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jueves, 26 de diciembre de 2019

El invierno

Noveno año de una antojadiza antología de la poesía de todos los tiempos, seleccionada por el escritor Quique de Lucio. Esta pretende ser una antología cuyo sentido radica en la actividad del lector, en su lectura que organiza los textos como un proyecto de su propia aventura y goce creadores. Difundiendo a más de 6.000 escritores, respetando el derecho de autor.







Publicación Nª 2.536-


                                                                                                                             Emilo Arnao

Poeta, narrador y ensayista español, nacido en Palma de Mallorca, en 1966. Cursó estudios de Filología Hispánica en la Universidad de las Islas Baleares. Ha sido columnista de opinión y crítico cultural en los periódicos El Mundo-Edición de Baleares y Diario de Mallorca . Parte de su obra poética la componen: "Poemas de amor y vértigo" (1991), "Le Con de la Muse" (1994), "Diez poemas de París" (1994), "Los taxis" (1996), "El libro negro" (2000), "Poemas de la mundialización" (2005), "Entre la carne y la rosa" (2007), "Amortierra" (2009), etc. En ensayo sobresale: "Instantes de contemplación de la literatura moderna" (2008), "César Vallejo y el pan. El poeta del mal dolor" (2009) y "Jean Genet-El poeta ladrón" (2010).


                                                                                                 "De todas formas nunca está
                                                                                                   de más quemar la ciudad con
                                                                                                   algo bello, noble, enorme, para
                                                                                                   que se batan mejor las esperanzas"










EL INVIERNO  Y EL LAGARTO

Quiero decir un beso que sea de noche
para traerte un mar con mil cúpulas de rosa
y esperar solo en la yema de la escalera
como un niño que regresa de su madre.
Ven así. Por encima de la arena y el caimán
Sin miedo a tener la voz de los que lloran
sin susto de querer a mil niños todos juntos
para dejar encendidos el corazón y las farolas.

Yo quiero tener la medicina de tus manos
para aguantar mejor el hierro de mi llanto.
Yo quiero ser el pan y la neurona de ti misma
para conocer la calma de la nieve bajo el sol.
Podría regalarte una hormiga y un "te quiero"
Porque sé que te gustan las pinturas más pequeñas
podría aprender el mensaje de las nubes
y así darte esa agua de las respiraciones.

Recuerda que el invierno quema su cola
de lagarto, que tiembla como el hombre
que bebe solo en la taberna, amor mío,
Amor mío, recuerda, pronto vendrá ese día
en que tú y yo
caminemos solos por los andenes.-



LA ORACIÓN

Mármol verde y luz de estufa
sobre la mesa queda nuestro amor.

Ansia dura y camellos de oliva
sobre la luna queda nuestro amor.
En las hogueras y en los periódicos
sobre las piedras queda nuestro amor.
Por las barandas y los cobertizos
entre la lluvia vive nuestro amor
Como la niebla y como el azúcar
como la tierra alta de todo nuestro amor.
Mueble blanco y sol de hinojo
sobre la mesa habla nuestro amor.
Alma suave y alondras de nácar
sobre la luna habla nuestro amor.

En los muelles y en los hospitales
sobre las piedras habla nuestro amor.
Por los cuarteles y los embarcaderos
entre la lluvia tiembla nuestro amor.
Como la muerte y como la fresa
como la tierra ilesa de todo nuestro amor.-



INTERNET

Un día Internet abrió los ojos de todos los hombres
y fabricó la cabaña para que entraran todas las constelaciones.
Nadie se había dado cuenta, pero todo empezó de esta manera.
Conectar. Buscar. Una palabra. Toda la historia del mundo.

En los años 90 yo era un joven que amaba a una mujer
y escribía novelas sobre mi vida. Pronto aprendí
que mi vida no interesaba a nadie y que el mundo
era mucho más veloz que mis dedos sobre el ordenador.

Acabó el Siglo XX y decidí ser todos aquellos hombres
que no eran yo y a los que nunca había prestado atención.
La televisión decía que Ruanda era un póquer de huesos
y una trágica naturaleza demasiado alejada de Europa.

Muy pronto, demasiado pronto y siempre hacia ningún lado,
los negros de África cruzaron la memoria de la lluvia
y empezaron a lavarse los pies con el humo del corazón.
Nadie quería quedarse en una selva profundamente económica.

Internet nos trajo el día de la nevasca de todos los números
que crecían como hijos eléctricos en el gran jardín de Ginebra.
Nos convertimos de repente en la más hermosa información
de todos los tiempos y en la tierra mejor comunicada
de toda la historia. El niño rubio del Siglo XX había nacido
y nosotros quisimos pensar que aquello era la libertad.

Sin embargo, el oso del circo pronto murió de tristeza.-





                                                                                                                             Emilio Arnao



Imágenes: Pinturas de Leonid Afremov.






quiquedelucio@gmail.com

Blog auspiciado por Canadian Cultural Center of Montreal.












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