Publicación N° 2.281-
Consuelo Hernández
Poeta de Colombia, nacida en 1953. Vivió en Venezuela, Perú, Puerto Rico y en los Estados Unidos. Autora de cinco libros de poesía: "Voces de la soledad" (1982), " Solo de violín" Poemario para músicos y pintores (1997), "Manual de peregrina" (2003), "Poemas de escombros y cenizas" edición bilingüe español-inglés (2014), "Mi reino sin orillas" (2016), etc. Ganadora del Premio Accésit Antonio Machado de Poesía "Ciudad Melilla" en España y en el Concurso "Letras de Oro" de la Universidad de Miami, en el año 2003 recibió una Mención Honorífica del Consulado de El Salvador en Nueva York por su obra poética. Ha sido incluida en numerosas antologías de España, Estados Unidos y Latinoamérica.
"Hoy decido por un sol entero
hago trizas mi llanto, hago trizas
este miedo maldito y con paso seguro
voy a la cotidiana claridad de la lámpara"
ADIÓS EN EL AEROPUERTO
Te dije adiós en ese rincón del aeropuerto
me hacía sufrir el cambio de estaciones
no puedo compartir mi pan de náufrago
me mareo ante tantas avenidas ya cruzadas
y que siempre tienen algún límite.
Sin embargo, mis labios aún tiemblan
y mi carne palpita todavía
de sólo pensar en tu espada prodigiosa
que abrió mi secreto cofre de alegrías.-
DIALÉCTICA
¡Oh refugio de la paz perdida!
llegaban las ratas saltarinas de la noche
ni flauta, ni flama suficiente
ruinaban, roían, rondaban en despeinadas tinieblas...
Los gritos diluidos
en el rojo de tu rostro
anticipo de orgasmos y de iras
la soledad, visitante clandestina,
la vida contradicha
el miedo atrapado en un pozo...
y el dolor alado
del instinto primordial encarcelado.
Las ratas corrían con la noche tenue
trenzando el fuego
agonizaba el viento
y se desplomaba el día
entre huidizas sombras.
Sentías la sombra sola
hilvanando en tus labios la palabra
la voz que la garganta aún no suelta
y contabas las olas con los futuros barcos
los viajes espaciales, los aviones caídos.
Cantabas sola, como siempre,
las alas de mariposas quemadas en las llamas.
contaste los pasos del último caminante
por los caminos de paz.-
VEN
Ven a saborear esta música
que está mojando sin tregua mi piel
este fornicar de estrellas
esta constelación de cocuyos
nacida en las palmas de mis manos...
Ven a violar este cerco de deseos
a abrir la caja de sorpresas
hoguera de frondosos desaciertos.
Ven a gozar en el invierno
las reglas inéditas del fuego
estas visitas inesperadas del viento
Vuelve a vivir la dulce muerte
en la herida que nunca cierra
Ven a gozar
del amor
que volvió a desempeñarse
por mi falda.-
FIN DEL POEMA
Cómo escribir un poema
cuando en mi piel está fresco el rostro de tu cuerpo
cuando mi vida se define en el ritmo de tu andar,
tu silabeo de pájaro aliviado estrenando vuelo.
Cómo escribir un poema
hoy que mis oquedades están llenas
y la lumbre de tu sol
recorre mis venas.
Sí...es verdad que el poema llega a su fin
cuando las ganas de amar nos roe el alma
cuando el fuego nos cae gota a gota
ya no tiene sentido
el monótono ritmo del poema.-
Consuelo Hernández
Imágenes: Pinturas de Juan González Alacreu
quiquedelucio@gmail.com
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