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viernes, 23 de octubre de 2020

La derrota

 

Décimo año de una antojadiza antología de la poesía de todos los tiempos, seleccionada por el escritor Quique de Lucio. Esta pretende ser una antología cuyo sentido radica en la actividad del lector, en su lectura que organiza los textos como un proyecto de su propia aventura y goce creadores. Difundiendo a más de 10.000 escritores, respetando el derecho de autor.






Publicación N° 2.746-



                                                                                                                    María del Valle Rubio

Poetisa y narradora de España, nacida en Huelva. Es Diplomada en Ciencias de la Educación por la Universidad de Sevilla. Es, además, conferencista y articulista. Ha publicado, entre otros, los poemarios: "Residencia del olvido" (1982), "Clamor de travesía" (1986), "Derrota de una reflexión" (1986), "El tiempo insobornable" (1989), "Museo interior" (1990), "La hoguera infinita" (1992), "Para una despedida" (1994), "Sin palabras" (1996), "Acuérdate de vivir" (1996), "A cuerpo limpio" (1998), "Media vida" (1999), "Donde nace el desvelo" (2001), etc. Además ha publicado tres obras de teatro: "El canto del grillo" (1979), "La alianza de las flores" (1979) y "Confesiones de Severiana" (1985). En el 2002 fue Finalista del Premio de la Crítica Andaluza.


                                                                                                 "Está llegando abril a sus albores,
                                                                                                   el azahar conquista las alturas
                                                                                                   y se expande y consigue perfumar
                                                                                                   más allá de la idea que teníamos"
 










 LA DERROTA


Los vencidos se fueron calle abajo.
No siempre los vencidos son grandes perdedores.
Bajo el brazo llevan el recuerdo
del triunfo que supone
aceptar la derrota.-



TUS OJOS

La muerte no, tus ojos.
Medicina final que alivie en la última hora.
Sosiego de una tarde emperrada de nubes.
Jolgorio de los pájaros que sostienen
la bóveda
y el crepúsculo gris, atemperado, caído sobre el
gozne
del último silencio.
Porque sería morir sin tu mirada,
no haber vivido nunca
y nada sería suficiente.

Mas el extraño goce de toda la inconsciencia
no sería capaz de dibujar tus labios,
la lenta cercanía
del espacio del beso, la justa equivalencia
de la boca
que muerde la otra boca, mi destino
y tu risa,
el viento que me lleve hasta tu muerte,
entre la densa sombra del ciprés
donde la espera
no tiene otra esperanza sino la muerte mutua.
Y aunque el mármol me aplaste la cuenca
de los ojos
continuaré buscando tu mirada.

Y, después, no seremos ni claridad 
ni mano,
ni refugio del uno para el otro,
tan sólo leve soplo
en la arena, que elevará su vuela hacia otras
regiones
donde la luz no habita.-



BAILANDO

Bailando por bailar, por contentarme,
por salir de mi cuerpo en la alborada
y habitar otro espacio, enamorada
de la luz y la vida, extrapolarme.

Bailando, así, consigo emborracharme
de extensa libertad y, entusiasmada,
llagar hasta tu tibia marejada
para beber de ti, para saciarme.

Porque bailando vivo. Porque doy 
lo mejor de mí misma. Y, por si acaso,
tienes el alma libre. Yo te invito.

a danzar sin final. Danzando voy
a regiones ocultas del Parnaso,
a recitar contigo lo infinito.-



ABANICO

Como ala feroz, entumecida,
se mueve el abanico
en la mano cansada.
Mano que mueve el aire
de los noventa años.
Estremecida mano
por todos los diluvios y emociones.
Como un viejo reloj agonizante
las varillas se quejan, reproducen
el lento parpadeo que sostiene
la vida y memoria
de mi abuela.-





                                                                                          María del Valle Rubio



Imágenes: Pinturas de William Mulready.




quiquedelucio@gmail.com

Blog auspiciado por Canadian Cultural Center of Montreal.


     

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