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martes, 28 de octubre de 2014

Amor

Cuarto año de una antojadiza antología de la poesía de todos los tiempos, seleccionada por el escritor Quique de Lucio. Esta pretende ser una antología cuyo sentido radica en la actividad del lector, en su lectura que organiza los textos como un proyecto de su propia aventura y goce creadores. Difundiendo a los hacedores, respetando el derecho de autor.



                                                        Jaime Torres Bodet

Poeta mexicano nacido en D.F el 17 de abril de 1902 y fallecido en México D. F. el 13 de mayo de 1974.

                                                   "Esta impresión de estar
                                                    vivo ya para el cielo
                                                    y -no obstante- en la tierra
                                                   de tu corazón, muerto !" 





AMOR

Para escapar de ti
no bastan ya peldaños,
túneles, aviones,
teléfonos o barcos.
Todo lo que se va
con el hombre que escapa:
el silencio, la voz,
los trenes y los años,
no sirve para uir
de este recinto exacto
-sin horas ni reloj,
sin ventanas ni cuadros-
Que a todas partes va
conmigo cuando viajo.

Para escapar de ti
necesito un cansancio
nacido de ti misma:
Una duda, un rencor,
la vergüenza de un llanto;
el miedo que me dio
-por ejemplo- poner
sobre tu frágil nombre
la forma impropia y dura
y brusca de mis labios...

El odio que sentí
nacer al mismo tiempo
en ti que nuestro amor,
me hará salir de tu alma
más pronto que la luz,
más deprisa que el sueño,
con mayor precisión
que el ascensor más raudo;
El odio que el amor
esconde entre las manos.-


CONFIANZA

Esta tarde ya sé que me quieres.
Me lo dicen tus ojos dormidos,
que el silencio es, en ciertas mujeres,
una fronda cargada de nidos.
Hay palabras que el amor retiene
en tus ojos brumosos y vagos
como el cielo de otoño que viene
a morir en la paz de los lagos.
Esta tarde tu amor me penetra
como llanto de lluvia en negrura,
o, más bien, ese ritmo sin letra
que de un verso olvidado perdura.
Y me torna profundo y sencillo
como el oro de un sol tamizado
que renueva, en las tardes, el brillo,
del barniz de algún mueble apagado.-


FUGA

Huías...pero era en mí
y de ti quien huías.
¿Cómo? ¿Adónde? ¿Para qué?
Por todo lo que es vial,
ascensor, tragaluz, puerto
para fugarse del hombre
en el hombre: por la voz,
por el pulso, por el sueño,
por los vértigos del cuerpo...
Por todo lo que la vida
ha puesto de catarata
-En el alma y en el alba-
Huías...pero era en mí.-


MÚSICA

Amanecía tu voz
tan perezosa, tan blanda,
como si el día anterior
hubiera
llovido sobre tu alma.

Era, primero, un temblor
confuso del corazón,
una duda de poner
sobre los hielos del agua
el pie
desnudo de la palabra.

Después
iba quedando la flor
de la emoción, enredada
a los hilos de la voz
con esos garfios de escarcha
que el sol
desfleca en cintillos de agua.

Y se apagaba y se iba
poniendo blanca,
hasta dejar traslucir,
como la luna del alba,
la luz
tierna de la madrugada.

Y se apagaba y se iba,
¡Ay! Haciendo tan delgada
como la espuma de plata
de la playa.
Como la espuma de plata
que deja ver, en la arena,
la forma de una pisada.-


                                   
                                                               Jaime Torres Bodet






Imágenes: Pinturas del artista francés Paul Émile Chabas.


quiquedelucio@gmail.com

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