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jueves, 1 de marzo de 2018

Y aquí estoy

Séptimo año de una antojadiza antología de la poesía de todos los tiempos, seleccionada por el escritor Quique de Lucio. Esta pretende ser una antología cuyo sentido radica en la actividad del lector, en su lectura que organiza los textos como un proyecto de su propia aventura y goce creadores. Difundiendo a más de 2.500 escritores, respetando el derecho de autor.






Publicación N° 1.961-


                                                                                                                                       Celia Bautista

Poeta española, nacida en Ríotinto, Huelva en junio de 1953. Se licenció en Filosofía y Letras por la Universidad de Sevilla. En la actualidad ejerce como catedrática de Lengua y Literatura Españolas del IES  Leonardo Da Vinci de Majadahonda. Ha dado cursos para extranjeros en Francia y en Gdanks, Polonia. Obtuvo el XII Certamen de Poesía Nicolás de Hierro -Ciudad Real-(2008), por el poemario "Sombra despierta", Premio del XXI Certamen de Poesía Joaquin Lobato -Málaga-2008 con el "Diario del norte", Premio en el XXV Certamen de Poesía La Bufanda de Coslada -Madrid- Abril 2008 por "De una voz que no cesa", Premio en el XXIII Certamen de Poesía andaluza Villa de peligros con "A orillas de la carne"(2008), etc.


                                                                                                        "y hemos llegado a un punto
                                                                                                         que, a veces, no nos vemos
                                                                                                         cuando necesitamos
                                                                                                         poner un antifaz a las pasiones"














Y AQUÍ ESTOY EN EL TIEMPO DEL ACASO

No sé si aún recuerdas que hubo un tiempo,
en que el amor
soñaba de memoria los lugares
que en tu cuerpo tenían mis medidas.

Yo, sin saber llegaba
al milímetro exacto en que el deseo
le ponía una trampa
al delirio constante de mi boca,
dispuesta a sofocar mi sed en ti.

Era un tiempo de tacto y de miradas.

La palabra, subida a sus tacones,
ensayaba tan solo un tercer puesto
entre mis preferencias.

Insegura, tomaba
apuntes tras apuntes
de todo lo sentido -por si acaso-

Y aquí estoy
en el tiempo del acaso
llenando mis sentidos con el roce
que dejan las palabras
cuando, descalzas ya, caminan por mis versos.

Tan poco me alborotan
que paulatinamente se van quedando sordos
los poros que en mi piel
estaban siempre
como perros que saben
que su dueño se acerca.

Tal vez por eso sea
que siento hoy más que nunca
el bullir de la tinta cuando pasa
del corazón al beso.-



A ORILLAS DE LA CARNE 

Recuerdo que hubo un día que creíste
que la piel del silencio era de aire,
y sus voces formaban
un coro de fantasmas,
un idioma
de sílabas suicidas
que sueñan despeñarse
para verle los ojos
a la luz.

Entonces no sabías
que el silencio es la música
que emana de los cuerpos
cuando entornan
el tacto
y se desnudan.
Y dejan bien doblados los placeres
a orillas de la carne.-



EN UN MOTEL DE PASO

Tiempo hace que mi cuerpo y quien les habla
cohabitan
en un motel de paso.
Ni siquiera recuerdo
desde cuando tomé conciencia clara
de que sería mejor estar bien avenidos.
Pero es cierto que de un tiempo a esta parte
es tal el acomodo al que estamos llegando
y tal la indeendencia
que no nos molestamos para nada.
Es más, ya ni l siento.
Por fin nos convencimos mutuamente
de que es mucho mejor andar en zapatillas,
que hacer tanto ruido con los tacones altos.
Atrás quedaron ya
aquellos días locos de las desavenencias.
Y desde ese momento
yo hablo y hablo y hablo
y ni siquiera sé si está o si se ha ido.
Sólo nos encontramos cada 13 de junio,
para firmar el nuevo contrato siguiente
y aprovecharnos ya
para hacer inventario de algunos deterioros
y asumir con la estética -cada uno a su forma-
lo que aún tiene arreglo.-



Y ME SUPE UNA SÍLABA PRENDIDA

Yo descubrí la luz
cuando el silencio
se lavaba la sombra una mañana

me miró
lo miré
yo sonreí

y me supe una sílaba prendida
elevada por dos haches de fuego

un paréntesis vivo que subía
a una cima muy alta

no sé si abrí los ojos
o sentí solamente

aquel era el idioma
en que yo
era un signo encendido.-





                                                                                                                                      Celia Bautista




Imágenes: Pinturas de Vladimir Volegow  (contemporáneo)







quiquedelucio@gmail.com

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