
cuando somos
sólo la herrumbre de la vida
y sentimos como nos limpia el cuerpo
y abandona su mundo para poder
lograrnos.

El viento, ese fuego que consume nuestros rostros
nos hace saber que estamos vivos
y que nunca abandonará la faz de la tierra.
El viento, blanca sombra del día y de la noche.-


***

Lo he hecho todo:
sembré un árbol donde no recuerdo,
escribí un libro que nadie ha leído
y tengo un hijo que nunca veo.
Lo he llorado todo:he llorado la muerte, el amor, el destino,
la miseria, el hambre, la distancia
y ya no queda sal en ninguna lágrima.
Un árbol, un hijo, un libro,
un destino, un amor, una muerte,
un hastío, un dolor, una cólera.

He escrito todo mi desamparo.-





                                                                                                                                Hellman Pardo



Imágenes. Pinturas  de Romel de la Torre  (Filipinas)






quiquedelucio@gmail.com

Blog auspiciado por Canadian Cultural Centre of Montreal.

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