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miércoles, 15 de octubre de 2014

El amor empieza


Cuarto año de una antojadiza antología de la poesía de todos los tiempos, seleccionada por el escritor Quique de Lucio. Esta pretende ser una antología cuyo sentido radica en la actividad del lector, en su lectura que organiza los textos como un proyecto de su propia aventura y goce creadores. Difundiendo a los hacedores, respetando el derecho de autor.


                                                        Roberto Juarroz

Poeta, traductor y ensayista argentino nacido en Coronel Dorrego, Provincia de Buenos Aires en 1925 y fallecido en Buenos Aires en 1995. Hizo estudios en La Sorbonne, Francia. Miembro de número de la Academia Argentina de Letras y catedrático universitario. Recibió numerosos premios, entre los que se destacan, Premio "Esteban Echevería" en 1994, el Premio Jean Malrieu de Marsella, Francia, el Premio de la Bienal Internacional de Poesía en Lieja, Bélgica, etc.



                                 "A veces me parece que estamos en el centro de la fiesta
                                 pero en el centro de la fiesta no hay nadie.
                                 En el centro de la fiesta está el vacío.
                                 Pero en el centro del vacío hay otra fiesta"






EL AMOR EMPIEZA

El amor empieza cuando se rompen
los dedos
y se dan vuelta las solapas del traje,
cuando ya no hace falta pero tampoco
sobra
la vejez de mirarse,
cuando la torre de los recuerdos, baja o
alta,
se agacha hasta la sangre.

El amor empieza cuando Dios termina
y cuando el hombre cae,
mientras las cosas, demasiado eternas,
comienzan a gastarse,
y los signos, las bocas y los signos,
se muerden mutuamente en cualquier
parte.

El amor empieza
cuando la luz se agrieta como un
muerto disfrazado
sobre la soledad irremediable.

Porque el amor es simplemente eso:
la forma del comienzo
tercamente escondida
detrás de los finales.-


EL CORAZÓN EMPIEZA

El corazón empieza bajo tierra,
pero acaba en tus labios y en los míos.
La muerte entonces duda en las cornisas
y una convalecencia de ojos largos
desprende las arrugas del temblor.

No hay que negar que eso nos salva,
pero entre tantas cosas tan perdidas
no es posible aceptar la salvación.

Y las manos, sin darse cuenta aprenden
el gesto incorregible
de volver a enterrar el corazón.-


HAY CORAZONES SIN DUEÑO

Hay corazones sin dueño,
que no tuvieron nunca la oportunidad
de regir como un péndulo casi atroz
el laborioso espasmo de la carne.

Hay corazones de repuesto,
que esperan sabiamente
o por quién sabe qué mandato
el momento de asumir su locura.

Hay corazones sobrantes
que se descuelgan como puños de contrabando
desde la permanente anomalía
de ser un corazón.

Y hay también un corazón perdido,
una campana de silencio,
que nadie sin embargo ha encontrado
entre todas las cosas perdidas de la tierra.

Pero todo corazón es un testigo
y es una segura prueba
de que la vida es una escala inadecuada
para trazar el mapa de la vida.-


HEMOS AMADO JUNTOS TANTAS COSAS

Hemos amado juntos tantas cosas
que es difícil amarlas separados.
Parece que se hubieran alejado de pronto
o que el amor fuera una hormiga
escalando los declives del cielo.

Hemos vivido juntos tanto abismo
que sin ti parece superficie,
órbita de simulacros que resbalan,
tensión sin extensiones,
vigilancia de cuerpos sin presencia.

Hemos perdido juntos tanta nada
que el hábito persiste y se da vuelta
y ahora todo es ganancia de la nada.
El tiempo se convierte en antitiempo
porque ya no lo piensas.

Hemos callado y hablado tanto juntos
que hasta callar y hablar son dos traiciones,
dos sustancias sin justificación,
dos sustitutos.

Lo hemos buscado todo,
lo hemos hallado todo,
lo hemos dejado todo.

Únicamente no nos dieron tiempo
para encontrar el ojo de tu muerte,
aunque fuera también para dejarlo.-



                                                               Roberto Juarroz





Imágenes: Pinturas de Henri Matisse   (Francia, 1869 - 1954)



quiquedelucio@gmail.com

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