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miércoles, 17 de septiembre de 2014

El confinado

Cuarto año de una antojadiza antología de la poesía de todos los tiempos, seleccionada por el escritor Quique de Lucio.Esta pretende ser una antología cuyo sentido radica en la actividad del lector, en su lectura que organiza los textos como un proyecto de su propia aventura y goce creadores. Difundiendo a los hacedores, respetando el derecho de autor.




                                                     Carlos Héctor Trejos Reyes

Poeta colombiano nacido en Riosucio, Caldas, el 7 de noviembre de 1969 y fallecido el 11 de septiembre de 1999, a la edad de 29 años. Publicó tres libros de poesía: "Poemas de amor y desamor" (1994), "Ashaverus", ganador de los II Nuevos Juegos Florales de Manizales en 1994 y "Manos ineptas", galardonada con el Premio Nacional de Poesía Universidad de Antioquia, en 1995. Dejó inéditos los libros: "Escrito desde la amnesia" y "Al filo de las palabras"


                                                 "Ángel de mi insomnio
                                                  no me dejes dormir.
                                                  Podría soñar con ella" 





EL CONFINADO

En tus ojos me llevas a todas partes
pero yo no me hallo en ningún lado.
Dónde estaré
-me pregunto-
Ahora que nadie me reconoce, ni me escucha.
Ni siquiera me señalan los espejos.
Soy un desaparecido.
Sólo existo en ti, ojos adentro
como un sueño.-


ALQUIMISTA

La ardua tarea de destilar,
de fundir una y otra vez
y no se cuántas veces más
las palabras en una hoja de papel,
aún perduran en mí.
Como si lo hiciera por primera vez
con el método más risible
pretendo alcanzar lo más valioso.
Sé que estoy metido en terrenos ajenos
y que esta profesión no es muy clara.
Pero aunque parezca imposible a ojos
de la demás gente; yo te convertiré
de un momento a otro en verdad.
Confío que no estoy muy lejos
de tu cuerpo, de tus besos.-


RESPUESTA

Lo único que sé del amor,
es que alguien se tiende en la noche
a repasar una a una las estrellas
hasta aprender de memoria
que no está solo.-


SEÑOR RIMBAUD

Le doy la razón.
Preferible cazar elefantes
a cazar palabras,
ir en busca de palabras,
es como ir en busca de fantasmas.
Dispararles, es dispararle a sombras
y sucede muchas veces,
que la nuestra se atraviesa
y quien recibe todos los impactos
es nuestro propio cuerpo.
África no está lejos
pastan más lejos los sueños
y de esa larga correría,
nada se trae útil, ni un trofeo.
Es más valioso el marfil.
No me volveré a armar
contra los espejos oscuros de la poesía,
no me volveré a enfrentar contra mí mismo.
Preferible, hundirse sobrio.
Con armas y pieles
es un mal negocio.-


AGENCIA DE OLVIDOS

Lo que la muerte ha olvidado
a su paso, yo lo escribo
y lo anuncio en voz alta
para que vuelva y no deje nada.
He abierto y he llenado varios libros
con sus olvidos.
Las cuentas son muy claras.
Cada día apunto lo que he dejado atrás
por andar a las carreras.
Así conmigo, cuando me veo en el espejo,
de inmediato me incluyo.
Soy a quien más olvida.-


TRAMPAS

La poesía tal vez la deba
a mis años de infancia.
Yo de pequeño, en vez de cazar pájaros,
construía jaulas para atrapar nubes.
Las observaba en el cielo
y me parecían aves más exóticas;
porque podían de un momento a otro
transformarse en más animales
o tomar diferentes formas.
Ahora que sé que no hay musas o hadas
construyo palabras, para atrapar del aire
lo que me dice el silencio.-


DESGANO

Mis asunto de hombre,
esas pequeñas necesidades
ya no me interesan.
Jamás sabré si subiré al cielo
o bajaré como una rata de alcantarilla
al mismísimo infierno.
Me quedan estas palabras
y las estoy gastando.
Quien me ha de juzgar
que las tenga bien presentes.
La vida me ha corrompido.-



                                                        Héctor Carlos Trejos Reyes






Imágenes: Pinturas de la artista rusa contemporánea Anna Razumovskaya.



quiquedelucio@gmail.com

lunes, 15 de septiembre de 2014

Amanecer


Cuarto año de una antojadiza antología de la poesía de todos los tiempos, seleccionada por el escritor Quique de Lucio. Esta pretende ser una antología cuyo sentido radica en la actividad del lector, en su lectura que organiza los textos como un proyecto de su propia aventura y goce creadores. Difundiendo a los hacedores, respetando el derecho de autor. 


                                                               Jorge Luis Borges

Poeta argentino nacido en Buenos Aires el 24 de agosto de 1899 y fallecido en Ginebra, Suiza, el 14 de junio de 1986.


                                                      "Un hombre trabajado por el tiempo,
                                                      un hombre que ni siquiera espera la muerte
                                                      (Las pruebas de la muerte son estadísticas
                                                      y nadie hay que no corra el albur
                                                      de ser el primer inmortal)" 






AMANECER

En la honda noche universal
que apenas contradicen los faroles
una racha perdida
ha ofendido las calles taciturnas
como presentimiento tembloroso
del amanecer horrible que ronda
los arrabales desmantelados del mundo.
Curioso de la sombra
y acobardado por la amenaza del alba
reviví la tremenda conjetura
de Schopenhauer y de Berkeley
que declara  que el mundo
es una actividad de la mente.
Un sueño de las almas,
sin base ni propósito ni volumen.
Y ya que las ideas
no son eternas como el mármol
sino inmortales como un bosque o un río,
la doctrina anterior
asumió otra forma en el alba
y la superstición de esa hora
cuando la luz como una enredadera
va a implicar las paredes de la sombra,
doblegó mi razón
y trazó el capricho siguiente:
Si están ajenas de sustancias las cosas
y si está numerosa Buenos Aires
no es más que un sueño
que erigen en compartida magia las almas,
hay un instante
en que peligra desaforadamente su ser
y es el instante estremecido del alba,
cuando son pocos los que sueñan el mundo
y sólo algunos trasnochadores conservan,
cenicienta y apenas bosquejada,
la imagen de las calles
que definirán después con los otros.
¡Hora en que el sueño pertinaz de la vida
corre peligro de quebranto,
hora en que le sería fácil a Dios
matar del todo su obra!
Pero de nuevo el mundo se ha salvado
la luz discurre inventando sucios colores
y con algún remordimiento
de mi complicidad en el resurgimiento del día
Solicito mi casa,
atónita y glacial en la luz blanca,
mientras un pájaro detiene el silencio
y la noche gastada
se ha quedado en los ojos de los ciegos.-


AMOROSA ANTICIPACIÓN

Ni la intimidad de tu frente clara como una fiesta
ni la costumbre de tu cuerpo, aún misterioso
y tácito de niña,
ni la sucesión de tu vida asumiendo palabras o silencios
serán favor tan misterioso
como mirar tu sueño implicado
en la vigilia de mis brazos.
Virgen milagrosamente otra vez
por la virtud absolutoria del sueño,
quieta y resplandeciente como una dicha
que la memoria elige,
me darás esa orilla de tu vida que tú misma no tienes.
Arrojado a quietud,
divisaré esa playa última de tu ser
y te veré, por primera vez, quizá,
como Dios ha de verte,
desbaratada la ficción del tiempo,
sin el amor, sin mi.-


AUSENCIA

Habré de levantar la vasta vida
que aún ahora es tu espejo:
cada mañana habré de reconstruirla.
Desde que te alejaste,
cuántos lugares se han tornado vanos
y sin sentido, iguales
a luces en el día.
Tardes que fueron nicho de tu imagen,
músicas en que siempre me aguardabas,
palabras de aquel tiempo,
yo tendré que quebrarlas con mis manos.
¿En qué hondonada esconderé mi alma
para que no vea tu ausencia
que como un sol terrible, sin ocaso,
brilla definitiva y despiadada?
Tu ausencia me rodea
como la cuerda a la garganta,
el mar al que se hunde.-


DESPEDIDA

Entre mi amor y yo han de levantarse
trescientas noches como trescientas paredes,
y el mar será una magia entre nosotros.
No habrá sino recuerdos.
Oh tardes merecidas por la pena,
noches esperanzadas de mirarte,
campos de mi camino, firmamento
que estoy viendo y perdiendo.
Definitiva como un mármol
entristecerá tu ausencia otras tardes.-



                                                       Jorge Luis Borges



Imágenes: Pinturas de Lawrence Alma-Tadema  (Países Bajos, 1836 - 1912)








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domingo, 14 de septiembre de 2014

Década

Cuarto año de una antojadiza antología de la poesía de todos los tiempos, seleccionada por el escritor Quique de Lucio. Esta pretende ser una antología cuyo sentido radica en la actividad del lector, en su lectura que organiza los textos como un proyecto de su propia aventura y goce creadores. Difundiendo a los hacedores, respetando el derecho de autor.



                                                          Amy Lowell

Poetisa estadounidense nacida en Boston, Massachusetts, el 9 de febreo de 1874 y fallecida el 12 de mayo de 1925.

                                             "Me atrevo a alcanzarte
                                             me atrevo a tocar el canto de tu resplandor,
                                             yo salto más allá del viento
                                             y lloro y grito
                                             la impetuosa alegría de mi amor"  






DÉCADA

Cuando viniste, tú eras semejante al vino tinto
y a la miel
y el gusto de ti encendió mi boca con su dulzura
ahora eres como el pan de la mañana,
suave y placentera,
apenas te degusto, puesto que conozco tu sabor
pero sin embargo estoy completamente saciada.-


MADONNA DE LAS FLORES DEL CREPÚSCULO

He estado trabajando todo el día,
ahora estoy cansada
llamo: "¿Dónde estás tú?"
Pero sólo se escucha el murmullo
de las hojas de un roble;
la casa está muy silenciosa,
el sol brilla sobre tus libros,
sobre tus tijeras y el dedal
Pero tú no estás ahí,
de repente estoy sola.

Entonces te veo
parada bajo una corona de consólidas reales
con una canasta de rosas en tus brazos;
tú eres fresca como la plata
y me sonríes;
entonces siento que las campanas de Canterbury
están tañendo
pequeñas melodías.

Tú me dices que las peonias necesitan agua,
que las aguileñas pajarillas
han traspaso sus límites,
que la papónica debería ser recortada;
tú me dices todas esas cosas
y yo te miro, corazón de plata
encendiéndose debajo de las ramas azules
de la consólida real
Deseo arrodillarme a tus pies
al instante,
mientras alrededor de nosotras repiquetean los suaves
Te-Deums
de las campanas de Canterbury.-


OTOÑO

Me trajeron una dalia amarilla
opulenta y majestuosa
Oro rotundo
proyectada de un tallo verde y pálido
oro rotundo y acabado
maduro
meticulosamente suntuosas y ardientes
un rayo de solemnidad
Fecundidad ataviada de sugestivo amarillo
para que todo el mundo la vea
me trajeron una dalia amarilla
Amí, que soy estéril e infecunda;
¿te la enviaré a ti
-Tú que te has llevado contigo
todo lo que una vez poseí?.-


TAXI

Cuando me alejo de tí
el mundo palpita en silencio,
cual relajado tambor
Grito por ti contra las distinguidas estrellas
y grito en los caminos del viento.

Las calles apresuradas
se aparecen una tras la otra
y te alejan de mí
las luces de la ciudad aguijonean mis ojs
de tal modo que ya no puedo ver los tuyos
¿Por qué debo dejarte
y herirme a mí misma con los agudos
ribetes de la noche?.-


LA VELETA APUNTA AL SUR

Separo tus hojas,
una por una:
Las rígidas, amplias hojas exteriores,
la más pequeñas,
agradables de tocar, regadas de color púrpura;
las hojas exteriores barnizadas,
una por una
te separo desde tus hojas,
hasta que, como una flor blanca,
te enderezas
balancéandote ligeramente en el viento del atardecer.-



                                                               Amy Lowell




Imágenes: Pinturas del artista Ton Dubbeldam



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viernes, 12 de septiembre de 2014

La playa de mi sueño

Cuarto año de una antojadiza antología de la poesía de todos los tiempos, seleccionada por el escritor Quique de Lucio. Esta pretende ser una antología cuyo sentido radica en la actividad del lector, en su lectura que organiza los textos como un proyecto de su propia aventura y goce creadores. Difundiendo a los hacedores, respetando el derecho de autor.

                                             "Entre la gente sigo caminando. Aquí estoy
                                              nunca me demoré -te digo- latido tras latido
                                              territorio febril de ciudad
                                              de vértigo sin vértigo"





LA PLAYA DE MI SUEÑO    poesía de Quique de Lucio


     Confundí ese hilo de luz con un resplandor
a lo mejor por el cansancio de caminar en esas arenas húmedas,
de esa discreta tarde.
El caminito nos colocó suavemente, íbamos de verano
y salimos todos tan ligeros.
Pudiera alzar la mano a quien fui y advertirte: esto no durará.
Pero ya lo sabía. Era la costa del Río Cuarto y
llegado un poco tarde al verano y a la playa.
Ya no quedaba nadie, sólo nosotros.
Sentados sobre las piedras conversamos de cosas sin importancia.
No me preguntes qué, no me preguntes.
Pocillos cavados por el agua contenían secretos: joyas de barro,
minucias que compondrían una naturaleza muerta;
tú habías encontrado un caracol raro y yo me entretenía
de hueco en hueco, en la arena.
Tal vez sólo quería perseguir ese enjambre de luciérnagas,
mi agua se filtró por tus grietas
cuando la capa de escombros era únicamente arena,
ese fue el primer suelo sobre el que surgió nuestra vida.
Ya sé que para siempre recordaré dos ríos anchos y sonoros,
así han de ser las playas que aspiran a memoria
aunque allá, donde tú la recuerdes, se hagan sepia.
Pero quiero saber de qué se trata este recuerdo,
tañido incierto en esta noche de frío.
Levanté la cabeza te vi sentada,
eras como una lámpara encendida entre las manos,
nunca sabré qué hacer
en medio de ese instante que aún está sucediendo
y ya sé para siempre. Aún no habíamos ido
a la habitación
ni empezado la tarde. Te grité unas palabras
ya no al aire liviano y remotas,
cayeron como piedras, joyas de barro
también estas palabras
que no eran importantes. Hube de recogerlas.
Asombra en ciertos recuerdos
su arbitraria permanencia
así que no hay razón para que cambie
el memorioso sepia
desde el azul al rojo, para este olor a mojarritas.
Algo en mí supuso la fatalidad de esa discreta tarde,
no sé si la recuerdas mas qué importa:
conservo dentro de mí tu instante con cuidado,
ese escudo de amor contra la joven muerte.
No se quien me dio una mariposa
para poner adentro del frasco. No la quise,
algo en mi creía la fatalidad de ser esa naturaleza muerta.

      Llegamos a la habitación cuando empezaba la tarde.
Siempre la tarde es cruel y más en Río Cuarto,
la matinal belleza del agua cuando está frío y recién
se acostumbran las palomas
recrudece con las horas y obliga al mediodía
a entornar los ojos
cuando merma la luz, son las seis de la tarde:
la luz ya no nos mira fijamente y sus oblicuas
ojos son el hechizo peor.
Toda criatura tiene de sí misma noticia a esa hora.
Cuando llegamos a la habitación empezaba la tarde.

      Descorrí la cortina sobre el vidrio y entró
francamente la de oblicuos ojos:
así era mejor. Encendí la televisión pasaban un documental
sobre turismo en el Río de la Plata.
Eran dos ríos: uno en la pantalla el otro en la terraza
no supe desde cuál miraban con más furia
los oblicuos ojos.
Las muchachas de la balsa se animaron en lunfardo porteño
unas a otras en el límite con Uruguay,
y yo atenué de la pantalla el demasiado color
pero el demasiado color persistía tras la baranda.
Me di por vencido, como se quiebran los largos girasoles.
Barquitos corrían ante mis ojos
llevando a muchachas que se te parecían.
Tú saliste en ese momento a la terraza
y me dijiste algo: yo lo supe claramente de nuevo
aquella tarde
como antes lo supe en la costa del río,
no me preguntes qué, no me preguntes.
Ignorar ciertas cosas es un don en cualquier hora,
mucho más en la hora de los recuerdos vanos.
Entraste de nuevo y llevaste contigo tu visión
y eso hizo a estas cosas mucho más soportables.
Pasaron toda la tarde las muchachas
por la pantalla sobre sus frágiles embarcaciones
lamidas por el agua marrón, la de color león
y pasó toda la tarde tras la baranda.
No te dije palabra porque
te había querido en esas breves horas
más allá de toda posible palabra.
No me preguntes qué, no me preguntes.
Ahora estoy otra vez en esta última esquina del invierno.

      Cerré las cortinas cuando me di cuenta
que lo que quería es recordar,
cuando daban miedo
las frágiles balsas de mi sueño
lamidas por la noche.-




                                                            Quique de Lucio









Publicación de Quique de Lucio para "Nos Queda
la Palabra"
quiquedelucio@gmail.com

jueves, 11 de septiembre de 2014

Octubre

Cuarto año de una antojadiza antología de la poesía de todos los tiempos, seleccionada por el escritor Quique de Lucio. Esta pretende ser una antología cuyo sentido radica en la actividad del lector, en su lectura que organiza los textos como un proyecto de su propia aventura y goce creadores. Difundiendo a los hacedores, respetando el derecho de autor.



                                                             Marta de Arévalo

Poetisa y narradora urugyaya nacida en Montevideo en 1933.  Es autora de 28 títulos editados (poesía, narrativa, crónicas históricas, ensayo breve y canciones infantiles). Edita dos revistas literarias: B.L.A.N.C.O. (arte y cultura) y "Lunita de papel" (colección de literatura infantil ilustrada). Entre sus premios se destacan: "José Vasconcellos" de México, 1994, Intendencia Municipal de Montevideo en 1981 y 1982. Premio Internacional de Literatura Latinoamericana "Gabriela Mistral" en París, etc.


                                      "La nombro si me nombro, la nombro si la guardo.
                                      La nombro en nombre oculto, la oculto entre mi voz.
                                      Le debo la sapiencia, le debo astros y canto,
                                      le debo los remotos serafines del sol"





Yo espero
Tú sueñas
Él tienta

Todos corremos.

Queremos
el vientre del mundo
la piel de la galaxia
la curva que trazó
la estrella desaparecida  hace milenios.

Queremos.
Deseamos.
Exigimos.
Nunca nos saciamos.-


OCTUBRE

Ayer no tuve tus caricias
en un rincón azul robado al tiempo
no hubo eternidad para los dos

tanto tiempo sin tenerte
           mucho infierno
misterioso edén
           al compartir el beso
rescatar la vida
           al darse
entregar el alma
           a través del sexo
delirio sumo
           perderlo todo

tonta existencia mujer de nadie
           alma
inútil sociedad consumista
todo con precio de marca y fama
            aduana declarada
            apellido certificado
tonta existencia
mujer de llanto meter silencio
en letras invendibles
             tonta
existencia
             mujer
de nadie
             burilada
en tristeza perpetua.-




  

RECETA ORIGINAL

Una manzana madura
y perfumada.
Un arcángel con espada de fuego.
Una serpiente mentirosa
una olla y una mujer.

Religiosamente mezclado
con espíritu sensual.

He aquí el Paraíso.

La manzana es única.
Y todas las recetas
descienden de ella.-


AMOR

Tu nombre empieza con A
...y deseo estés bien
yo
desde mi exilio
de tu ciudad dorada
duermo mal estoy triste
pienso mucho
              te escribo
esta carta
para que me conozcas

no me odies
por molestarte
               extraño
aquellos días

gracias por la ternura.-


VORÁGINE

Sentada algún instante
en silla hostil de mundo circular
                 pienso
         -cuando me dejan-
como era, antes.

El mundo entonces
         -yo creía-
asomaba una ala transparente
tendida a la inocencia.
Había la virtud
jugando como en arpegios
su música desde la boca limpia
de mi padre.
Creyente,
mi sed asimilaba su amor sin límite
ni dogma.

               Yo miraba el agua clara
               de un claro espejo
               de una fuente clara.

                Yo creía.
El mundo
ancho ilimitado estaba
revestido de una luz dorada
que surgía del entorno familiar
con armonía.
La música del alma
descansaba su ocio de existir
resplandeciente.
Y eran diáfanos
                  el día
                  el pan
                  el agua
                  y la palabra.

Noche que vino después
desde los siglos de la frente humana
buscando el sitio
mentido por los dioses
me hundió en la vorágine

En el remolino
que hostiga sin dar pausa.

Ahora
sirenas de mares remotos
                 cantan
                 cantan
                 cantan
su voz metálica en mi oído
desde siempre
hasta lo infinito.-



                                                              Marta de Arévalo      





Imágenes:  Pinturas de John William Waterhouse  (Inglaterra, abril, 1849 - febrero, 1917)

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martes, 9 de septiembre de 2014

Pájaro de caos


Cuarto año de una antojadiza antología de la poesía de todos los tiempos, seleccionada por el escritor Quique de Lucio. Esta pretende ser una antología cuyo sentido radica en la actividad del lector, en su lectura que organiza los textos como un proyecto de su propia aventura y goce creadores. Difundiendo a los hacedores, respetando el derecho de autor.



                                                            Eduardo Valverde

Poeta de Costa Rica nacido en San José, en 1980. Cursa la Maestría en Historia en la Universidad de Costa Rica. Participó en la Revista Cultural  "Calle 3". Sus poemas se han publicado, entre otros, en "La frontera del ocio", "La Malacrianza" del Semanario de la Universidad, etc.


                                         "No regreso porque todo es bruma tras los días
                                         que acumulan anaqueles y mariposas desmembradas,
                                         bruma tras los autobuses que inventaron los barrios
                                         y los abandonaron a su paso" 





OFELIA DISTRAÍDA

Sin embargo fue ella
con un pecho de dos lunas saludables y saladas
Violetera con pecho de animala rugidora
que levanta el polvo tras los trenes
para inventar distancias y canciones de viajeros
Violetera me fundó ciudades
en las avernas del músculo arenoso
y en cada una puso un viejo criador de perros
que lamen sus ruinas monumentales
y olisquean sus ancestrales imaginarios

Ofelia o Violetera
o muchacha de pechos como grutas de confianza
donde imaginar el fuego y tallarlo con palabras
me fundó ciudades y les acercó el viento
con un gesto del vestido
ciudades donde había solo ecos en reposo
y les puso parques que hospedan la niebla
para que los niños asesinos duerman y sueñen
sus venganzas
les acercó el viento Violetera
con un tañer de falda lleno de ánimos de pájaro
o de todo lo que vuela.

Ofelia o Violetera o
como se llaman las mujeres
porque es buena
se distrajo
para entrarme en sus espasmos
y fundarme ciudades
en la máquina que pulsa
en el músculo arenoso
en la arena del molusco
se distrajo Violofelia.-


CANCIÓN DE ENERO

Cualquiera de estas noches resumimos.

Una mujer hermosa escarba en su bolso,
busca una llave o un espejo,
tal vez monedas o un apunte;
desde ora mesa acordamos que esa imagen
podría perfectamente ser la eternidad.

Ahora nunca lloramos sobrios,
costumbres que llegan con los años.

Otra imagen, otra mujer, en un cuento de Tabucchi,
se encuentra detenida sobre un paisaje árido,
una manada de caballos
salvajes corren alrededor de ella
que cree estar desnuda y no entiende qué hace ahí,
mordiendo el polvo que levanta su visión:
Los emblemas de la nada.-


NÚMEROS ROJOS

El tráfico aéreo sobre los desiertos
donde haya una columna y sobre ella una estilita,
las recetas de cocina y de farmacia,
el deja vu en las ventanillas de los autobuses,
el encono de las loras mutiladas,
las sombras ominosas que se alargan
hasta alearse con la totalidad,
la deshonra de los atropellados,
aquel verso de "le dice burlona -carita gitana
¿cómo hacer buen vino de una cepa enana?",
la whirpool de la esposa del mecánico,
los retratos de familia, las tumbas desatendidas,
los predios municipales, el ángel bueno de Alberti,
la electrificación de las guitarras,
y el vino y cerveza,
el trillito de migajas a la ebriedad,
las ganas de perder cuanto se gana.

Hicimos varias listas:
el lánguido suceso de la amistad.

Los emblemas de la nada.-


INVOCACIÓN A BILLY THE KID

Yo quería hacerme el loco
pero el Quijote acababa en desamparo.
Quise ser hijo de padre y madre
pero Comala era un gran desierto
visitado en las noches por el fuego
y Hamlet moría envenenado y huérfano
pidiéndoles testigos a las piedras.

-lo demás es silencio-

Sigo pensando que el corazón es arenoso y fuerte
y en él hay algo que galopa
como un bólido de los suburbios
o un tren que cruje
por los extensos condados de lo blanco;
como una banda de vaqueros
bajo el cielo de la luna nueva
o un niño enloquecido que aprende a leer.-



                                                              Eduardo Valverde





Imágenes:  Pinturas del artista francés George Braque  (1882 - 1963)




quiquedelucio@gmail.com

lunes, 8 de septiembre de 2014

Canta en la noche

   Cuarto año de una antojadiza antología de la poesía de todos los tiempos, seleccionada por el escritor Quique de Lucio. Esta pretende ser una antología cuyo sentido radica en la actividad del lector, en su lectura que organiza los textos como un proyecto de su propia aventura y goce creadores. Difundiendo a los hacedores, respetando el derecho de autor. 



                                                             José de Espronceda

Poeta español nacido en Pajares de la Vega, Extremadura el 23 de marzo de 1808 y fallecido en Madrid el 23 de mayo de 1842.


                                                      "Trae, Jarifa, trae tu mano,
                                                       ven y pósala en mi frente.
                                                      Que un mar de lava hirviente
                                                       mi cabeza siento arder."



           
CANTA EN LA NOCHE

Canta en la noche, canta en la mañana.
Ruiseñor, en el bosque tus amores;
canta, que llorará cuando tú llores
el alba perlas en la flor temprana.

Teñido el cielo de amaranto y grana,
la brisa de la tarde entre las flores
suspirará también a los rigores
de tu amor triste y tu esperanza vana.

Y en la noche serena, al puro rayo
de la callada luna, tus cantares
los ecos sonarán del bosque umbrío.

Y vertiendo dulcísimo desmayo,
cual bálsamo suave en mis pesares,
endulzará tu acento el labio mío.-


LAS QUEJAS DE SU AMOR

Bellísima parece
al vástago prendida,
gallarda y encendida
de abril la linda flor;
empero muy más bella
la virgen ruborosa
se muestra, al dar llorosa
las quejas de su amor.

Suave es el acento
de dulce amante lira,
si al blando son suspira
de noche el trovador;
pero aún es más suave
la voz de la hermosura
si dice con ternura
las quejas de su amor.

Grato es en nombre umbría
al triste caminante
del alma radiante
mirar al resplandor;
empero es aún más grato
el alma enamorada
oír de su adorada
las quejas de su amor.-


SONETO

Fresca, lozana, pura y olorosa,
gala y adorno del pénsil florido,
gallarda puesta sobre el ramo erguido,
fragancia esparce la naciente rosa.

Mas si el ardiente sol lumbre enojosa
vibra, del can en llamas encendido,
el dulce aroma y el color perdido,
sus hojas lleva el aura presurosa.

Así brilló un momento mi ventura
en alas del amor, y hermosa nube
fingí tal vez de gloria y de alegría.

Mas ¡ay!, que el bien trocóse en amargura,
y deshojada por los aires sube
la dulce flor de la esperanza mía.-


LA CAUTIVA

Ya el sol esconde sus rayos,
el mundo en sombras se vela,
el ave a su nido vuela.
Busca asilo el trovador.

Todo calla; en pobre cama
duerme el pastor venturoso:
En su lecho suntuoso
se agita insomne el señor.

Se agita; más, ¡ay! reposa
al fin en su patrio suelo;
no llora en mísero duelo
la libertad que perdió.

Los campos ve que a su infancia
horas dieron de contento,
su oído halaga el acento
del país donde nació.

No gime ilustre cautivo
entre doradas cadenas,
que si bien de encanto llenas,
al cabo cadenas son.

Si acaso, triste lamenta,
en torno ve a sus amigos,
que, de su pena testigos,
consuelan su corazón.

La arrogante erguida palma
que en el desierto florece,
al viajero sombra ofrece,
descanso y grato manjar.

Y, aunque sola, allí es querida
del árabe errante y fiero,
que siempre va placentero
a su sombra a reposar.

Mas, ¡ay triste!, yo cautiva,
huérfana y sola suspiro,
el clima extraño respiro,
y amo a un extraño también.

No hallan mis ojos mi patria;
humo han sido mis amores;
nadie calma mis dolores
y en celos me siento arder.

Supe amar como ninguna,
supe amar correspondida;
despreciada, aborrecida,
¿no sabré también odiar?

No soy ya del castellano
la sumisa enamorada;
soy la cautiva cansada
ya de dejarse oprimir.-


                                                       José de Espronceda




Imágenes: Pinturas del artista español Vicente Romero Redondo  (1956)


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