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lunes, 21 de noviembre de 2016
La alegría
Sexto año de una antojadiza antología de la poesía de todos los tiempos, seleccionada por el escritor Quique de Lucio. Esta pretende ser una antología cuyo sentido radica en la actividad del lector, en su lectura que organiza los textos como un proyecto de su propia aventura y goce creadores. Difundiendo a más de 1.500 escritores, respetando el derecho de autor.
Publicación N° 1.539-
Hernán Valladares Álvarez
Poeta y narrador español nacido en Madrid en 1970, lugar en el que se instalaron sus padres en los años 50 procedentes de México. Se Licenció en Filosofía y Letras por la Universidad Autónoma de Madrid, posteriormente se trasladó a Estados Unidos, donde impartió clases de Literatura y Lengua Española como profesor en la Universidad de Darmouth , para posteriormente radicarse en México. Ha publicado cinco poemarios: "El juglar del apocalipsis", "Vidrieras", "Las horas y los hombres", "La sombra luminosa", "En honor a la verdad", etc y las novelas "Dioses y mosquitos" , "Tres domingos" y "El hombre diminuto". Actualmente ha regresado a residir en Madrid.
"Las dotes adivinatorias del poeta
no se fundan en esqueléticos argumentos.
La gran bola del mundo gira en sus manos
declarando frágil su verdad"
NO DESCUIDAR LA ALEGRÍA
Debemos evitar cualquier incuria,
pues al azar, naturaleza o dios
no importa, nos han puesto el mantel sobre la mesa
y los años persiguen el delito
de no asistir a la convocatoria.
Divisarás como un enigma leve
sobre tu sien, en la orilla del ojo,
la espuma de la edad. Y es imposible
hallar un vaticinio diferente.
Ellos, quienes persiguen tu delito,
canes son de obligada cetrería,
canes que infatigables alcanzar pretenden
tu paz, tus alegrías y tu gozo.
Por eso arrójate de tus dominios,
expúlsate de este pequeño infierno
de caminar zancadas ignorantes
sacudido por un concepto horrible
e innombrable en el planto de un poema:
responsabilidad.
Es veneno contra la plenitud.
Sacúdete ese mal y sé consciente.
No pierdas el momento, que es precioso.-
SONETO DE AMOR
A tramontana pones tus penumbras
sobre la arena sangrienta de la cama.
Déjame que a palmadas te desgaje
y arrecie el ariete en tu dovela.
Tu redivivo tulipán oscuro
¿no pretende regueros en la sombra
caliente que derritan tus espumas?
Belicosas te ciñen mis dos manos
tu matinal granada suspendida
marejando narices y relumbres.
Abre, amor, tus candeleros,
que viene de metal esta batalla
y ya tecleo el brillo de tu piano.-
INFECUNDIDAD VITAL
Sí. Que pase la vida, simplemente.
Por asistir a la convocatoria
que no quede, y aceptar el misterio
de los otros y su comportamiento,
el misterio completo de la vida.
Que pase, simplemente, con sus pocas
declaraciones de cordura. Vamos
concediendo, implacables, la salud,
y dejando que el tiempo nos demuestre
esa impertérrita infecundidad.-
RAZÓN LITERARIA
Si escribiera estos versos, como dicen,
para que alguien se apiade de mi alma,
para que cuando algún incauto lea
me diga que descubre a un hombre nuevo;
si escribiera mi prosa, como dicen,
para hacerme querer, por descubrirme,
entonces no lo haría estimulado
por la sombra del árbol en el bosque,
por el silente ardor de primavera,
por el aroma tibio de los plátanos,
por el agua que bulle entre los tilos.
Ni siquiera una línea he dedicado
a la opinión de un mundo que no aprecio.-
CUANDO ÉRAMOS JÓVENES
Cuando éramos jóvenes
y tu vientre en verano
era un deseo de pandereta tostada,
una playa donde comulgar
la hostia de la veneración,
te iba a recoger hasta tu casa y después de unas copas
la prisa se diluía en el vacío
como un Redoxon en tu sexo sagrado
y éramos magos de la noche y de la carretera,
Áfrodos guiados por los faros del coche
hasta la sierra de Madrid.
No importaba que el cable del acelerador
se hubiera roto a cachos
porque yo era un tirano de azares nebulosos
y conjuraba con fe ciega
los achaques de fortuna,
abría la portezuela del motor
ataba una cuerda al carburador
la introducía por la ventana del conductor
(ardía de amor)
la mordía y aceleraba con los dientes,
pero ni Dios nos paraba hasta llegar a aquel pinar oscuro
donde arrancaba tu camisa de flores
surtidas por la sangre
y horadaba la noche con la sed de tu amor inagotable.
¿A quién le importaba entonces
que no tuviera carnet de conducir?.-
LAS DIEZ NAVES
Con sevicias granadas en mis dedos
he blandido esta tarde
la albúmina redonda
de la parte de abajo de tus senos.
Tus costas descendí
en estas mis diez naves
hasta escuchar el canto de sirenas
de un más allá perlado
donde aguardo esperando mi derrota.-
LEGIONES SUICIDAS
Ennegrecido por la luz del día,
por la vulgaridad de sus quejidos,
ya salen por braguetas los tejidos,
mis glándulas de amor ya se porfían.
Arremete cegata y nunca fría
a pecar convocada por balidos
hasta que doy la cara, arrepentido,
de temblor lleno ante tu celosía.
Funámbulas creciendo mis legiones
acorralan recintos y laderas,
escalando, impávidas de suerte,
negros desiertos, surcos y algodones,
y en las cumbres guardando las maneras
no remedian toparse con la muerte.-
Hernán Valladares Álvarez
Imágenes: Pinturas de Rafael Zalazar. (comtemporáneo)
quiquedelucio@gmail.com
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